La consolidación definitiva de Parc Sagunt II que supondrá la fábrica de baterías de la Volkswagen, junto con la(s) anunciadas plantas fotovoltaicas que llevará aparejada, al norte del Palancia y al oeste de Parc Sagunt II, más la no muy lejana ampliación del puerto comercial de Sagunto, van a acarrear -están acarreando- una carrera por urbanizar los últimos espacios libres que aún nos quedan en el término municipal. Las inmobiliarias no cesan de propagar que la demanda de viviendas se está disparando.
Recientemente, en la Feria de Barcelona se celebró un importante congreso de la industria inmobiliaria, en el que Sagunto fue finalista en los premios al mejor destino de inversión inmobiliaria. Esta noticia que aparentemente es buena esconde una amenaza que no hay que pasar por alto, que no hay que despreciar.
El impacto de la nueva reindustrialización en marcha, en forma de destrucción de territorio natural y agrícola, es brutal y, por ello, es necesario buscar de manera urgente figuras de protección para los últimos territorios urbanos que todavía podemos salvar de la especulación en marcha. En concreto estamos hablando de la Mallà (entre el vial internúcleos y el río Palancia) y el Mamellot (entre el vial de acceso norte o avenida del Delta y el río Palancia). Dos espacios de uso agrícola tradicional en proceso de degradación y que conforman un espacio singular, salpicado de motores tradicionales para el riego de naranjos, fruto del gran desarrollo que tuvo lugar en Sagunto y comarca durante el cambio de los siglos XIX al XX, que transformó en regadío la gran extensión de vid, cultivo de secano dominante en la comarca y su sustitución por el cultivo intensivo de naranjos. Dos espacios ideales a añadir a un futuro bosque urbano, con el objeto de poder crear una amplia área de naturaleza con el Palància como eje vertebrador y futuro centro de un ambicioso plan municipal de renaturalización de la ciudad. Estas pastillas de suelo están actualmente calificadas en el PGOU como “suelo no urbanizable común” y si queremos preservarlas de la especulación y pensar en el futuro, deberíamos recalificarlas como “suelo no urbanizable protegido” de manera urgente.
Ese plan municipal debería de incorporar todos los espacios naturales urbanos y periurbanos conquistados por la ciudadanía a las fuerzas del mercado y la especulación: la Mallà, el Mamellot, una nueva avenida del Mediterráneo naturalizada, el Malecón, la Gerencia, etc; un amplio espacio de naturaleza para el disfrute de la ciudadanía y mejora de la salud; y como elemento compensador de la pérdida de espacio natural y agrícola, que comportará la consolidación de Parc Sagunt I y II, y la instalación de las plantas fotovoltaicas que se incluyen en el proyecto de la Volkswagen (más de 8 millones de m2, el equivalente a más de mil campos de fútbol; sin olvidar los terrenos que ocuparán las nuevas infraestructuras ferroviarias y de carreteras que llevan acompañadas).
Comissió Riu Palància de Acció Ecologista Agró
