No todas las mañanas se tiene la suerte de compartir cerveza y pincho de tortilla con un campeón. Y, menos aún, poder comprobar que todo un subcampeonato del mundo no está reñido con la humildad de un grande.
A pocas horas de saber si argentinos o franceses van a ser campeones del Mundial de Qatar, quizá es buen momento para volver la mirada hacia otras disciplinas, quizá menos mediáticas, pero igual o más sacrificadas que el llamado “deporte rey”.
Es cierto que destacar en el deporte es un hito que pocos alcanzan, pero también lo es que no en todos los casos sirve por igual. Vivimos en un país con cultura mayoritaria de fútbol, aunque eso no deba hacernos parecer que nada más existe. No quiero, con esto, minusvalorar el mérito de ningún deportista, profesional o no, sea cual sea el deporte que practique, pero si reivindicar que deportistas son todos y sus éxitos deberíamos celebrarlos por igual.
Contamos, por suerte, en nuestra comarca, con grandes referentes del deporte: atletas olímpicos, algunos campeones del mundo, varios campeones de España y muchos, muchos, campeones autonómicos y provinciales. De todos ellos, y de quienes, día a día, trabajan para emular sus éxitos, deberíamos sentirnos orgullosos y destacarlos como ejemplo a seguir para los más jóvenes y referencias a atender para los que ya no lo somos tanto.
Instituciones y ciudadanos debemos entender que todo es deporte, que todos son deportistas y que muchos son campeones. El tratamiento de ídolos del que unos pocos disfrutan tras marcar, o evitar, muchos goles o ganar varios Tour de Francia consecutivos, es un nivel reservado al que pocos pueden acceder, pero que no puede desviar la atención del esfuerzo que supone salir cada día a entrenar o competir en cada uno de los deportes, conocidos o no, que practican muchos vecinos del Camp de Morvedre.
Si queremos hacer del deporte un estilo de vida, no podemos dejar de lado el que practican las bases, el de las minorías, el de los que dejan su tiempo (y, muchas veces, su dinero) en trabajar para ser mejores cada día. Esos son los verdaderos ejemplos: los que no cuentan sus fichas por millones de euros sino por los pequeños retos que, con sumo esfuerzo, van consiguiendo.
El deporte aporta mucho más que una buena forma física. Sea individual o en equipo, ayuda a aprender a convivir, a ser disciplinado, a que todo esfuerzo tiene su recompensa y toda recompensa precisa de un esfuerzo previo. Pero, pese a esto, no conozco a ningún deportista al que no le guste un aplauso o un grito de ánimo.
Fomentar el deporte es algo más que apoyar a la alta competición. Es reconocer el esfuerzo de los que empiezan, el mérito de quienes se mantienen y el éxito de quienes llegan a alcanzar sus objetivos, aunque no aparezcan en los titulares del Telediario.
Tenemos mucho que aprender de ellos y mucho agradecimiento que mostrarles. Hacen una sociedad mejor, mostrando que nada se consigue sin sacrificio, enseñándonos un estilo de vida en que poco, o nada, se confía a la suerte, y haciéndonos ver que, ante la dificultad, antes que la queja, está la constancia y la fe en uno mismo.
En una sociedad en que los valores se devalúan por momentos, necesitamos estos pequeños referentes, esos vecinos que, por tenerlos más cerca, no dejan de ser verdaderos ejemplos a seguir. Sería un buen ejercicio pararnos a mirar cuanto deporte se practica a nuestro alrededor y cuantas “sencillas figuras” podemos encontrar en las múltiples instalaciones deportivas de esta comarca. Quizá así, sentiríamos la cercanía de esos grandes héroes desconocidos y no nos haría falta discutir si el balón había salido o no antes del segundo gol de Japón.
El ejemplo a seguir está más cerca. Busquémoslos y aprendamos de ellos. No todos los días se tiene la suerte de conocer de cerca a un campeón. Aunque los italianos tuviesen mejor tino hay mucho que aprender de quien levanta la sencillez como bandera y la cercanía como modo de vida. Enhorabuena, Toni, y enhorabuena a todos los que, con vuestro esfuerzo cotidiano, nos hacéis disfrutar de esos grandes éxitos que nos hacen sentir a todos un poco más campeones.
Carlos Gil Santiago
Alcalde de Benavites
