¡Adelante!

Escrito por Carlos Gil Santiago
Viernes, 12 Mayo 2023 21:01

Arranca, por fin, la campaña electoral. Parecía que no iba a llegar nunca el momento de decir que, en apenas dos semanas, se habrá acabado ya la vorágine de mensajes partidistas a favor de un proyecto o en contra de otro. Lástima que poco durará la paz, teniendo en cuenta que, antes de la Navidad, volveremos a las urnas para elegir al futuro Presidente del Gobierno, pero, aún así, seguro que notamos un pequeño respiro.

Pero estas elecciones son distintas. No a las otras elecciones locales que pudimos vivir hace cuatro u ocho años, sino a aquellas que manejan un mensaje más global con el que nos sentimos identificados más por ideologías que por ideas.

En estas elecciones jugamos en casa, con todo lo que ello pueda conllevar. Hay un símil muy sencillo de entender. Hace unos años, los cumpleaños infantiles se celebraban en casa con sándwich de york y queso y coca-cola. Ahora, pocos son los que se atreven a convocar una fiesta infantil sin salir de casa, por cómo queda la leonera cuando los niños se van.

Pues, en estas elecciones, debemos aprender de eso y aplicar la moraleja antes de saber el cuento completo. Las elecciones se van, pero los pueblos se quedan. Y el mejor mensaje que cualquier candidato puede enviar a la ciudadanía es que le gusta tener el pueblo ordenado antes, durante y después de las elecciones.

Si entramos a saco con mensajes descalificantes, debates sin ética o calificativos de escasa educación, solo vamos a conseguir enfrentar a vecinos contra vecinos. Y eso no es más que mantener un enfrentamiento artificial en nuestros pueblos pensando que esa actitud puede acercar las ascuas a nuestras sardinas.

Nada más lejos de la realidad. Afortunadamente, vivimos ya en una sociedad que ha superado el debate de las ideologías. Quedan algunos, pero no muchos, para quienes votar a una opción política distinta a la tradicionalmente familiar es una traición insuperable a sus antepasados. Pero hay muchos, la gran mayoría, que han optado por dejar atrás las ideologías y pasar a las ideas.

En esos casos, los ciudadanos esperan propuestas amables, de crecimiento personal y de orgullo de pertenencia. No se entiende otra forma de hacer política que no sea haciendo grandes a nuestros pueblos. No es la hora de una lucha sin cuartel, es la hora de la educación, de las buenas formas y de las propuestas sensatas que nos hagan seguir avanzando como sociedad.

Quizá aún quede mucho por reflexionar en este tema. Quizá haya avances aun pendientes, pero, por suerte, no podemos comparar el ambiente electoral de hace veinte años con el de ahora. Si queremos mostrarnos como gobernantes sensatos, debemos presentarnos como candidatos constructivos. Si queremos demostrar que nuestro proyecto es mejor que los alternativos, debemos hacerlo enseñando nuestra grandeza y no las penurias de los demás.

Es una buena oportunidad de demostrarnos unos a otros la capacidad de convivencia que hay en nuestra tierra, transcurrido ya casi un cuarto del siglo XXI. Es un buen momento de debatir para construir juntos un mejor futuro. No he dudado nunca que nadie se presenta a unas elecciones para destruir el pueblo en el que vive, pero tampoco debemos permitir a nadie que lo haga para destruir al adversario a que se enfrenta.

Estoy convencido, a poco más de dos semanas de volver a las urnas, que nuestros vecinos, todos, desde la gran capital de esta comarca hasta el pueblo más pequeño, agradecerán una campaña amable, constructiva y dialogante. Estoy seguro de que van a valorar la valía de un candidato tanto por sus propuestas como por la forma de hacerlas llegar a los ciudadanos y que nunca, nunca, esas formas pueden ser descalificativas de nadie ni de nada.

Seamos elegantes hasta para competir. Aprendamos que todos podemos sumar a nuestros pueblos desde las buenas formas, desde la política creativa y desde la originalidad, que dista mucho del combate político encarnizado del que, en algún momento, parecía que no sabíamos salir.

Es el momento de la educación. Una vez más, las urnas nos dan la oportunidad de mostrarnos como ciudadanos modelo y no como mercenarios en busca de un acta de concejal, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Nuestros pueblos lo agradecerán, nuestros vecinos también y nuestra sociedad habrá demostrado que sabe avanzar y sabe convivir. ¡Adelante!

Carlos Gil Santiago
Alcalde de Benavites

 

 

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