Acción-reacción

Escrito por Jorge Francisco García García
Viernes, 08 Abril 2022 21:01

La Tercera Ley de Newton enuncia que toda acción lleva consigo una reacción de igual magnitud y sentido opuesto, y la reacción a la hazaña de Vox en Castilla y León, así como su acuerdo con el Partido Popular no se iba a hacer esperar, pues no han tardado en emerger las primeras protestas bajo la desgastada premisa de la entrada de “los partidos del odio” en el Gobierno. Premisas, que por fortuna han pasado de ser un inquebrantable dogma para muchos a un castillo de arena a merced de un fuerte temporal como el que azota últimamente nuestra Comunidad Autónoma.

Sin embargo, esta disconformidad ya no resulta ninguna novedad; hace años sonaba la primera alarma antifascista y desde entonces no ha parado de hacer ruido cada vez que Vox irrumpía en el consenso político del PSOE con el resto de sus partidos satélite. Entonces se exclamaba fervientemente: “hemos parado a la ultraderecha”, y mientras, el país se sumía en incesantes e inconstitucionales estados de alarma y se cerraba el parlamento para evitar el control al Gobierno durante el confinamiento.

Pues ha sido este mensaje progresista el que ha permitido toda clase de justificaciones y reflectar cualquier crítica hacia el Gobierno. No hay más que ver que manifestarse ante unos precios cada vez más altos para recursos básicos, o el inasumible coste de los combustibles fósiles para la mayoría de ciudadanos (huelga de los transportistas), solo ha servido para tildar de extrema derecha a los manifestantes y desprestigiar el conflicto.

El verdadero problema de este ideario de izquierdas, es que causa un daño directo en elementos tan fundamentales como la familia, y edulcora de forma engañosa la visión del mundo que ha permitido a las civilizaciones perdurar a lo largo de la historia. Valores que no solo están siendo abatidos en nuestro país, sino prácticamente en toda Europa.

Por ello, mientras Occidente se ha dedicado a dilapidar la imagen del hombre masculino y renegar de instituciones imprescindibles como el ejército, bajo el pretexto de ser algo arcaico e impropio de una sociedad avanzada del siglo XXI, otros países, como por ejemplo Rusia, han decidido pertrecharse ideológica y militarmente lo suficiente como para poner contra las cuerdas a medio hemisferio.

Un ejército juega un papel fundamental en una nación, garantiza su soberanía, así como defiende su integridad territorial. Despreciándolo, y más cómo se lleva tanto tiempo haciendo en España, solo puede desembocar en un país desprotegido, por tanto, vulnerable, dejando su protección en manos de sus vecinos. A día de hoy y por desgracia, el sonido de los morteros inunda las calles de ciudades como Kiev o Mariúpol, y es sobre las cabezas de los ciudadanos ucranianos por donde viajan los fragmentos de metralla, pero mañana podría suceder de forma análoga en Madrid y la persona situada tras la trinchera callejera podría ser su padre, su hermano o su hijo.

Jorge Francisco García García
Miembro del Consejo Asesor de Cultura por VOX Sagunto

 

 

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