Volar de noche

Escrito por Jorge García García
Jueves, 30 Diciembre 2021 21:02

Me resulta fascinante durante mis cotidianos viajes en tren observar cómo las bandadas de aves se disponen en punta de lanza, o más acorde a estas fechas, de árbol de navidad, como si de una formación militar se tratase. Suelo preguntarme si habrá un líder que organice, si realmente saben hacia dónde se dirigen y, sobre todo, si allá dónde van será un lugar idóneo para vivir.

Esas mismas preguntas me inundan el pensamiento cuando leo una noticia en el periódico donde el Gobierno anuncia que se va a regalar un bono de 400 euros para libros y “cualquier tipo de actividad artística o escénica”, a más de 470.000 jóvenes que en 2022 cumplan la mayoría de edad. No hace falta ser un experto analista para entender que el objetivo de la medida no es más que el de captar votos de un colectivo que tradicionalmente en su mayoría, se ha sentido identificado con el ideario de izquierdas; pero por alguna desconocida razón parece que ha decidido explorar otras opciones. En realidad, la razón tampoco es tan desconocida, solo con ojear las cifras de paro juvenil y ver que ronda el inquietante 40%, el más alto de la UE, se explican muchos de estos virajes políticos de la gente joven.

Pues a mí y a otros tantos jóvenes, una de las cosas que más nos preocupa es la entrada en el mundo laboral; el que ahora mismo parece ser un páramo inerte. Sin embargo, lo más preocupante de esto es la llamativa inacción del Gobierno por intentar revertir esta situación: parece estar más centrado en proporcionar diversión y entradas de teatro, siempre y cuando la función trate sobre el pseudocolectivo desfavorecido de turno. Por no hablar del efecto colateral de saciar al cada vez más polarizado sector cultural de este país en pos de su beneplácito, cuando hay otros colectivos que tienen la misma importancia y requieren la misma ayuda, pero están siendo abandonados.

Y es que el verdadero problema de este tipo de medidas, al igual que pasar de curso con suspensos, es que son una vuelta de tuerca más a una sociedad de por sí hedonista, sumida bajo los efectos secundarios de la gratificación instantánea, poco crítica y con una sensibilidad tendenciosa, sin potenciar valores tan importantes como el trabajo, constancia, voluntad y el espíritu de sacrificio.

Además, es muy común ver a gente capaz de viajar a otra comunidad autónoma para ver un concierto donde se recaude dinero con el propósito de visibilizar a algún grupo minoritario, cuya discriminación en la mayoría de casos es pura ficción, pero parece que con ellos no va la cosa cuando en su propio barrio hay una recogida de alimentos para satisfacer a los vecinos que literalmente, pasan hambre.

Volviendo al tema principal, mi propósito con esta nota es reivindicar que la libertad para trabajar, para esforzarse, para decidir… es lo que te permite discernir los claroscuros de un sistema. La hoja de ruta debería ser construir los pilares fundamentales sobre los que se sustente, entre otras cosas, la prosperidad económica; pues es lo que nos permite a los jóvenes desarrollarnos con plena libertad como individuos, y a los no tan jóvenes tener la oportunidad de reinventarse en un mundo cada vez más competitivo, en lugar de solo poder optar a ser esclavo de una paga, acólito de una ideología, o un triste títere a merced de un mal gobierno.

Jorge García García
Miembro del Consejo Asesor de Cultura por VOX Sagunto

 

 

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