S-C 18, el virus social-comunista que puede acabar con España

Escrito por Juan Carlos Moreno Maties
Viernes, 29 Abril 2022 21:02

Vivimos malos tiempos y difíciles. En los que muchas familias ven peligrar sus negocios o están condicionados a vivir de las ridículas pensiones de sus progenitores, pero al igual que las enfermedades más peligrosas, esto no aparece de un día para otro, todo tiene un comienzo de contagio, una evolución en la que se suele aguantar hasta que ya nos vemos obligados a una cita médica.

Hace años ya escuché las advertencias de los inmigrantes llegados de Venezuela de que algo malo nos acechaba. Nos advertían que estaban viendo repetido, lo que hace años se inició en su país natal. Un país con buen clima y rico en petróleo, el más rico de sudamericana y probablemente de los más ricos del mundo, el cual se vio afectado por el virus S-C (Social-Comunista). Lo destruyó de una manera lenta y fulminante. Venezuela ahora se ha convertido en el cortijo de unos pocos mantenidos por la población. Les prometieron un mundo mejor, pero se les olvidó mencionar que el mundo mejoraría solamente para ellos. En la actualidad, algo tan básico como un pollo o un paquete de arroz, es un bien escaso y de lujo, al alcance de solo unos pocos, echándole la culpa sus dirigentes comunistas a los países capitalistas de sus desgracias y, en especial a EE. UU.

Pues bien, ese Virus llego a España nada más y nada menos que hace ya casi cuatro años. Irrumpió en nuestro país prometiendo un mundo mejor, en contra de las subidas de impuestos y los recortes implantados por los que entonces gobernaban y, sin apenas darnos cuenta, se han hecho con el control total del país y sus instituciones más relevantes, una dictadura en cubierta camuflada entre falsas promesas y políticas populistas.

La receta es muy sencilla, alguien dijo una vez que por el pan baila el perro, diles a los ciudadanos lo que quieren oír y los tendrás “comiendo de tu mano”. Mientras el país está cada vez más endeudado y las familias se empobrecen cada vez más, ellos ven aumentar su patrimonio de manera desmesurada sin apenas haber cotizado en su vida. Nos tienen engañados con cheques de 400€ para videojuegos y reduciendo la gasolina 20 céntimos el litro, pero eso no nos va a salir gratis, el precio de la inspección técnica de vehículos (ITV) sube de los 51,23€ a los 67,40€ para los vehículos ligeros y de los 65,67€ a los 86,90€ para los vehículos pesados.

Más del 40% del precio del carburante son impuestos, acarreando con los costes de la bajada de los mismos a los propietarios de las gasolineras, que, durante ese mes, tendrá que pagar, sin saber cuándo se lo devolverán, un hecho propio de países comunistas totalitarios.

Los vecinos de La Palma, siguen esperando sus ayudas. Silencian a los sindicatos mediante recompensas económicas, crean ministerios innecesarios beneficiándolos con 20.000 millones de euros mientras los empresarios de este país se ven ahogados y todo para colocar a sus allegados y seguir viviendo sin trabajar y ¿a costa de qué?, a costa de los impuestos del contribuyente, la clase baja y media trabajadora, que decían que no les iban a subir los impuestos.

Si nos paráramos a pensar un segundo, nos daríamos cuenta que no hay una fórmula mágica para que el dinero caiga del cielo, y cuando hablan de ayudas y bienes para la comunidad, realmente están hablando de subida de impuestos o reducción de las pensiones y derechos públicos de los españoles, que viene asociado al deterioro del funcionamiento de nuestra seguridad social entre otros servicios.

No se puede levantar un país aumentando la deuda pública del mismo, solamente existe una forma, reducir el gasto público y crear puestos de trabajo para que la renta per cápita pueda subir. Durante la pandemia, han eximido su responsabilidad, delegando sus obligaciones en las Comunidades Autónomas y en la Unión Europea. No han gestionado como es debido una pandemia que nos ha afectado tanto económicamente como física y familiarmente y ahora echan la culpa de la decadencia económica a la invasión de Ucrania por Rusia, provocada por un dictador al que hace bien poco alababan y elogiaban. En todo engaño siempre tiene que haber un culpable, que en vez de asumir su culpa, se la achacan a lo abstracto o a los partidos de la oposición.

Los pobres agricultores o ganaderos a los que les provoca pérdidas el tener que arrancar su camión o tractor para poder trabajar NO son ultraderecha, los partidos de la oposición NO son ultraderecha o incluso los que no piensan como ellos NO son ultraderecha, pero el miedo en este país a que te tilden de ello hace que estos sinvergüenzas cojan más y más poder, sin darnos cuenta de que el enemigo lo tenemos en casa. Si algo ha destruido este país más que la propia guerra, más que la COVID-19 o más que cualquier cosa es el chavismo camuflado, un gobierno Frankenstein formado por los enemigos de España que han llegado a enriquecerse a costa del trabajador en el ámbito local, autonómico y nacional y que, como todo virus, empieza poco a poco y sin darnos cuenta terminará acabando con la vida de las personas.

Juan Carlos Moreno Maties
Miembro del Consejo Asesor de Deportes por Vox Sagunto

Modificado por última vez en Lunes, 02 Mayo 2022 10:22

 

 

SUCESOS

SALUD