El Puerto de... ¿Hasta cuándo?

Escrito por Ramón García Ortín
Viernes, 02 Septiembre 2022 21:02

En este mundo todo está en perpetuo cambio, ocurre también a nivel social y un ejemplo de esto lo tenemos con nuestro municipio. A principios del siglo XX, Sagunto tenía 7.139 habitantes, El Puerto no existía. En la actualidad, Sagunto tiene unos 22.000 habitantes y El Puerto más de 45.000, se ha creado una ciudad nueva a raíz de la industrialización y el municipio, en su conjunto, ha multiplicado por 10 su población. Donde antes había una ciudad, ahora hay dos; sin embargo, la estructura administrativa se mantiene como si nada hubiera ocurrido.

Dejarse llevar por la inercia y mantenerse en esquemas que ya no responden a la situación real, provoca serias deficiencias y disfunciones en la gestión. En nuestro caso, estas deficiencias se ven potenciadas por la absurda obsesión de unir artificialmente ambas ciudades.

Empeño en el que se llevan cien años y lo único que se ha conseguido es provocar un desastre urbanístico, agrario y ambiental que es difícil de superar. Obstinada cerrazón de las administraciones que están logrando, justo, lo contrario de lo que pretendían. Sus demenciales planes están creando entre Sagunto y El Puerto barreras que no las pueden salvar con todo el diseño de viales y avenidas entre una y otra ciudad.

Hay quienes todavía creen que el mundo fue creado en 7 días, y tal como quedó en el séptimo así tiene que continuar, cualquier modificación es una herejía.

Otro motivo de esta resistencia al cambio proviene del miedo de los poderes del Estado a tener una Ciudad Factoría, que siempre se muestran especialmente levantiscas con los gobiernos, por lo que han preferido, en nuestro caso, tenernos sujetos a una ciudad predominantemente agraria que se supone más conservadora. Hay que tener en cuenta que, hasta el año 1977, hemos vivido la mayor parte del tiempo, exceptuando el breve periodo de la II República, bajo regímenes dictatoriales, primero con Primo de Rivera y posteriormente con Franco, un periodo en el que el famoso fantasma que recorría Europa se mostraba en toda su pujanza y, por tanto, todas las precauciones eran pocas.

A lo anterior añadamos que, con el paso a la Monarquía Parlamentaria, encabezada por el nunca bien clasificado “Campechano”, el fomento del nacionalismo se convirtió en una política de Estado. Todo elemento singular era susceptible de convertirse en la piedra angular de la acción política, en el caso de la Comunidad Valenciana ese elemento era la lengua. Se ha pretendido retrotraernos a la situación de dominación que quedó tras Jaime I, en época todavía feudal, y con estas premisas, territorialmente, El Puerto es una ciudad de predominio catalano-parlante, o valenciano-parlante, como quieran llamarle, lo que choca frontalmente con la realidad más palmaria. ¡Vamos!, una piedra en el zapato. La solución a esta disfunción la dieron algunas lumbreras, concejales del Ayuntamiento de Sagunto: Se suprime el topónimo Puerto de Sagunto y automáticamente El Puerto desaparece, ya solo queda Sagunto.

Estamos ante la presencia de una especie de diplopía inversa, me refiero a esta patología de la vista que hace ver doble, en el caso de Sagunto y El Puerto ocurre lo contrario, hay quien solo ve una ciudad. Resultan curiosas las declaraciones que en su día hizo al respecto Miguel Ángel Martín, cabeza de lista de Izquierda Unida en la legislatura 2003-2007: «Si partimos un barco por la mitad no tenemos dos barcos, tenemos un naufragio…», evidentemente, pero lo que pretenden quienes opinan así, es unir una embarcación a vela de 10 metros de eslora con otra a motor de 20 metros de eslora, para que parezca solo una, una especie de catamarán que navegaría con serios problemas, que es lo que nos está pasando.

Resulta paradójico que en El Puerto los votantes de todos los partidos con representación en el Ayuntamiento se declaran mayoritariamente por la independencia de Sagunto. Significativo es el caso de IU, en la encuesta realizada por este periódico, el 75% de quienes les votaban eran partidarios de un Puerto independiente. Excepto Iniciativa Porteña todos actúan en sentido contrario a sus votantes.

Gestionar El Puerto con cordura, desde la proximidad, desde las infraestructuras y servicios necesarios hasta lo cotidiano, sería más eficiente, económico, coherente, respetuoso con el medio y nos tendrían más en cuenta en todas las administraciones y entes públicos. Un beneficio para toda la ciudadanía.

Ramón García Ortín

Modificado por última vez en Viernes, 02 Septiembre 2022 18:35

 

 

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