Mejoras necesarias

Escrito por Luis Ballester Moreno
Miércoles, 29 Marzo 2023 16:31

¿No les ha pasado alguna vez que de tantas cosas que tenemos en la cabeza (aunque más de una esté bastante vacía de contenidos) le gustaría vivirlas si no todas, algunas de ellas? Y no solo vivirlas, también plasmarlas escritas para dejar constancia de que en vez de pasar los días dejando bastantes horas en blanco, aprovecháramos el tiempo que estamos en esta maravillosa luz para darnos cuenta de la riqueza que significa estar vivos y por ende, es más que suficiente para sentirnos contagiados y al mismo tiempo contagiar, a todo el que sea capaz de oír el sonido del universo y ver que cada uno de nosotros es una maravilla.

Estos pensamientos suelen venir cuando una de tan poquitas veces tienes tal claridad mental que si no se cortara la vena, quizás serías capaz de redescubrir América o dar con el misterio de la vida.

Puede que no se entienda bien, pero les aseguro que nacen del subconsciente y van directamente al sitio en el cerebro donde nacen los sueños. Soñar, que encanto. Usted puede soñar lo que quiera y además puede hacerlo dormido o despierto. Unos sueños será cuestión de saber interpretarlos y otros de saber inculcarlos tanto en uno mismo como en el viento. Sí, en el viento, porque lo mismo que somos capaces de saber qué clase de comida se está guisando según el olor que nos viene, así entrarían en nuestro discernir mental y puede (porque no) hacernos ver la riqueza y la capacidad que hay en cada uno.

Y es que ocupamos tanto espacio en nuestra cabecita con las críticas, con las envidias, con las descalificaciones y con la creencia de que se trate de lo que se trate nosotros lo haríamos mejor, que nos falta una pizca de inteligencia para descartar todo lo banal y dedicarnos a cosas mejores. Aunque sea a pensar ¡mire usted! que es barato y algunas veces da muy buenos resultados. Por eso, lo primero debería ser limpiar la memoria (como en los móviles) y hacer una selección de lo que hay en ese almacén y eliminar lo que pensamos que no vale la pena mantenerlo ahí. Claro que una cosa es lo que deberíamos hacer, y otra saber hacerlo, porque no es fácil quitarse de encima lo que lleva tanto tiempo instalado en nuestro profundo sentimiento, aunque fuera equivocado.

Porque, vamos a ver, ¿Podemos mantener que nuestros sueños de entonces, en lo que creíamos, en nuestro deseo de como queríamos que ocurrieran las cosas, sigue siendo así? Francamente pienso que no. Aunque nuestra personalidad siga siendo la misma, el enfoque de como las vemos ahora es diferente. No evolucionamos al ritmo de los acontecimientos pero sí cambiamos en la forma de ver de otros colores lo que antes era solo de uno. El tiempo lima muchas asperezas de las que pensábamos que no nos desprenderíamos nunca, y de esta manera, nos deja ver que donde antes veíamos nubarrones, ahora (que entendemos más de meteorología) vemos que son “cúmulos” o sea, nubecitas de buen tiempo.

Por eso, nos parece que mejoramos. Que si miramos con buenos ojos lo que antes o lo mirábamos mal o no lo mirábamos, repercute en nuestra salud y empatizamos mejor con el ambiente. Ni el lobo es tan fiero como lo pintan, ni los corderos son tan inocentes. Ya sé que no se puede ir por este mundo poniendo la otra mejilla, pero sí suavizando un poco la mucha rabia que llevamos dentro. ¿Quién dice que este mundo que ya es bueno, no se puede mejorar? Claro que sí, si cada uno ponemos un poquito de interés en ello.

Luis Ballester Moreno

 

 

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