De vez en cuando surge la pregunta acerca de la política, tan denostada, tan devaluada, y el porqué me gusta hacer política.

Puedo decir que, desde muy, muy jovencita, ya me gustaba escuchar los debates en el Parlamento enteritos, nada de resúmenes, para llegar a mis propias conclusiones. Me ha gustado siempre prestar atención también a políticos y políticas hablar, explicar su gestión, sus éxitos o fracasos, exponer sus ideas y defenderlas con argumentos. Casi desde los doce o trece años me ponía delante del televisor para seguirles.

Así, aprendí a comprender las diferencias existentes entre quienes hablan mucho sin decir nada, quienes atacan porque no tienen nada que ofrecer, y quienes presentan sus propuestas con menor o mayor contundencia y claridad, pero con honestidad. Respeto a quienes poseen valores definidos, los defienden y trabajan para implementarlos. Lo que ya me cuesta más es aceptar que se diga una cosa y se haga todo lo contrario a sabiendas. Eso lo llevo mal.

También aprendí a detectar y valorar las diferencias que nos suponen, al común de las y los mortales, las ideologías que se aplican en el ejercicio de la política. El mismo dinero, el mismo esfuerzo para sacar adelante propuestas y hacerlas realidad, cambian sustancialmente nuestras vidas dependiendo de cómo y para qué se utilizan. No todo es lo mismo.

Eso es la política y para eso sirve.

Creo en confiar, pero no a ciegas. Y creo en dejar tiempo, dejar margen para actuar. Pero después lo que me valdrá realmente serán las acciones de cada cual. “Las palabras se las lleva el viento”.

El uso de la frase “son todos iguales”, siempre la utiliza aquella parte que se sabe incapaz de ser mejor a su contrario y así pretende llevarle al mismo barro en que se encuentra ya sea por incapacidad, por torpeza o por corrupción. Y siempre lo he considerado una injusticia hacia aquellas personas que se dedican a la política y dedican su esfuerzo y energía a trabajar por su pueblo, por su país, por sus valores. Gracias a estas personas hemos avanzado y mejorado, ocurre en todas partes, y en todos los ámbitos igual. Por lo tanto, no, no todos ni todas somos iguales.

Por esto me gusta la política y por esto me siento muy orgullosa de ser, desde el pasado domingo en que se decidió en el Congreso Provincial del PSPV-PSOE, la Secretaria de Coordinación de Grupos Sectoriales de la Comisión Ejecutiva Provincial de mi partido. Del mismo modo en que me siento feliz de constatar un cambio real en el funcionamiento de nuestra organización. Estaré más que bien acompañada en este equipo de trabajo, eso lo sé y me genera mucha confianza.

Mi nuevo cargo solo lleva consigo una carga de trabajo interesante, pero llegué a la política para trabajar.

Ana María Quesada Arias
Secretaria Provincial de Coordinación de Grupos Sectoriales PSPV-PSOE