Hace unos días, el diario El Mundo destapaba los posibles sobresueldos de altos cargos del P.P. incluido su Presidente y Presidente del Gobierno Mariano Rajoy, pagados, presuntamente, con dinero negro de dudosa procedencia. Era un “amigo” quien denunciaba tal escándalo. Sin duda, era mejor explotar de forma controlada esta nueva corruptela ante la más que posible certeza de que pudiera estallar en cualquier momento.
En tromba salieron, uno tras otro, con la siempre esperada excepción de D. Mariano, los dirigentes del PP a desmentir la información, con más o menos grandilocuentes expresiones. La consigna era clara, “nadie en el PP recibe, ni ha recibido sobresueldos de manera ilegal”. La paradoja reside en que, en todos los mentideros políticos, se sabía que existían esos pagos y que era la propia María Dolores de Cospedal quién presumía de haber cortado “esas prácticas” del pasado.
El País, en su edición del 31 de enero, da una vuelca de tuerca y desmiente, con pruebas, las afirmaciones de Cospedad, Arenas, Alvarez Cascos y el sinfín de cargos del PP que hablaban de persecuciones y conspiraciones contra su Partido. Hay pruebas gráficas que acreditan que numerosos cargos del PP, incluido D. Mariano, han recibido cobros y pagos de manera presuntamente irregular. Ante esto de nuevo desmentidos absurdos y huida hacia adelante. Incluso algunos han pretendido justificar porqué recibieron determinadas cantidades, admitiendo por tanto el cobro, con argumentos tan peregrinos como el del Presidente del Senado, Sr. García Escudero, que lo justifica porque pidió un crédito, no a un banco como hacemos los mortales, sino al PP, para arreglar su casa (el PP convertido en banco), o el de Ignacio del Burgo, “entregue el dinero a una edil navarra”.
Hoy, Sres/as. del PP, Sr. Rajoy, no toca esconderse, no toca desmentir, no toca esparcir “la mierda”; como dije en un artículo anterior, los políticos no sólo deben se honrados, han de parecerlo, y usted y todos/as sus más estrechos colaboradores están en el punto de mira de una sociedad tremendamente cabreada e indignada; por tanto, toca dar la cara, toca explicar, con datos y pruebas, que todo lo publicado es falso –si es que pueden-. Para los políticos, y más en la situación de nuestro país, no existe la presunción de inocencia en cuanto a las responsabilidades políticas. La sociedad española necesita saber si usted y el resto de dirigentes de su Partido cobraron esos sueldos, y si lo hicieron, si fue en blanco o en negro y, lo más importante, lo necesita saber ya.
Las mentiras, como diría una amiga, tiene las patas muy cortas y todo lo que ustedes dicen, bueno usted poco, tiene credibilidad cero. En un país normal, el Presidente del PP y del Gobierno ante unas prueba así habría dimitido. Sólo me queda la esperanza, para ser normales, que Mariano le diga a Rajoy que dimita. El tiempo dirá si lo somos.
