Salirme del tiesto

Escrito por Luis Ballester Moreno
Jueves, 30 Junio 2022 13:55

No suelo escribir sobre política, ni lo voy a hacer ahora. Solo comentar o poner de manifiesto la forma que tienen algunos de demostrar que nunca estarán de acuerdo con su oponente aunque lo que haga, se demuestre que es bueno para todos. No dan razones, ni proponen otras alternativas; ni tampoco conceden margen de tiempo hasta ver los resultados de aquello que no les gusta si son buenos o malos. Lanzan su verborrea al papel llena de hiel, odio, insultos y descalificaciones y dando por bueno que su opinión vale más que todo cuanto diga o haga el otro que según él, miente a todo el mundo y hace aquello que solo sirve para beneficiar su interés y el de los suyos. Y todo esto, porque tiene fijo oponerse a todo y no da opción a que el contrario, lleve razón.

A veces uno llega a pensar que (con la diferencia del sonido) las intenciones no han cambiado mucho de las que empezaron en las trincheras allá por el treinta y seis.

Mi padre luchó contra el fascismo, y como tantos otros de los dos bandos, hacía lo que le mandaban que había que hacer. Creo que si a muchos de los que allí estaban, daba igual en qué lado, le preguntaran por qué peleaban, no habrían sabido qué responder.

En el frente de Madrid, mi padre perdió (no sé porque se dice perdió). le arrancaron de su cuerpo un ojo y una mano, y ahí se acabó su lucha. Nunca le oí quejarse ni hablar mal de nadie ni llamar esto o aquello a “sus enemigos”. Aceptó su suerte y empezó otra lucha que para él sí tenía motivos de ser; y lo hizo con todo su valor y coraje, porque en ello le iba mucho más que en la otra o al menos, le tocaba más de cerca.

Como fue de los ”malos” y ganaron los “buenos” no tenía ni perdón ni derecho a nada; así que tuvo que emplearse a fondo para sacar adelante a su familia porque lo que había en el desván español, era solo para los salvadores de España. Ni le quedó ninguna paga, ni había trabajo para él y tampoco escuela para sus hijos. Y esto es solo una pizca de historia de una sola familia; figúrense cuántas podrían contarse, así que menos humos señores franquistas, porque ejemplos de buen hacer, desde que terminó la contienda, pueden apuntarse pocos.

Todo esto viene al caso de que tantísimos años después de aquella vergüenza que no terminó con el acto bélico si no que duró muchos años más, haya quien mantenga viva la rabia y lo diga de tal manera hacia los que no piensan como él, o no hacen sus deberes a su gusto.

Dicho esto, quiero seguir pensando que la mayoría de la gente es buena. Que pensamientos como estos solo quedan en la mente de quienes por algún motivo no consiguieron sus objetivos y culpan a los demás de su fracaso, o están tan obcecados con las derechas o las izquierdas, que no son capaces de ver más allá.

Menos mal que la juventud, aunque cada cual tenga sus ideales, se moderan más en los comportamientos en general y quiero creer que sus rencillas (que las hay) las solventaran sin “echar mano de las armas”. Bastante tienen con la tarea de buscar un hueco en este complicado y competitivo mundo donde cada día hay más diferencia entre los que pueden y los que no. Aun así, habrán de tener mucha pericia unos y otros, porque en nuestro país, todavía estamos al fifty fifty entre los que levantan el brazo derecho con la mano abierta y los que lo hacen con el puño izquierdo.

De todas formas, han de pasar varias generaciones todavía para que en España se goce de una verdadera democracia. Porque es muy fácil decirlo, pero muy difícil hacerlo. Debemos empezar por nosotros mismos primero y luego, conceder a los demás las dudas naturales que esto acarrea.

Luis Ballester Moreno

Modificado por última vez en Jueves, 30 Junio 2022 13:59

 

 

SUCESOS

SALUD