Invisible

Escrito por Carlos Gil Santiago
Viernes, 02 Diciembre 2022 21:02

La economía en España dejó de funcionar hace ya muchos meses. Es una obviedad de tamaño similar al de reconocer que gran parte de los ciudadanos de este país empiezan a notar ya los efectos de una contracción económica más que prevista. Y más aún lo es que el Gobierno sigue puesto de perfil ante los problemas que esta situación puede generar a corto, medio y largo plazo, mirando hacia otro lado y entreteniéndose con las soflamas propagandísticas (cada uno que lo lea en el sentido que quiera) de la ministra Montero.

No es la primera vez que un Gobierno socialista intenta camuflar una crisis en ciernes. El problema no es solo el reconocimiento de su existencia, sino los efectos que causa en la vida cotidiana de muchos millones de ciudadanos. Como todas las enfermedades, las crisis económicas atajadas a tiempo tienen unos efectos menos perniciosos y, aún siendo no evitables, permiten amortiguar sus consecuencias. Aquel debate entre Solbes y Pizarro, que muchos mantenemos aún en la retina, en que el primero negó por activa y por pasiva algo que todo vimos y sufrimos solo unos días después, es un ejemplo claro de lo que ahora intentan conseguir Pedro Sánchez y su Gobierno.

Peor aún es que, quienes tienen que poner solución al problema, se vengan beneficiando de él. Si esta crisis tiene un detonante claro, es la inflación. El crecimiento disparado y disparatado de precios que estamos sufriendo ciudadanos, empresas y administraciones públicas llega al ahogo de cualquier economía. De camino estamos, por si alguien aún lo duda. Hace ya meses, la subida de precios de combustibles y electricidad empezaba a disparar todas las alarmas, más aún cuando esos precios acaban revirtiendo en todos los productos de la cesta de la compra. Y así ha sido. Hoy, cualquier compra de productos básicos de alimentación y de limpieza supone un coste que, en ocasiones, duplica al de hace poco más de un año. No sabría si decir que es injustificable, pero de lo que estoy seguro es que es insoportable para una economía familiar media.

Pero, como en todas las crisis, siempre hay alguien que sale beneficiado. Y en este caso es… el Gobierno. Mientras los españoles no encontramos ya forma de ajustarnos más el cinturón, la recaudación tributaria aumenta de forma exponencial mes tras mes. Solo en la Comunidad Valenciana, Hacienda ha recaudado impuestos por más de dos mil millones de euros más que hace un año. Extrapolado al resto de España, la cifra resulta mucho más escandalosa. La ecuación es fácil. Si la mayoría de compras viene gravada por un IVA del 21%, cuando el precio del producto se duplica, la recaudación por IVA lo hace igualmente. Y así, las arcas del Estado se ven exageradamente incrementadas mientras quien debería aportar la solución disfruta de los efectos del problema.

Más cómico (por intentar buscarle la gracia) resulta que, a Ximo Puig, se le haya ocurrido, como toda solución, crear la Alianza Valenciana contra la Inflación e implicar en ella a quienes no pueden actuar contra la subida de precios, para que sean el parapeto de quien debería estar actuando. Pensándolo bien, más que cómico resulta ridículo. La economía no se mueve por alianzas sino por acciones. Y estas pueden ser beneficiosas, neutras o perjudiciales, pero requieren una acción en la que al Gobierno (me da igual el estatal que el autonómico) ni se le ve ni se le espera.

Decía Samuelson que la economía es como un barco, por cuanto las acciones de hoy ven sus efectos reflejados de forma muy lenta. Es cierto, y de aquellos barros, estos lodos. Mientras el apoyo a los autónomos y a los creadores de empleo brillen por su ausencia, la economía será un lastre para España y, ese lastre, acabará arrastrando al país a una nueva crisis como la que vivimos hace apenas unos años.

Se requiere conocimiento, determinación y acción. Pero mientras miramos al “solo sí es sí”, el tiempo se nos va sin vislumbrar en el horizonte ninguna política económica que aporte un mínimo de optimismo.

Seguiremos pagando, y mucho, por aquello que necesitamos para vivir. Seguirán recaudando, cada día más, por aquello que todos pagamos. Y seguiremos viendo como a este Gobierno, como siempre ha demostrado, la economía le importa poco o nada, como si, todo lo que está pasando y lo que queda por venir, fuera siempre invisible.

Carlos Gil Santiago
Alcalde de Benavites

 

 

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