El pasado 29 de junio de 2009, se cumplieron cuatro años de la entrada en vigor de la totalidad de la Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, y por ello debemos reflexionar sobre la aplicación de dicha.
Todos los partidos políticos asumimos el compromiso de aprobar por unanimidad una ambiciosa Ley que suponía un marco legal adecuado para luchar contra esta lacra social. Sin embargo, después de más de cuatro años transcurridos desde la entrada en vigor de esta Ley y tras realizar un análisis en profundidad sobre su funcionamiento, creo que no ha cubierto las expectativas generadas con su aprobación.
Se han invertido 800 millones de euros en diferentes políticas de prevención de la Violencia de Género. Ya hay más de 53.000 hombres condenados por Violencia de Género. Además las mujeres actualmente disponen de mas información y recursos para salir del problema de la violencia; cuentan con derechos sociales y económicos para abordar el futuro y se ha trabajado contra la impunidad del agresor, pero queda mucho por hacer en el campo de la prevención, y en la educación para acabar con las relaciones de poder de los hombres contra las mujeres.
La Ley Integral fue desde el principio una ley muy ambiciosa, una apuesta del Gobierno en la lucha contra los malos tratos, pero que evidencia una serie de defectos estructurales, de planificación inicial, especialmente en lo referente a los Juzgados de Violencia, y sobre todo adolece del presupuesto necesario, de los medios precisos para que pueda convertirse en la solución a los problemas que padecen las mujeres víctimas de violencia de género.
Desde la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de Sagunto venimos, de forma reiterada, presentando iniciativas para mejorar la prevención a través del incremento de las medidas de sensibilización, educación y formación de los profesionales que trabajan con las víctimas de violencia, solicitando mayores medios y presupuesto para la atención social a las víctimas y mejorando el itinerario judicial por el que tienen que atravesar las víctimas que deciden romper el ciclo de violencia y denunciar a su agresor, como la reciente puesta en marcha de las OAVD (Oficina de Ayuda a Victimas del Delito). También mantenemos una constante preocupación respecto a la protección y seguridad de las víctimas a través del Gabinete de Coordinación creado en esta legislatura.
Me gustaría lanzar un mensaje de esperanza y de ilusión a las víctimas de violencia de género, para que se decidan a salir de este infierno, con el compromiso de todas las personas que trabajamos desde el área de la mujer de acompañarlas, de apoyarlas y ayudarlas, y que sepan que no están solas, que desde la institución a la que represento seguiremos trabajando para que el final de su calvario y el de tantas y tantas mujeres esté cada día más cerca.
Pero soy consciente que sólo a través de la responsabilidad y el compromiso conjunto de la ciudadanía podremos erradicar definitivamente esta lacra social. Por ello, la lucha contra la violencia de género es una tarea común en la que debe estar implicada toda la sociedad. Si queremos que la violencia contra las mujeres desaparezca, hay que aunar esfuerzos y compromisos. Para ello, hago un llamamiento al compromiso activo de todas las personas en la lucha contra la violencia de género.
Todos los partidos políticos asumimos el compromiso de aprobar por unanimidad una ambiciosa Ley que suponía un marco legal adecuado para luchar contra esta lacra social. Sin embargo, después de más de cuatro años transcurridos desde la entrada en vigor de esta Ley y tras realizar un análisis en profundidad sobre su funcionamiento, creo que no ha cubierto las expectativas generadas con su aprobación.
Se han invertido 800 millones de euros en diferentes políticas de prevención de la Violencia de Género. Ya hay más de 53.000 hombres condenados por Violencia de Género. Además las mujeres actualmente disponen de mas información y recursos para salir del problema de la violencia; cuentan con derechos sociales y económicos para abordar el futuro y se ha trabajado contra la impunidad del agresor, pero queda mucho por hacer en el campo de la prevención, y en la educación para acabar con las relaciones de poder de los hombres contra las mujeres.
La Ley Integral fue desde el principio una ley muy ambiciosa, una apuesta del Gobierno en la lucha contra los malos tratos, pero que evidencia una serie de defectos estructurales, de planificación inicial, especialmente en lo referente a los Juzgados de Violencia, y sobre todo adolece del presupuesto necesario, de los medios precisos para que pueda convertirse en la solución a los problemas que padecen las mujeres víctimas de violencia de género.
Desde la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de Sagunto venimos, de forma reiterada, presentando iniciativas para mejorar la prevención a través del incremento de las medidas de sensibilización, educación y formación de los profesionales que trabajan con las víctimas de violencia, solicitando mayores medios y presupuesto para la atención social a las víctimas y mejorando el itinerario judicial por el que tienen que atravesar las víctimas que deciden romper el ciclo de violencia y denunciar a su agresor, como la reciente puesta en marcha de las OAVD (Oficina de Ayuda a Victimas del Delito). También mantenemos una constante preocupación respecto a la protección y seguridad de las víctimas a través del Gabinete de Coordinación creado en esta legislatura.
Me gustaría lanzar un mensaje de esperanza y de ilusión a las víctimas de violencia de género, para que se decidan a salir de este infierno, con el compromiso de todas las personas que trabajamos desde el área de la mujer de acompañarlas, de apoyarlas y ayudarlas, y que sepan que no están solas, que desde la institución a la que represento seguiremos trabajando para que el final de su calvario y el de tantas y tantas mujeres esté cada día más cerca.
Pero soy consciente que sólo a través de la responsabilidad y el compromiso conjunto de la ciudadanía podremos erradicar definitivamente esta lacra social. Por ello, la lucha contra la violencia de género es una tarea común en la que debe estar implicada toda la sociedad. Si queremos que la violencia contra las mujeres desaparezca, hay que aunar esfuerzos y compromisos. Para ello, hago un llamamiento al compromiso activo de todas las personas en la lucha contra la violencia de género.
Davinia Bono Pozuelo
Concejala de la Mujer
Ayuntamiento de Sagunto
Concejala de la Mujer
Ayuntamiento de Sagunto
