Divagaciones

Escrito por Luis Ballester Moreno
Viernes, 09 Junio 2023 11:13

Alguien dijo que «el hombre no está hecho para comprender la vida, sino para vivirla». Y he llegado a la conclusión a estas alturas de la mía, que es verdad. No porque no la comprenda (que no la comprendo) sí por querer entenderla, que es diferente.

No comprendo qué cosas que antes eran sencillas, hoy de tanto darle vueltas, o sea de querer sacarle tantas variantes, las hacen incomprensibles.

Antes, un huevo frito era un huevo frito, o una merluza podía ser frita, en salsa verde o de otra forma diferente según el gusto del comensal, pero siempre sería merluza. Lo mismo que el huevo, bien solo, con jamón o como le gustara al que se lo iba a comer. Pero hoy no, hoy ese huevo o merluza tienen que pasar por una cierta temperatura, un cierto tiempo de cocción, un punto exacto para combinar e infinidad de pamplinadas que tienen que guardar relación con que tanto el huevo como la merluza estuvieran en un estado de ánimo apropiado para su elaboración. Parece una tontería pero es así. Nada es como era aunque siga siendo lo mismo. La cuestión es sacarle de contesto y hacer como si fuera nuevo.

Los acueductos que hicieron los romanos dieron origen a los que se hicieron después pero no por eso, estos son mejores que aquellos, ni tampoco su arquitectura ni tantas otras cosas que hoy siguen siendo ejemplo de sabiduría. Por tanto es absurdo presumir de que nuestra era es más sabia e inteligente que otras anteriores. Es distinta, se hacen las cosas de otra manera, se emplean otros sistemas, se utilizan conocimientos que antes no tenían pero la capacidad creativa del ser humano ha variado poco.

La historia es como la moda, que cada cierto tiempo se repite y damos por nuevo lo que ya fue antes. Hoy se emplean otros medios, otras formas de interpretar o combinar, pero la materia prima sigue siendo la misma prácticamente. No es que otros tiempos fueran mejores (creo que nunca hubo tiempos buenos) Desde que el hombre se puso de pie (y antes también) sobrevivimos a base de comernos unos a otros, exactamente igual que los animales pero además, con más malaleche. Matar al prójimo ha sido siempre el deporte favorito del ser humano, tanto a su semejante como a todo ser viviente que se pusiera en su punto de mira. Y ahora, hemos llegado a tal estado de inteligencia y al mismo tiempo tenemos tanto miedo, que disparamos antes de preguntar o que nos miren. Por eso siempre estamos en estado de guerra o preparándonos para la misma, mientras y a pesar, de estar creando un desequilibrio en la naturaleza que puede acabar con todos nosotros.

Evolucionamos, claro, en todos los aspecto de la vida y es lo normal, no faltaba más, si no fuera así andaríamos a gatas todavía pero, si para conseguir mejoras en una cosa necesitamos destruir otra ¿Dónde está el adelanto? Si no valen los acuerdos tomados y nos “cagamos” en lo que prometimos, ¿Qué fue del respeto y la dignidad que siempre distinguió al hombre? Si nos “cambiamos de chaqueta” porque sí ¿Quién puede volver a confiar en nosotros? Esto ocurre en la política de hoy pero es igual, tanto el que lo hace como el que lo consiente, lo dan como cosa natural y aquí no pasó nada. Las creencias y los principios han desaparecido de la mente humana. Ahora lo que cuenta son las conveniencias de cada cual y escoger el momento adecuado para hacer la jugada. Las fake news están a la orden del día y nadie se sonroja por practicarlo.

Quizás sea bueno que haya variantes de una misma cosa, pero siempre que mejore lo ya conocido y que además, sirva para todos, porque un buen paladar lo puede tener tanto un ”mileurista” como un “millourista”. Si así fuera, podíamos tener un principio de comprensión o al menos, de entendimiento de algunas cosas.

Por eso decimos que comprender la vida es harto difícil, porque sería comprendernos a los que estamos en ella y, dígame: ¿comprende usted lo que hace su vecino, o su jefe en su trabajo, o el profesor de su hijo, o el Ayuntamiento de su pueblo, o el Presidente de su Comunidad o el del Gobierno Central? No, verdad, y no solo no lo comprende sino que nadie se lo explica.

Pero espere, que ahora viene la IA (Inteligencia Artificial) que nos va a poner todo más comprensible, tanto que no sabrás si estás haciendo el amor con tu pareja o algo que cuando quieras darte cuenta, se ha esfumado. Que contentos vamos a estar con estas duplicidades aunque para algunos llegue un poquito tarde.

Por tanto la pregunta sería: ¿Vivir sin comprender la vida es mejor? No lo sé, pero tratar de comprenderla te vuelve loco.

Luis Ballester Moreno

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