Núñez Feijóo no ha sido capaz de sumar ningún apoyo más a los 172 votos que tenía con Vox, CC y UPN. Sigue estando solo, y practicando una política sembrada de bandazos. Tal es su desesperación, que después de calificar a Sánchez de «ilegítimo», apoyar el eslogan «que te vote Txapote» o su campaña para «derogar el sanchismo», se reúne con el innombrable Pedro Sánchez para mendigar que le deje gobernar medio mandato, proponiéndole seis pactos de Estado y, a continuación, convocar elecciones generales. Curiosamente, Vox está haciendo la ola al hipotético acuerdo PP-PSOE. Pero de renovar el Poder Judicial, que llevan bloqueando cinco años, ni pío.
Núñez Feijóo envía emisarios a Bruselas para tratar con Puigdemont y mantiene contactos con Junts como ha reconocido. Por eso resulta hipócrita que critique a Sánchez y a Yolanda Díaz por hacer lo mismo que está haciendo él. Que Núñez Feijóo plantee buscar el encaje territorial de Cataluña dentro de la Constitución Española, es admitir que existe un problema con Cataluña, cuya solución no podría venir de la mano de este PP tan extremo, sobre todo, por su actuación en Cataluña. No solo se opuso al Estatut, que había aprobado el Parlament, las Cortes Generales y que fue refrendado por el 75% de los catalanes en referéndum, sino que lo recurrió al Tribunal Constitucional, que anuló artículos importantes del citado Estatut.
Ese proceder del PP indignó a la mayoría de la ciudadanía de Cataluña, provocando disturbios en las calles y, como no podía ser de otra forma, avivó el independentismo con dos millones de catalanes/as movilizándose. La situación actual es muy diferente, como consecuencia de las políticas de distensión aplicadas por el gobierno de coalición PSOE-UP, como se ha comprobado en estos últimos años. La movilización popular del pasado día 11, con motivo de la ‘Diada’, fue muy inferior en comparación con otras ocasiones anteriores. Es más, en las recientes elecciones generales, en Cataluña, el PSC sacó más diputados que todos los independentistas juntos, que, en cambio, perdieron escaños y 700.000 votos.
En nuestra opinión, como personas de izquierdas, es necesario que el PSOE y Sumar, pasen a la ofensiva frente a los independentistas, con una propuesta política clara de cara a la investidura que resuelva el conflicto político con Cataluña. La amnistía no es un problema jurídico, sino político y como tal hay que abordarlo. Por eso es necesario un acuerdo político y social que podría contemplar varias medidas, entre ellas, recuperar el Estatut aprobado en su día como referencia, con las actualizaciones necesarias, incluida la financiación autonómica, que se abordaría en un plan de financiación de las comunidades autónomas.
Asimismo, Puigdemont debería volver a España, asumiendo las consecuencias, y, a partir de ahí, con diálogo y confianza, poner en marcha las medidas de gracia que se acordaran. Sólo el PSOE con Sumar podría articular estas medidas, totalmente inviables de la mano de la alianza que forman PP y Vox. Es deseable que los independentistas acepten la propuesta mencionada, apoyando a Sánchez como presidente del Gobierno y, al mismo tiempo, a un gobierno de coalición PSOE-Sumar, mediante un acuerdo de legislatura. Si no lo hacen, el panorama político se complica peligrosamente para todos.
Es un error centrarse solamente en Cataluña, la amnistía etc. situación que el PP aprovecha para tapar la fallida investidura de Núñez Feijóo a la Presidencia del Gobierno y, a la vez, desgastar al PSOE y Sumar, porque mientras azuzan contra Cataluña, ganan adeptos en el resto de España. No es verdad que Núñez Feijóo rechace pactar con Junts por no aceptar sus pretensiones separatistas. Si el PP llegara a un acuerdo con Puigdemont, Vox retiraría inmediatamente su apoyo a Núñez Feijóo, que, digan lo que digan, nunca será gratuito. Por si hay alguien que todavía no lo ha entendido, el problema del PP es Vox.
Por eso hay que poner el foco de atención en Núñez Feijóo y en los gobiernos de coalición PP-Vox, así como en sus políticas regresivas, retrógradas, de bajadas de impuestos para los ricos y de recortes en derechos a los más débiles. Para mayor escarnio, Felipe González, Alfonso Guerra, etc., siguen callados ante esa alianza PP-Vox y sus consecuencias, pero, en cambio, no paran de arremeter, en clarísima sintonía con el PP, contra Sánchez y Yolanda Díaz. A Sánchez no le perdonan que les ganara las primarias en el interno de su partido, ni mucho menos gobernar con los ‘comunistas’ de Unidas Podemos.
Es vergonzoso que estas viejas glorias del PSOE se dejen ensalzar por el PP y por los medios de propaganda ultras. Las mentiras y descalificaciones de Aznar e, incluso, su llamamiento a la rebelión popular no debe extrañarnos. Lo ruin y desleal es que González, Guerra etc., azucen un golpe de Estado contra Sánchez en el interno del PSOE, que significaría derogar el sanchismo, es decir: la reforma laboral y de las pensiones, con su actualización al IPC; el salario mínimo, el IMV, etc., avalando los planteamientos ultra neoliberales de Núñez Feijóo y su partido. Menudo balón de oxígeno le están dando estos personajes a la alianza PP-Vox.
Por tanto, ahora más que nunca tenemos que continuar poniendo en valor los logros del gobierno de coalición PSOE-UP y plantear los problemas reales de la gente, sus soluciones y poner a la clase trabajadora en el centro del debate, así como los derechos laborales, sociales y de la ciudadanía, los servicios públicos y la redistribución de la riqueza. Estaremos muy atentos en los próximos días.
Ángel Olmos Gauses
José María López Barquero