Nuevo director, misma partitura

Escrito por José María López Barquero
Jueves, 23 Junio 2022 21:04

Es posible que muchas personas piensen que la elección de Núñez Feijoo como nuevo presidente del PP puede significar un cambio de rumbo hacia la moderación, atemperando la convulsa situación política. Nada más lejos de la realidad. El PP ha cambiado de líder, pero no de política ni de hacer oposición. La estrategia del PP con la llegada de Feijoo, con Vox soplándole en la nuca, es continuar con el ruido mediático partidista y la sobreactuación política. Para eso cuentan con poderosos medios de comunicación y periodistas como Jiménez Losantos y tertulianos como: Francisco Marhuenda, María Claver e Inda, protegido por Antonio García Ferreras, como bien denuncia Pablo Iglesias, cuyas intervenciones son, cuanto menos, vomitivas. El objetivo es claro: desgastar al gobierno PSOE-UP, que la ciudadanía no valore sus medidas sociolaborales y económicas, pero, al mismo tiempo, que no se hable del hermano de Isabel Díaz Ayuso, de los comisionistas de las mascarillas en relación con el Ayuntamiento de Madrid o sobre la corrupción de Zaplana o la imputación de Rajoy.

Díaz Ayuso, denunciada por el entonces presidente Casado, que significó el final de su carrera política, es aún más fuerte. Que Feijoo dijera que «no creía en los gobiernos que se pactan en los despachos» o que «a veces es mejor perder un gobierno, que ganarlo desde el populismo», no ha impedido el acuerdo de gobierno entre el PP y Vox en Castilla y León. Es más, continúan en sus puestos los mismos parlamentarios, que por la mañana aplaudían a Casado y por la noche lo acuchillaban, salvo alguna honrosa excepción que dimitió.

Ha ratificado en sus cargos a los portavoces en el Parlamento Europeo, Congreso y Senado respectivamente; afines a Casado antes de traicionarlo. Feijoo, al igual que Casado, no quiere renovar el Consejo General del Poder Judicial, para tener una mayoría conservadora ante los muchos casos de corrupción que están pendientes de juicio. Y se llaman constitucionalistas después de tres años y medio caducado. Feijoo ‘Indulta a Génova’, sede de la dirección nacional del PP, cuyas obras de remodelación fueron financiadas con dinero negro, la llamada caja B del partido, según la Audiencia Nacional.

Una cosa es la legítima crítica y otra muy distinta es pretender de forma sistemática deslegitimar a un gobierno democrático. ¿Será por el acercamiento de EE.UU. a Irán o Venezuela por interés petrolífero, que hablan poco o nada de ellos? Por interés electoralista, continúan hablando sobre ETA y el Gobierno, cuando han pasado más de diez años del fin de la violencia etarra y de la disolución de la banda. La misma matraca con el independentismo catalán, cuando la situación de crispación en este asunto ha bajado muchos decibelios.

Cuando hablan de la inflación o de que España se hunde y va hacia la ruina, cuestión, esta última, que no se corresponde con la realidad, pretenden generar miedo e incertidumbre sobre la economía española, poniendo trabas a la recuperación, no apoyando ninguna de las medidas sociales ni económicas del gobierno de coalición e incluso obstaculizan de nuevo, sin éxito, la llegada de fondos europeos. Incluso con las previsiones a la baja, España crecerá en 2023 más que la inmensa mayoría de los países de nuestro entorno. Debido a la invasión de Ucrania y las crisis energética y de productos de alimentación a nivel mundial, tenemos una elevada inflación en España, similar o más baja que en EE. UU., Reino Unido, Países Bajos o Alemania.

Seguimos viviendo momentos muy complicados. El Covid sigue presente en nuestras vidas, la invasión de Ucrania y la espiral inflacionista derivada de ello, necesitan de consensos amplios y sosiego político y mediático. Haría bien el gobierno PSOE-UP de no dejarse arrastrar por el ruido y la crispación ,continuando con la gestión y gobernanza del día a día, mejorando la vida de la gente, subiendo el 15% del IMV, que debería alcanzar a muchas más personas, o del 2% de subida máxima en el precio del alquiler de viviendas, garantizando que las pensiones continúen ligadas a la inflación, así como una nueva subida del SMI o la nueva ley de empleadas del hogar, como ejemplos de algunas de las medidas citadas por Yolanda Díaz. Todo ello en el marco de creación de empleo, con más de 20 millones de afiliados a la seguridad social y el aumento histórico de los contratos indefinidos, fruto de la última reforma laboral.

Además de estas y otras medidas, el gobierno no puede mirar hacia otro lado, si las empresas no quieren subir los salarios, lo que implicará conflictividad, según anuncian CCOO y UGT. Aunque los empresarios nunca tienen bastante, conviene recordar que continúan recibiendo miles de millones de euros del erario y al mismo tiempo están repercutiendo la inflación a los precios de los productos que pagamos los consumidores.

En esa línea, comparto lo manifestado por Yolanda Díaz, cuando plantea que el gobierno tiene que intervenir con una política fiscal justa, equilibrada y aplicar de inmediato un impuesto a las grandes corporaciones y eléctricas con beneficios históricos de escándalo, para compensar la inflación que está haciendo que muchos trabajadores y familias lo están pasando muy mal y no llegan a fin de mes.

Los Presupuestos Generales del Estado para el año 2023, continuistas con la agenda social de años anteriores, como bien dice la ministra de Hacienda, implementarán medidas para la recuperación económica, la creación de empleo y de calidad y el fortalecimiento de los Servicios Públicos, para seguir haciendo frente a la crisis derivada del Covid y al efecto de la guerra de Ucrania. Sería un buen momento y una nueva oportunidad para que Alberto Núñez Feijoo demostrara sus verdaderas intenciones.

José María López Barquero

 

 

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