Teatro Romano de Sagunto: final de la tragicomedia

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Martes, 24 Noviembre 2009 01:00

Quienes con pasión, con mentalidad abierta, modernista, progresista y, sobre todo, con sentido común, hemos luchado y resistido los embates del PP en su obsesión tan descabellada como vengativa, de demoler el Teatro Romano de Sagunto, mi ciudad, nos ponemos en pié para aplaudir que, de una vez y para siempre, llegó el final de esta tragicomedia montada en los años 90 por la derecha valenciana.
La sección primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo (TS) ha decidido INADMITIR  el recurso de casación interpuesto por el abogado Juan Marco Molines -autor del proceso judicial contra la restauración del Teatro Romano de Sagunto y ha declarado firme la decisión del Tribunal Superior de Justicia valenciano (TSJCV) de no obligar a la Generalitat a demoler las obras de rehabilitación ejecutadas en el monumento por los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli a finales de los años ochenta.

En la tragicomedia montada por el PP no hubo nunca un proyecto, un diseño de puesta en valor del patrimonio arqueológico. Fue  la bola de nieve que tiró Zaplana sobre el Partido Socialista en su repetido método de crispar y nada más que crispar para intentar ganar algo en la revuelta y que luego se convirtió en un alud que callo sobre Sagunto como una losa y que nadie sabía o queria parar. De bola de nieve a alud, y solo por razones ideológicas. El Supremo ha puesto las cosas en su lugar. No se derriba. Ahí, aquí se queda.

Esta intervención tiene su historia, genero polémica, como cualquier obra vanguardista que combine el pasado con el presente, pero Portacelli y Grassi convirtio el viejo y estropeado teatro en un escenario útil culturalmente.
Me atrevería a decir que muchos que han opinado acaloradamente, nunca han estado  una noche de verano es este maravilloso entorno, por ejemplo, escuchando a Serrat, viendo a Héctor Arterio en un sublime «Yo Claudio» o en la espectacular opera Turandof, al aire libre y con la luna iluminando las gradas por detrás de las murallas de nuestro Castillo.

Con dolor y vergüenza ajena todavía resuenan en mis oídos las palabras del actual Alcalde, también del PP, cuando se abrió nuevamente la polémica hace año y medio aproximadamente sobre su derribo: el Sr. Castelló, dijo  “que lo tiren”. Con una ligereza tan grande como irresponsable. Sin detenerse a pensar un minuto en lo que todo eso significaba. Fue una vergüenza que precisamente él, que debería haber estado a la cabeza de las negociaciones estuviese a la cola de la responsabilidad. Hoy no sé qué dirá, vamos, que tampoco me interesa.
Pero ahora, pese al PP que ha tenido que recular, el Teatro Romano es un espacio que podría ser utilizable durante muchos meses del año. Y no solamente en agosto o septiembre como lo hace la Generalitat.  Que se utilice o no es una política de la Consellería de Cultura que siempre hemos criticado y que esperamos que algún día cambie.

Quiero compartir esta aplauso, de pié y con las manos enrojecidas de tanto aplaudir,  con todas y todos los que resistimos lo que pudimos y con las armas que estaban a nuestro alcance. Resistimos solos, sin las autoridades que huyeron de su responsabilidad. Pero, la Justicia nos ha dado la razón, una sentencia definitiva  a esta situación que no hacía nada más que más daño, al daño ya hecho a lo largo de los años al patrimonio historico y cultural de mi ciudad, Sagunto.
La Justicia ha dictado sentencia. Final de la tragicomedia señores del PP.

Gloria Calero, portavoz del Grupo Municipal Socialista
en el Ayuntamiento de Sagunto

Modificado por última vez en Martes, 24 Noviembre 2009 01:00

 

 

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