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Vamos a la playa

Escrito por Carlos Gil Santiago
Viernes, 10 Junio 2022 21:06

Se acaba el tiempo. A menos de dos semanas para celebrar la noche de San Juan que, de un tiempo a esta parte, da el pistoletazo de salida al verano, seguimos esperando a que alguien, desde el Gobierno de España, proponga una solución seria e inminente al estado al que se ha sometido a las playas del Camp de Morvedre con las actuaciones en el litoral sur de Castellón.

Es difícilmente comprensible que se pongan fronteras en el mar. Al menos, si nos referimos a fronteras municipales o provinciales. Es difícil de justificar que la costa tenga que padecer actuaciones aisladas que, para favorecer a unos, perjudiquen gravemente a otros.

Es cierto que los vecinos de la playa de Almenara llevaban ya años pidiendo los espigones como solución a su playa. Pero ahí radica el problema: la solución a “su playa” transportaba el problema a unos metros más al sur, a las playas de Sagunto y Canet.

Ahora, vista esa falta de perspectiva global, el problema lo tenemos ya en casa. Mientras Sagunto miraba una solución al pantalán, la amenaza llegaba por el norte en forma de regresión del litoral y alteraciones graves en la sedimentación de las playas. La consecuencia es que este verano tendremos unas playas menos cómodas y menos seguras o, lo que es lo mismo, menos atractivas.

En menos de un año, se ha podido constatar una importante merma en la calidad de la arena, en los desniveles en la entrada al mar y en los metros de playa de que disponemos. Pero, lo que es peor, es previsible que esta situación se agrave a medida que el tiempo, y los temporales, azoten nuestras costas y que, poco a poco, las playas de Morvedre dejen de ser esas playas atractivas que destacaban al norte de la ciudad de Valencia.

Ante esto, el Gobierno de España sigue inmóvil, y la Generalitat Valenciana se pone de perfil, dejando solos a los Ayuntamientos que tienen que destinar recursos, que no corresponden, a realizar estudios y actuaciones que, por sus limitaciones en todos los sentidos, no pueden causar un efecto reparador de la costa.

En política local, la playa es esa parte del territorio que agota a quien la tiene mientras la deseamos quienes no la tenemos. Este año, poco hay que envidiar. Lo que siempre había sido, a ojos de todos, una gran ventaja, se convierte ahora en un problema a resolver y, como decía antes, no solo por la comodidad o el atractivo, sino más aún por la seguridad de los bañistas.

Las playas del Camp de Morvedre, cada una a su estilo y con personalidad propia, han sido, desde siempre unas playas bien valoradas por el turismo familiar que las llena año tras año. Desde las Casas de Queralt, que nunca fue la joya de la corona, hasta el Racó de Mar, en Canet, reconocida como mejor playa de España en más de una ocasión, han sido estandartes del turismo en nuestra comarca. ¿Lo van a seguir siendo, a medida que pierdan metros de superficie y se vayan llenando de cantos de rio? La respuesta, sin arriesgar demasiado, está clara: no.

Nadie se opone a que Almenara mejore sus playas, como en su día lo hizo Xilxes o Nules. A nadie debe molestarle una actuación conjunta que salvaguarde nuestro litoral y que mejore las condiciones de este producto turístico por naturaleza. Pero lo que resulta inconcebible es la impasividad con que se ha decidido castigar a unos para beneficiar a otros.

¿Alguien hubiese entendido que la A-7 acabase en el Mollo dels Quatre Bisbes, que marca el límite de provincia entre Valencia y Castellón? Pues no.Los limites administrativos en tierra firme cuestan ya de entender, pero, a medida que andamos mar adentro, son totalmente incapaces de representar un criterio válido para definir el ámbito de una actuación. Si se quiere, resulta más sencillo: utilicemos los puertos comerciales como límites de las unidades de actuación en la costa: Castellón – Sagunto – Valencia – Gandía (y podemos incluir, si se quiere, a Burriana). Estos puertos, por la alteración de la línea de litoral que suponen, pueden ser perfectamente marcadores de los límites de una unidad de acción. Las fronteras entre provincias, no. En numerosas ocasiones se reclamó, antes de iniciar este desatino, que se tuviera en cuenta qué podría pasar con nuestras playas si se ejecutaban los espigones de Almenara. Ahora, el problema está servido y la solución no va a ser inmediata, ni mucho menos.

Toca disfrutar del verano y del sol, de la arena y del agua mediterránea, pero este no va a ser un verano más. No tendremos las playas que teníamos el pasado año, pero podemos utilizar un elemento motivador para disfrutarlas como toca: al año que viene, echaremos de menos que las playas sean como las de este año. Aún así, llega el verano, disfrutemos de él y, como siempre hemos hecho, vamos a la playa.

Carlos Gil Santiago
Alcalde de Benavites

Modificado por última vez en Viernes, 10 Junio 2022 12:01