Me ha llamado mucho la atención, la cantidad de verdaderos parásitos, y vividores, empezando por el presidente del gobierno, que han venido a este pueblo para hacerse la foto ¿Será por sus meritos de que venga a este pueblo una fábrica de baterías? La verdad es que muchos de este pueblo que estaban restringidos desde Moncloa para ir al acto oficial, fueron después a dar la mano. Algunos debían de haberse quedado en su casa, (donde están más guapos). Porque podrían haber oído “¿Tu qué haces aquí?”. Si ya en el año 2002 te oponías a que hubiese en este pueblo un polígono industrial, en los terrenos expropiados para la IV planta, y unos años después te pusiste detrás de una pancarta que decía “No a la térmica, No a la regasificadora”. Y ahora te vanaglorias y alardeas de que vienen empresas, porque este polígono tiene las energías que le hacen falta a la industria.
El cinismo político en este país no tiene límites, la falta de vergüenza el descaro, y la burla de beneficiarse como sea sin pensar si se perjudica a otros, y como esto goza de impunidad ha socavado hasta la base moral de las instituciones, hasta tal punto que el sindicato CCOO iba también detrás de esa pancarta. Cuando cierra una industria, y los trabajadores se quedan en la puñetera calle, nadie de estos parásitos se hace la foto, ni coge una pancarta, ni dialoga con los que podrían resolver el problema, entonces hacen el papel del oso.
Hace unas semanas vi unas imágenes que me llamaron la atención, aunque personalmente ya las haya vivido demasiadas veces, trabajadores reivindicando no perder sus puestos de trabajo, junto con trabajadores indios que durante meses han estado al lado de ellos aprendiendo. La empresa cierra la puerta y abandona a los trabajadores, porque ha montado otra en la India. Lo que hizo la Bosal en nuestro pueblo, solo que ésta lo hizo en Navidad, y como regalo de reyes se encontraron con las puertas cerradas. Esto dio lugar a unos años de lucha, ya que la empresa se fue y ni pago las cestas de Navidad. El tema se llevo al Congreso y hablaron hasta con el presidente del gobierno, que entonces vino a dar dinero a la Ford de Almussafes, y demostró que a pesar de las subvenciones, los gobiernos son un cero a la izquierda ante una multinacional. Dos años de lucha, de denunciar esta injusticia, de pedir ayuda a todo bicho viviente, les dejaron sin puestos de trabajo, y con una mano delante y la otra atrás.
En los últimos diez años en nuestro país han desaparecido 64.332 empresas. Solo el año pasado entraron en concurso de acreedores 4.483 que empleaban a 45.000 personas, y que generaban 7.000 millones de euros.
Leo unas declaraciones de expertos que dice que estas noticias van a empezar a generalizarse, es cuestión de esperar como mucho 15 años para que las grandes empresas que hay en España acaben localizándose en la India y China, de hecho ya hay 130 empresas españolas ubicadas en India. Dicen que la liberación del sector de las telecomunicaciones, la promoción de las exportaciones, y los incentivos fiscales, han sido factores que han impulsado las inversiones de las empresas en estos países.
La realidad de las empresas que se quieren ir de nuestro país, es que buscan sueldos bajos. Tienen el poder del euro para comprar las materias primas fuera de Europa, quieren disponibilidad de mucho suelo industrial en zonas bien comunicadas etc. etc. Y como no, desde allí se puede llegar a un mercado en expansión de 2.000 millones de habitantes, casi 10 veces la población que hay en Europa.
La realidad que hasta ahora hemos visto en India, es que las 1.600 factorías textiles con más de 400.000 trabajadores, tienen sus empleados en condiciones que rozan la esclavitud, sueldos de 1´3 euros diarios por 68 horas de trabajo a la semana, sin contrato, sin derechos básicos como prestación en caso de enfermedad, y en condiciones que rozan la esclavitud.
¿Porque se van o cierran nuestras empresas? Quizás deberíamos fijarnos en las medidas que han tomado otros países europeos, para que sus industrias subsistan después de la pandemia
Nuestro vecino francés puso en marcha el llamado “Fonds de Solidarité” 8.000 millones para las pequeñas y medianas empresas, 8.000 millones para el sector automovilístico y del transporte sostenible, 4.000 millones para emprendedores de nuevas tecnologías digitales, y 4.600 millones para el sector automovilístico. También puso en marcha la cancelación del pago de impuestos, algo que le costará unos 3.000 millones de euros. Pero además ha sacado 300.000 millones para garantías de préstamos de grandes compañías, y más de 6.000 millones para el sector turístico. La agencia similar a la SEPI española ofrece 20.000 millones en créditos a agentes económicos estratégicos, el doble que España.
¿Cómo quedamos en comparación con el resto de países Europeos? Mal porque todos los países Europeos han obrado de forma similar, o mejor que Francia como Alemania. Así es que la industria española se encuentra en situación de desventaja con las empresas similares de otros países. Lo que el gobierno español ha dado a nuestra industria, es totalmente insuficiente, según los empresarios para una situación económica calificada de “dramática”
España ha sido uno de los países más golpeados del mundo por la pandemia. Pero la respuesta de nuestro gobierno no ha destacado entre los socios europeos. Las medidas fiscales han sido equivalentes al 3´7% del PIB, frente al 8´3% de Alemania, el 5´5% de Dinamarca o el 4´4% de Francia, España solo ha ofrecido el retraso en el pago de impuestos por valor del 0´8%, frente al 13´2% de Italia, el 7´3% de Alemania, o el 8´7% de Francia. En cuanto a otras medidas de liquidez, como líneas de crédito o asistencia a liquidez, las medidas españolas equivalen al 9´2% del PIB, en comparación con el 24´3% de Alemania, o el 32´1% de Italia, o el 14´2% de Francia.
Por esto desde la pequeña hasta la gran empresa, le están diciendo al gobierno desde hace tiempo que las medidas económicas son correctas pero insuficientes, pero este está en mantenerse en el poder vendiendo humo. Cada día vemos las consecuencias de escatimar donde hace mas falta, en la no pérdida de puestos de trabajo.
Un abrazo de Paco
Francisco Gómez Caja
