La historia de María Pérez “La Jabalina” es la historia de una infamia. Una historia que no fue casual ni fue única. Hubo muchísimas Jabalinas que sufrieron esa brutal represión, durante la guerra civil primero y, ya en el franquismo, por el doble hecho de ser mujer y ser libre, y que acabó pagando con su vida junto con los otros 2.237 fusilados en Paterna. Precisamente, estos días, y con presupuesto de la Conselleria de Memoria Democrática, se ha abierto una de las muchas fosas comunes que hay allí, la Fosa 95, en la que yacen 46 cuerpos de los cuales seis son vecinos de Sagunto, fusilados todos ellos el 17 de noviembre de 1939.

Pero volviendo a La Jabalina, la historia es bien conocida. Nacida en 1917 en Teruel, se vino junto con su familia a Sagunto al calor de la siderurgia local, necesitada de mano de obra. Ya durante la II República, María entra en contacto con el movimiento anarquista local y pasa a formar parte de las Juventudes Libertarias. Como consecuencia de ello, con el estallido de la Guerra Civil, se incorpora con 19 años y como enfermera a la Columna de Hierro, milicia anarcosindicalista que luchó en el Frente de Teruel, formada, en su mayor parte, por voluntarios de ciudades valencianas. A los pocos días, durante el viaje, es herida de gravedad en un ataque de la aviación fascista y trasladada al Hospital General de Valencia, donde pasó 4 meses. Comúnmente, se la considera la primera mujer herida en batalla durante la Guerra Civil. Ya no volvió al frente y volvió a Puerto de Sagunto para trabajar en la siderurgia, convertida en fábrica de armamento de la República, la única que le quedaba.

Y, a partir de aquí, la tormenta perfecta. Los golpistas ganan la guerra y se instaura un régimen de terror y opresión sobre la población. Empiezan a llegar las falsas acusaciones e imputaciones de delitos a cada cual más inverosímil. Delitos, por cierto que no pudo cometer al estar ingresada en el hospital. Finalmente, el consejo de guerra, juicio farsa, condena a muerte y el fusilamiento en Paterna en 1942. Tenía 25 años y comúnmente, se la considera la última mujer fusilada por el franquismo.

Desde la concejalía de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Sagunto hemos querido aportar luz ante tanta oscuridad y, principalmente, combatir el olvido dentro de esa máxima de Verdad, Justicia y Reparación. El caso de María Pérez ha sido uno de los ejemplos en los que hemos venido trabajando desde la concejalía, con Miguel Ángel Martín como técnico, siguiendo la labor que inició allá por el 2003 la asociación Dones de Baladre y que continuaron personas como Manuel Girona con su estudio “Una miliciana en la Columna de Hierro”, Lola López a través de la compañía Hongaresa de Teatre, Rosana Corral con su biografía novelada, el profesor Roberto Arnau con sus investigaciones o la banda local de punk rock Prisoners of War con su música.

Lo hacemos desde el lenguaje del cómic, una herramienta potentísima para comunicar y, sobre todo, para dar a conocer una historia, la de María, que merece ser sabida. Su peripecia vital es muy conocida en Sagunto y en los círculos memorialistas, pero, fuera de esas fronteras, su presencia se pierde. De ahí que este primer trabajo de la concejalía de MMHH en cómic trate de recuperar esta figura, la de La Jabalina. Un tema que, además, combina con uno de los objetivos que tiene la concejalía de MMHH, que es el de tratar la represión franquista en nuestra ciudad, pero también el de sacar a la luz a los protagonistas de las resistencias ante ese franquismo y su represión brutal.

Y lo hace, de la mano de dos de los autores más en forma del panorama de la novela gráfica española, Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, Premios Nacional del cómic en 2019 y colaboradores del Festival Splash que organizamos también desde la concejalía de Juventud. Ellos dos han convertido la tragedia de María en una de las mejores novelas gráficas sobre la guerra civil, a la altura de obras maestras como “El arte de volar”, “Los surcos del azar”, “Jamás tendré 20 años”, “36-39” de Carlos Giménez, o la trilogía sobre el Doctor Uriel a cargo del maestro Sento Llobell. Se han dejado la piel en este proyecto, en cada diálogo y viñeta por lo que, desde la concejalía de Memoria Histórica, estamos enormemente agradecidos.

Ellos, Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, en alianza con Astiberri, una de las principales editoriales, han gestado esta novela gráfica que ahora sale a la luz para convertirse en el gran altavoz de la historia de La Jabalina, que no es sino un ejemplo más de la crueldad y brutal represión que sufrieron cientos de miles de represaliados y represaliadas en nuestro país. Como bien se dice en una viñeta del cómic, una tarea de exterminio que duró cuarenta años.

Guillermo Sampedro Ruiz
Concejal de Memoria Histórica y miembro de EU