Aunque es sabido que aquellos que se esconden en el anonimato, para desacreditar a una persona, no merecen que se les preste atención alguna y se descalifican a sí mismos. Creo que en este caso, conviene responder a las asechanzas, con el fin de aclarar cualquier duda que haya podido incidir en la opinión pública.
Según J.Paul Sartre: «El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo». Y eso, al parecer, es lo que ha hecho una tal Patricia, acusándome de ser un testaferro y de no tener capacidad de redactar los escritos que se publican, Mire, todos queremos vivir en nuestra propia jerarquía de valores y en la mía, no tiene cabida ceder mi nombre para que otro se exprese literalmente y por el contrario, si está la buena costumbre de identificarme con nombre y apellidos, cuando escribo algo de carácter público que afecte a una persona.
Patricia o quien sea, para empezar le diré que asumo su opinión de que he sido un mal concejal. Pero como de todo hay en la viña del señor, en la composición del Consistorio, los había correctos, buenos, mejores y arribistas. A pesar de todo, el equipo de gobierno del que formé parte, concluyó la legislatura de manera ejemplar y con una calificación alta. A título informativo y sin ánimo de justificación, tengo que decir que el paso de la actividad sindical a la política activa, fue un cambio difícil de asimilar, máxime cuando al no estar liberado, ni disponer de asesores, como los hay ahora, no era posible dedicar el tiempo necesario para prestar la atención que exige la compleja sección de personal; no obstante cosas importantes si se hicieron y se subsanaron otras que estaban en situación precaria. No obstante, puedo decir que en política obtuve buena nota cuando con tres más, fundamos el CDS local, con un resultado aceptable y donde llegué a formar parte de la Ejecutiva provincial.
Y, para seguir, no puedo aceptar que se convierta en juez inapelable y de un plumazo, me niegue la capacidad comunicativa que se aprende y se construye en el día a día, con mucho esfuerzo y sacrificio. Tampoco puedo admitir que me atribuya escritos que nunca he realizado, eso era competencia del Secretario del Ayuntamiento. Por todo esto y aunque no soy partidario de ello, le diré que cuando llegué al Ayuntamiento, tenía y lo sigo teniendo, un diploma firmado por el Juan Carlos I, Rey de España, en el que se hace constar que he superado las pruebas de Homologación Académica y puedo ejercer la profesión de Graduado Social. Por otro lado, ya llevaba a mis espaldas más de 30 años desempeñando cargos de representación sindical a nivel local, provincial y nacional, con una intensa actividad en la temática socio-laboral en general y en el expediente de Sierra Menera, en particular. Como graduado social había intervenido en más de 100 juicios en Magistratura de Trabajo, en los que las demandas tienen que ser probadas y argumentadas jurídicamente. Aunque mi actuación, estuvo centrada en de Valencia, por razones del cargo, tuve que intervenir en Alicante, Murcia, Ciudad Real, Madrid, Toledo, Barcelona, Sevilla, Jaén, Granada, Almería y Málaga. Profesionalmente, como empleado por cuenta ajena, desempeñé el cargo de Jefe de la Secretaría Social en Sierra Menera y de Jefe de Personal en la Empresa METSA, que tenía delegaciones en 18 provincias de España.
Como puede comprobar, en el momento que me niega la capacidad de poder redactar un escrito, ya tenía la formación y experiencia suficiente, como para no tener necesidad de mejorar mi formación para poder escribir artículos de opinión, Artículos, experiencia y el conocimiento histórico que proporciona la edad, que pongo a disposición de aquellos que defienden los intereses porteños, que son los míos y de lo que no pienso renunciar, por mucho que presionen los indeseables.
En cuanto al hecho de que me compare a título personal con Miguel García, eso me honra. La circunstancia de que este señor haya sido el alma del PSOE durante tantos años, demuestra que es un militante de Pro que en ningún momento ha traicionado a su partido y eso, en estos momentos, es digno de consideración.
José Mª Piró Rodríguez
Según J.Paul Sartre: «El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo». Y eso, al parecer, es lo que ha hecho una tal Patricia, acusándome de ser un testaferro y de no tener capacidad de redactar los escritos que se publican, Mire, todos queremos vivir en nuestra propia jerarquía de valores y en la mía, no tiene cabida ceder mi nombre para que otro se exprese literalmente y por el contrario, si está la buena costumbre de identificarme con nombre y apellidos, cuando escribo algo de carácter público que afecte a una persona.
Patricia o quien sea, para empezar le diré que asumo su opinión de que he sido un mal concejal. Pero como de todo hay en la viña del señor, en la composición del Consistorio, los había correctos, buenos, mejores y arribistas. A pesar de todo, el equipo de gobierno del que formé parte, concluyó la legislatura de manera ejemplar y con una calificación alta. A título informativo y sin ánimo de justificación, tengo que decir que el paso de la actividad sindical a la política activa, fue un cambio difícil de asimilar, máxime cuando al no estar liberado, ni disponer de asesores, como los hay ahora, no era posible dedicar el tiempo necesario para prestar la atención que exige la compleja sección de personal; no obstante cosas importantes si se hicieron y se subsanaron otras que estaban en situación precaria. No obstante, puedo decir que en política obtuve buena nota cuando con tres más, fundamos el CDS local, con un resultado aceptable y donde llegué a formar parte de la Ejecutiva provincial.
Y, para seguir, no puedo aceptar que se convierta en juez inapelable y de un plumazo, me niegue la capacidad comunicativa que se aprende y se construye en el día a día, con mucho esfuerzo y sacrificio. Tampoco puedo admitir que me atribuya escritos que nunca he realizado, eso era competencia del Secretario del Ayuntamiento. Por todo esto y aunque no soy partidario de ello, le diré que cuando llegué al Ayuntamiento, tenía y lo sigo teniendo, un diploma firmado por el Juan Carlos I, Rey de España, en el que se hace constar que he superado las pruebas de Homologación Académica y puedo ejercer la profesión de Graduado Social. Por otro lado, ya llevaba a mis espaldas más de 30 años desempeñando cargos de representación sindical a nivel local, provincial y nacional, con una intensa actividad en la temática socio-laboral en general y en el expediente de Sierra Menera, en particular. Como graduado social había intervenido en más de 100 juicios en Magistratura de Trabajo, en los que las demandas tienen que ser probadas y argumentadas jurídicamente. Aunque mi actuación, estuvo centrada en de Valencia, por razones del cargo, tuve que intervenir en Alicante, Murcia, Ciudad Real, Madrid, Toledo, Barcelona, Sevilla, Jaén, Granada, Almería y Málaga. Profesionalmente, como empleado por cuenta ajena, desempeñé el cargo de Jefe de la Secretaría Social en Sierra Menera y de Jefe de Personal en la Empresa METSA, que tenía delegaciones en 18 provincias de España.
Como puede comprobar, en el momento que me niega la capacidad de poder redactar un escrito, ya tenía la formación y experiencia suficiente, como para no tener necesidad de mejorar mi formación para poder escribir artículos de opinión, Artículos, experiencia y el conocimiento histórico que proporciona la edad, que pongo a disposición de aquellos que defienden los intereses porteños, que son los míos y de lo que no pienso renunciar, por mucho que presionen los indeseables.
En cuanto al hecho de que me compare a título personal con Miguel García, eso me honra. La circunstancia de que este señor haya sido el alma del PSOE durante tantos años, demuestra que es un militante de Pro que en ningún momento ha traicionado a su partido y eso, en estos momentos, es digno de consideración.
José Mª Piró Rodríguez