Democracia a la ucraniana

Escrito por Jaime Goig Torres
Viernes, 22 Abril 2022 21:01

¿Recuerdan el escándalo de los Pandora Papers? Hagan memoria: fue un trabajo realizado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ); desveló que Volodímir Zelenski, Serhiy Shefir (su primer asesor) e Ivan Bakanov, jefe del servicio de seguridad ucraniano, habían tejido una red de empresas, con sede en las Islas Vírgenes Británicas, Chipre y Belice, utilizadas para adquirir lujosas propiedades en Londres. De hecho, un mes antes de las elecciones ucranianas de 2019, Zelenski vendió todas sus acciones de la offshore Maltex Multicapital Corp, acciones que fueron inmediatamente recompradas por su asesor principal, quien siguió compartiendo los dividendos con Zelenski a través de Heritage, empresa propiedad de la mujer de este: Olena Zelenska.

Así se las gastaba el actor elegido por los ucranianos para acabar con la corrupción y el blanqueo de capital. Los Pandora Papers demostraron que las principales fuentes de ingresos de Zelenski provenían de Rusia. Lógico. Las conexiones de Zelenski con este país no son nuevas: hijo de la comunista Rimma Zelenska y del prestigioso ingeniero soviético Oleksandr Zelenski, ambos rusófilos y rusófonos, el hoy presidente de Ucrania mamó toda su vida de la teta del Kremlin. Según el periodista argentino Nicolás Morás «hasta hace unos años Zelenski ni siquiera sabía hablar ucraniano con fluidez».

Fue Alexander Vasilyevich, un destacado presentador soviético, quien, a finales de los noventa, introdujo a Zelenski en el programa de humor KVN de la televisión rusa (ORT). El accionista mayoritario de esta cadena era Boris Berezovski, apodado el Padrino del Kremlin, oligarca propietario de la compañía petrolera Sibneft y de un intrincado conglomerado de empresas.

Dada la popularidad del joven Zelenski entre los ruso-parlantes, ‘el Padrino’ se convirtió en uno de sus mayores valedores. Berezovski trabajaba a las órdenes de un joven Vladimir Putin, para quien montó todo un aparato de publicidad, aparato del que Zelenski formó parte aun de forma tangencial. Sin embargo, Putin, una vez alcanzado el poder, recuperó el control de la cadena televisiva ORT y la estatalizó, al igual que hizo con otros medios y empresas. En ese contexto de nacionalizaciones, Zelenski dejó de ser un simple colaboracionista para convertirse, a través de KVN 95 Kvartal (1998-2003), en un propagandista de las políticas de Putin en Rusia y los antiguos territorios de la extinta URSS.

En 2003 KVN 95 Kvartal se convierte en Kvartal 95 Studio, empresa controlada por Zelenski y que comienza a trabajar, a su vez, para Ihor Kolomoiski, dueño del canal de televisión 1+1 en el que se emiten todos los programas del hoy presidente ucraniano.

Kolomoiski, otro oligarca, mantenía una fructífera relación con Putin, relación que se frustra cuando el hijo del presidente Biden, Hunter, entra a formar parte de la junta directiva en la empresa gasística ucraniana Burisma Holdings, durante el período comprendido entre el golpe de estado, promovido por EEUU y conocido como Euromaidán, y la elección de Zelenski como presidente (2014-2019). En ese tiempo, Zelenski, siguiendo la estela de Kolomoiski, abandona su postura pro-rusa para abanderar un nacionalismo ucraniano que le era ajeno. Según el New York Post, Burisma Holdings formaba «parte del imperio financiero de Kolomoiski» el tercer hombre más rico de Ucrania, antiguo dueño del PrivatBank, entidad que tuvo que ser rescatada tras su quiebra). El oligarca, convertido por interés al nacionalismo, fue señalado por Amnistía Internacional por crear el batallón Dnipro, conocido, también, como batallón Kolomoiski. Financió, además, los batallones de voluntarios Donbás, Dnepr 1, Dnepr 2 y el tristemente famoso Azov, de ideología nacionalsocialista e integrado en la guardia nacional ucraniana.

Así, y pasando por la matanza de Odesa —donde decenas de comunistas ucranianos fueron quemados vivos por fuerzas nacionalistas—, la limpieza étnica sobre la población rusófona en Donbás y una larga guerra civil entre ucranianos, llegamos a la actual situación: una guerra ruso-estadounidense cuya principal víctima es la Ucrania dirigida por Zelenski, presidente de uno de los países más corruptos del mundo, erigido nuevo faro de la democracia y la libertad por detener al jefe de la oposición, ilegalizar once partidos políticos y cerrar medios de comunicación no afines.

Bienvenidos al nuevo orden mundial: la democracia a la ucraniana.

Jaime Goig Torres
Analista político

 

 

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