Cuando en el 2006 entró en vigor la ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia en España, se abrió la oportunidad a que las familias con un familiar dependiente y cuyos ingresos en la unidad familiar no eran suficientes para pagar a un cuidador mientras las personas que están en edad activa salían al mercado laboral,  se les daban la opción de escoger entre sus servicios el de cuidador no profesional, es decir, uno de sus miembros se pusiera como cuidador de la persona con dependencia y se les pagará por ello, como si fuera un trabajo remunerado.

¿Pero de verdad cumple su función este servicio en concreto? Por un lado, este servicio es compatible con una media jornada, pero mientras trabajas esa media jornada alguien tiene que cuidar de la persona con dependencia; por otro lado, si te dedicas a jornada completa a su cuidado se resiente la economía familiar, porque es un sueldo menos que entra. Y es que si eliges cualquier otro servicio, bien sea la opción de centro residencial, centro de día, asistencia profesional, etc. su coste es más elevado aún.  Por ejemplo: la plaza pública de un centro  esidencial que te cubre el coste integro del servicio, está en torno a unos 1800€/mes, mientras que si te quedas cuidando a tu familiar en casa recibe económicamente en relación al grado, y como importe máximo en el grado III por 387 euros al mes, muchísimo menos que lo que se paga por cualquier otro servicio, cuando este es de dedicación 24 horas.

En el hogar deja de entrar un sueldo , para que entre una prestación con importe inferior a lo que pagarían a una sola persona por el Ingreso Mínimo Vital o la Renta Valenciana de Inclusión social. Aunque no mejora si lo comparamos con la cuantía fijada del salario mínimo interprofesional, ya que se encuentra muy por debajo. ¿Con este servicio, y teniendo en cuenta la prestación asignada por cuidar de tu familiar discapacitado… de verdad es un opción la que te dan? ¿O te condiciona para que veas más viable el escoger cualquier de los otros servicios?

Además, si hablamos de familias con riesgo de exclusión social, la ayuda a la ley de la dependencia está congelada desde el momento de su aprobación y sin ningún tipo de revaloración, ya que parece ser que para el Estado y para las comunidades autónomas, el coste de la vida no sube a causa del desorbitado incremento de la inflación. En 2007 sale se publicó en todos los medios de prensa escrita, la noticia de  que se iban a establecer unas cuantías bastantes más elevadas de lo que a día de hoy está establecido, incumpliendo los acuerdos y las “promesas” a las que se llegaron entonces.

Desde IDEA SAGUNTO-PUERTO,  proponemos que con carácter urgente, se vuelvan a revisar estas cuantías, se incluyan en los presupuestos generales y se apueste de manera firma y contundente por no dejar a las personas cuidadoras de familiares dependientes,  al borde de exclusión social.

Yolanda Ruiz
Responsable de Asociaciones y Accesibilidad IDEA SAGUNTO-PUERTO