Solidaridad energética

Escrito por Ana María Quesada Arias
Viernes, 05 Agosto 2022 21:05

«Quitémonos la corbata» es la anécdota que está haciendo que hablemos de la necesidad del ahorro de energía, a pesar del revuelo en algunos partidos políticos.

Me recuerda a la larga sequía que sufrimos desde aproximadamente el año 92 en adelante. Recuerdo también claramente oír las quejas de quienes decían que, si podían pagarla, porqué no iban a utilizar toda el agua que quisieran. En aquellos años toda nuestra sociedad aprendió que no se trataba de poder pagarla, sino de que hubiese para todas las personas y todas las necesidades. Y ahora nos está ocurriendo lo mismo con la energía. Aunque también confío en que aprenderemos. Seguro.

No hablamos de una propuesta de un partido político. Hablamos de una necesidad de prevenir para poder seguir viviendo y produciendo en situación similar a la que conocemos. Se trata de que es una necesidad para continuar con nuestra forma de vida, adaptándonos a las circunstancias, evolucionando positivamente en nuestro consumo y en la forma de obtener esa energía.

Nuestra sociedad, nuestra “civilización”, se ha ido construyendo y estructurando alrededor de ella. Solamente pensemos en lo que ocurre un día que no tenemos electricidad: frigorífico apagado, sin internet, sin recargar la batería del móvil, y toda esa infinidad de pequeñas y grandes necesidades energéticas.

Eso por no hablar del encarecimiento de los recibos y de quienes no pueden hacerle frente, de quienes han de vivir con el temor a la llegada del pago de la factura. Somos muchas personas las que nos hemos encontrado en esa situación en un momento u otro de nuestras vidas y sabemos lo que es. Por eso, la Solidaridad Energética ya generalizada a países enteros de nuestro continente por las circunstancias actuales, ha de ser lo que nos impulse a la parte política a la hora de tomar decisiones.

Pensemos también en lo que está significando el no poder conseguir determinados componentes para fabricar, apliquémoslo a la falta de energía para fabricar. Imaginemos lo que podría ocurrir. No lo queremos y se está actuando para que no ocurra. Seamos conscientes de nuestra dependencia y tomemos medidas para adecuarla a la situación actual y futura. Estamos llegando tarde a la generación de energías renovables, pero que eso solo nos sirva para redoblar esfuerzos, no para bajar los brazos.

Ya sabemos, desde la anterior crisis económica, que este modelo económico ha de ir evolucionando. Y así lo está haciendo. Más despacio de lo que querríamos o sería recomendable, seguramente, pero también manteniendo y consolidando puestos de trabajo, y por lo tanto, nuestro bienestar. Mantengamos los pies en el suelo. No es una cuestión de siglas, es una cuestión de pervivencia y de bienestar común.

Ana María Quesada Arias
Coordinadora Grupos Sectoriales Ejecutiva Provincia PSPV-PSOE

 

 

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