Si al final de una legislatura, el responsable de turno afirma que los resultados de su gestión se verán en la siguiente, porque con cuatro años no es suficiente, es síntoma de que algo no marcha. Refleja un mal dato y da a entender que nada de lo comprometido con los vecinos se ha llevado a término.

Pero es peor que, transcurrida esa segunda legislatura, con los mismos responsables de gobierno, todo siga igual. Sin resultados. No es un problema de suma de años, sino de falta de trabajo y gestión.

Ha habido gobiernos que hemos demostrado que son más que suficiente, si detrás hay equipo, resultados y soluciones. Para PSOE, Compromís y EU ni cuatro años, ni ocho. Están más preocupados por su imagen que por los vecinos.

Por eso intentan desviar la atención a lo que los demás no hacen, como si ellos fueran el ejemplo del trabajo bien hecho. De demostrar a los vecinos que son los primeros en poner el grito en el cielo, y criticar vehementemente lo que sus propias siglas son incapaces de resolver en otras instancias.

Ahora, se desgañitan, a un año de finalizar la legislatura, exigiendo resultados sobre anuncios que periódicamente han ido desempolvando.

Baste como ejemplo lo sucedido esta semana con la inversión en el castillo de Sagunto donde, hasta tres ministros de cultura, ya han anunciado la llegada del famoso millón de euros. El mismo que ahora han vuelto a anunciar, esta vez sin ajustar su cuantía, a repartir entre cinco actuaciones, sin fijar plazos y vinculado a los fondos europeos. Todo un ejemplo del día de la marmota

Le ha faltado tiempo a Compromís, para llenarse la boca de exigencias de plazo y cuantías, cuando ya existían. Porque no se dejen engañar, han ejecutado menos de un 3% de lo presupuestado en los PGE de 2021, correspondiente a esta actuación.

Una muestra de absoluta dejadez con el patrimonio ya que, del millón de euros presupuestado para este año pasado, se han ejecutado treinta mil euros. Una demostración plena de apatía que deja una vez más en evidencia la falta de trabajo para exigir lo mismo que ahora reclaman: que los plazos se cumplan y el dinero se invierta.

Elevan el tono para justificarse y aparentar, ahora sí, su preocupación cuando llevan toda la legislatura sin exigir que los plazos y la inversión prevista se cumplan.

Estos son los socios de un tripartito en que el alcalde, el socialista Darío Moreno, en contra del parecer general, a cada anuncio de los suyos, lejos de mostrarse crítico con esta forma de proceder “sine die” con la ejecución de inversiones, todo lo ve con notas positivas y avances en la buena dirección que es una forma de callar y no levantar la voz contra los suyos.

Y todo esto pasa, después de más de un año desde la visita del exministro Rodriguez Uribes y su compromiso personal de inversiones de forma continua y sin parones.

Donde el alcalde, sin sonrojo, afirmaba que seguro que el cambio se iba a notar por el tipo de actuaciones que se harían en el castillo, más allá de restaurar murallas que incluiría señalética para mejorar la experiencia del visitante. Nada de eso se ha producido, es más, ha empeorado.

Que las administraciones del estado, autonómico o provincial, donde gobiernan sus siglas no ofrezcan resultados de lo que públicamente se han comprometido, es cierto que les deja en evidencia, y más, cuando sacan pecho después de cualquier visita con anuncio de resultado.

Son quienes gobiernan desde hace siete años en todas. Son PSOE, Compromís y EU y la falta de resultados, la consecuencia de su gestión.

Es cierto que el balance de gestión de esta legislatura no es fácil de comparar, porque enseguida aflora la manida pandemia, pero tampoco puede servir de excusa permanente.

Un gobierno no puede seguir excusándose en una circunstancia que vino para quedarse. Un gobernante está para resolver, no para eludir su responsabilidad y porque, además, ha supuesto la mayor inyección de fondos públicos que se ha conocido nunca.

Nadie quiere gobernar en crisis, pero gobernar esa situación con toda una veta de fondos adicionales, es un bocado que cualquiera hubiéramos querido para cuando gobernamos y no haber tenido que asumir los ajustes que nos tocaron acometer.

Pero mientras todo esto pasa, y blanden la operación distracción y camuflaje, el tripartito evita dar explicaciones de lo que realmente es consecuencia de su gobierno: del por qué dos años seguidos con déficit pese a las subidas de impuestos, por qué las inversiones municipales no se ejecutan, por qué el mero mantenimiento como el rebacheo de calles o la limpieza o la lucha contra las plagas de toda índole no dan sus frutos, …

Pero se trata de un gobierno que, aun así, se celebra a sí mismo y que las consecuencias negativas de las que les hablo no son cuestión de tiempo, ni de prioridades, sino de capacidad. De su falta de capacidad.

Sergio Muniesa Franco
Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sagunto