Se acerca el 31 de diciembre y como todos los años, es momento de hacer balance de lo bueno y lo malo. Casi 8 años de tripartito de izquierdas, de los que los tres últimos, los ha presidido el socialista Darío Moreno, y sinceramente poca esperanza de cambio podemos tener.
Si el alcalde ha de apelar a la decisión de invertir de Volkswagen para salir al paso no solo de la marginación que supone la falta de inversión pública tanto de los presupuestos del Estado como los de la Generalitat, sino también para ocultar de nuevo la pobre gestión municipal, demuestra que este tridente socialista de Moreno, Puig y Sánchez es desastroso para nuestra ciudad.

El cúmulo de promesas incumplidas en los tres niveles denota que, pese al pretender justificar sus primeros cuatro años de sequía diciendo que esta legislatura iba a ser la de su confirmación, ha dado igual, porque han pasado cuatro más y la falta de resultados, es elocuente.

Por lo visto da igual que pasen cuatro, ocho que doce o que se vaya a notar que gobiernen en todas las administraciones los mismos porque las fotos y los anuncios no se ejecutan solos. Los datos no mienten y las promesas incumplidas, tampoco.

Si las cosas lejos de solucionarse han empeorado con el paso del tiempo, lo único que demuestra es lo negativo de la gestión de este tripartito.

Llegados estos días, a cinco meses de elecciones, desde el tripartito vuelven a anunciar y prometer lo que hace un año se comprometieron a solucionar una vez más.
365 días después, ni el anuncio de la gigafactoría es capaz de ocultar las deficiencias que, con darse un simple paseo por cualquier barrio de la ciudad se detectan: suciedad, baches, …

Por eso los vecinos se muestran indignados con el tripartito después de todos estos años y la sucesión de excusas que van desde el somos nuevos sin serlo de principio de legislatura a pretender ocultar su ineficacia con la inversión de una empresa privada.

Tres años y medio después y un más de lo mismo, la realidad es que el balance de la gestión del tripartito es muy pobre. Sin inversiones destacables, reciclando los anuncios una vez tras otra, sin ofrecer soluciones a las cuestiones más básicas del día a día, las consecuencias están ahí.

La dejadez de este gobierno ha hecho mella, la ciudad hoy está más sucia, en las calles se multiplican los baches y los vecinos se quejan de su falta de iluminación y protestan y dan rienda a su indignación porque ven que tras 8 años de anuncios y promesas incumplidas no hay nada y su calidad de vida ha empeorado.

Tres años y medio después, la sucesión de excusas como lo de ser nuevo sin serlo, de principio de legislatura, ha dejado patente la realidad del más de lo mismo. Sin inversiones, con las cuentas en números rojos, en definitiva, sin las soluciones a las cuestiones más básicas del día a día.

Por eso anunciar de nuevo lo mismo que de forma reiterada llevan haciendo desde principio de legislatura no va a cambiar la percepción de la gente sobre la capacidad de gestión de un gobierno mediocre. El socialista Darío Moreno sabe que ha roto la confianza de muchos vecinos, porque no hay resultados.

Y eso es algo que hasta sus propios socios empiezan a denunciar. Se hacen oposición a sí mismos, criticando como grupo las decisiones que toman como gobierno.

Esta semana ha sido Compromís la puesta en marcha del control de accesos a Ciutat Vella pero las críticas a sus propias actuaciones son un goteo constante como se ha demostrado en la dilación y retraso en la aprobación del presupuesto, en el hecho de presentar alegaciones como grupo contra las plantas fotovoltaicas del proyecto de la gigafactoría de Volkswagen o acusar a sus socios de ponerse medallas que no les corresponden con el proyecto del CEAM del economato o reivindicando el proceso de absorción del conservatorio por parte de la Generalitat, algo que quedó claro se podría haber hecho desde el pasado 1 de enero y que ahora vuelven a anunciar.

El resumen es que se puede ser simpático y hacerse muchas fotos pero con eso no se gestiona una ciudad como la nuestra. Los ejemplos de su insolvencia no se pueden disimular ni asumiendo el pago de proyectos que debieran realizar la administración autonómica o del Estado donde gobiernan los suyos porque nos ninguneen presupuesto tras presupuesto.

En el tramo final de la legislatura la única evidencia es que no hay resultados, solo números rojos y política de autobombo. Este es el pobre bagaje del socialista Darío Moreno y su tripartito.

Sergio Muniesa Franco
Portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Sagunto