Al parecer la compañia Telefónica exporta sus malas prácticas allende los mares. He elegido esta reclamación y crítica del argentino Jorge Tanos por la sagaz frase " Los postes tienen dueño y responsables, los vecinos no tienen solución" y yo le añadiria ¡Y ni puñetero caso que les hacen! ni Teléfonica, ni sus concejalillos, ni su alcalde y ni siquiera ya les queda esperanza. Los postes que en las fotos denuncia la AA de VV La Victoria, son sin duda de los años setenta y sesenta, cuando se edificaba sobre el barro, sin aceras, calzada y sin instalaciones básicas. Mas de 40 años de abandono por donde han pasado comandantes y cabos, de todas las formaciones políticas, ¿por eso son pocos los que se quejan, se sienten corresponsables?.
Este pais está demasiado acostumbrado a la irresponsabilidad y a la corrupción. Cualquiera cree que estafar a la hacienda pública unos euros, eso no es corrupcion. No lo cree, porque piensa que la corrupción consiste en estafar unos cuantos cientos de miles, no piensa que corrupción es escriturar la compra del piso por menor valor del pagado, no cree que corrupción es... muchas pequeñas cosas que ya se hacen por costumbre. Por constumbre se tiene el abandono de los pequeños asuntos de la ciudad, eso ya lo recibí así, el tiempo lo arregla todo. Y así nos va, en la dirección de las administraciones, tenemos ni mas ni menos que la muestra de lo que somos como pueblo, es tema de matemáticas estadísticas. De una bolsa de bolas negras y blancas al 50%... cada vez que metas la mano para elegir un puñado, se sacaran aproximádamente alrededor del 50% de cada color, ¡No falla!... y es lo que hay.
Las sufridas aceras
Si fuésemos conscientes y reflexivos, daríamos gracias todos los días y pediríamos perdón a las aceras. Esas extructuras cívicas de baldosas antideslizantes, cuadriculadas como el ajedrez, calladas y sufridas, que duermen a la interperie, aguantan sol y lluvia. No les prestamos atención, las ensuciamos y las machacamos con obras y recortes feos y antigeométricos. Tan cierto es esto, como que jamás hemos oído sus lamentos y su llanto, quizás por ya estar acostumbrados a tratarlas como "lo mas bajo", arrancandoles su piel a tiras, perforando sus músculos y rompiendo sus bordillos. Aguanta todo y no nos pide nada, nos protegen de los fieros vehiculos, y nos salvan de mojarnos los pies hasta el tobillo. Marcan fronteras sin ser separatistas, somos libres de subir y bajar; nos ayudan a aparcar, son guia fiel para las ruedas locas del coche y el autocar, la moto y hasta el patín del chaval. Son las aceras esos seres imprescindibles en nuestra era, son calladas y sufridas incluso soportando al intruso poste de la luz, o a su homologa telefonera. ¿Telefónica, digame?
