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COVID-19: Reflexiones

Escrito por José María López Barquero
Viernes, 24 Septiembre 2021 21:03

Ha pasado año y medio desde el inicio de la pandemia a nivel mundial. Tiempo suficiente, en mi opinión, para reflexionar de manera sosegada sobre algunas cuestiones. Soy muy consciente de que pormenorizar todo lo acontecido en nuestro país rebasa con mucho las pretensiones de este escrito. En España salimos a 1.000 listos por metro cuadrado, suele decirme mi buen amigo Ángel Olmos. Te criticaban cuando convocabas huelga. Cuando se llevaban a cabo, te recriminaban que se hacía tarde y mal pero no renunciaban a lo conseguido. Lo mismo ocurría cuando acordabas un ERE o Convenio colectivo: siempre les parecía insuficiente. Además de ver fácil y plácidamente las cosas desde la barrera y no aportar nada, siempre ponían el acento en lo negativo, generando división, frustración y desconfianza.

Siendo bastante habitual este comportamiento en nuestra vida cotidiana, no me sorprende, por tanto, la reacción de muchos españoles y españolas en relación con la dramática situación que aún estamos viviendo como consecuencia de la COVID 19. En este tiempo nos hemos convertido, de la noche a la mañana, en expertos científicos, virólogos, epidemiólogos, economistas… y hasta videntes con la receta mágica de qué hay que hacer, cuándo y cómo hacerlo. Albert Einstein decía que «el primer paso de la ignorancia es presumir del saber». Y, para más inri, nos dejamos arrastrar por bulos, verdades a medias o simplemente mentiras; teniendo en consideración que la información falsa suele circular más ampliamente y con mayor rapidez que la verídica. Cómo decía Goebels, el ideólogo del nazismo, «Una mentira repetida muchas veces, se convierte en verdad».

Aunque la Organización Mundial de la Salud dijera que era un virus desconocido y que ignoraba muchas cosas de él o que incluso la ONU dijera que «Nos encontramos ante la crisis global más difícil desde la segunda guerra mundial», nosotros, los ciudadanos españoles, sabemos todo lo referente al coronavirus y, por tanto, culpamos al gobierno de coalición PSOE-UP de que actúa tarde y mal, que improvisa constantemente y cambia de criterios, caos con el material sanitario etc. etc. Conviene recordar que el gobierno de coalición llevaba cuatro días cuando se inició la pandemia.

Reacción ciudadana que venía siendo alimentada desde hace tiempo, incluso mucho antes de la propia formación del gobierno de coalición PSOE-UP, por parte del PP- CS - Vox con la complicidad amplificadora de medios de comunicación, sobre todo, tertulias y programas radiotelevisivos y otros poderosos sectores económicos. Campaña de acoso y derribo, de odio e intoxicación que, sin precedentes en nuestra reciente historia democrática, continua hoy en día, predisponiendo a la opinión pública contra un gobierno elegido en las urnas y, por tanto, constitucionalmente legítimo.

Que nos quieran engañar o lo que aún es peor, que nos dejemos embaucar, significa que la clase trabajadora en particular y la ciudadanía en general, tenemos un serio problema. Citaré algunas referencias. Son los mismos que no estaban ni están de acuerdo en derogar la reforma laboral o los aspectos más lesivos de la misma, aprobada por PP, vía decreto, y cuyas consecuencias aún se están sufriendo en la actualidad con bajos salarios, precariedad, despidos más fáciles y baratos, negociación colectiva devaluada y ampliando más, si cabe, el poder de los empresarios, etc.

Son los mismos que se han venido oponiendo a la subida del Salario Mínimo, que es de los más bajos de Europa. Son los mismos que aplicaron o aplaudieron el decretazo del PP sobre pensiones, que conllevó una disminución del poder adquisitivo de los pensionistas, entre otros recortes. Son los mismos que recortaron más de un 13% las inspecciones de trabajo, lo que favoreció un flagrante aumento de contratos irregulares y fraudes en la contratación, como se está comprobando, debido a las actuaciones del Ministerio de Trabajo que dirige Yolanda Díaz. Son los mismos que aplicaron o aplaudieron las medidas más duras, no solo los recortes en derechos laborales, como he mencionado, sino también en servicios públicos, entre ellos, los sanitarios, en privatización de residencias de mayores etc., cuyos efectos han sido demoledores en relación con la COVID 19.

Son los mismos que critican las medidas sociales, y económicas del gobierno y su política de concertación social con sindicatos, organizaciones de autónomos y empresarios, dirigidas a incrementar la protección social y proteger al tejido productivo, que, aun siendo insuficientes, no tienen nada que ver, ni de lejos, con las impuestas por el PP en la anterior crisis económica y cuyos efectos aún tienen secuelas en parte de la ciudadanía.
Son los mismos que critican las disfunciones, improvisaciones y errores del gobierno y del elevado número de fallecidos por la COVID 19 y, en cambio, callan cuando se trata, por ejemplo, de la Comunidad de Madrid, donde el número de muertes es, proporcionalmente, mucho mayor que la media en España, teniendo en cuenta que son los responsables de sanidad y de las residencias, ya que tienen transferidas sus competencias desde hace muchos años.

Son los mismos que ponían el acento mayúsculo en las manifestaciones del 8 M 2020 y el minúsculo en que el PP y CS llamaron a participar y, de hecho, dirigentes de dichas formaciones estuvieron presentes en estas manifestaciones. Vox no participó, no solo por su posición ideológica contraria, ni por la situación del coronavirus, sino porque estaban celebrando un acto en Vistalegre, donde incluso se pudo apreciar a su secretario general, recién llegado de Milán, con determinados síntomas. Resulta curioso que, con posterioridad, pidieran perdón por su acto masivo, diciendo que lo hicieron por fiarse de los datos del Gobierno. ¿Cómo puede una organización política confiar en un gobierno que considera mentiroso e ilegitimo de antemano?

Son los mismos que han pasado de puntillas sobre la cantidad de actos de todo tipo y multitudinarios que se hicieron en aquellos días en comunidades gobernadas por el PP y Cs y con competencias autonómicas para ello: eventos culturales, deportivos, asistencia en colegios y universidades, afluencia multitudinaria en metros de las grandes ciudades, es más, hasta mediados de marzo no tenían claro, por ejemplo, en Andalucía la celebración de la Semana Santa.

Son los mismos que decían por aquellas fechas que «la gripe común en España era más letal que el coronavirus y que las medidas preventivas eran una exageración y generaban una alarma innecesaria y negativa para nuestra economía por algo parecido a un refriado o una gripe que también era vírica. Son los mismos que apoyaban a Donal Trump, incluso cuando decía que «el virus era una gripe que se iría con el calor y desaparecería como si de un milagro se tratara». ¿Cuántas veces ha cambiado Trump de opinión, de criterio y de actuaciones, con la ingente cantidad de asesores y científicos con los que cuenta? ¿Se imaginan en EE.UU. diciéndole sepulturero o asesino, cuando hay centenares de miles de muertos en un país marcado por las carencias de un sistema de sanidad público, del derecho a la baja laboral y con millones de personas sin cobertura médica?

En definitiva, son los mismos que pretenden descalificar y deslegitimar a un Gobierno de coalición que ha sido constitucionalmente elegido en las urnas. ¿No tiene el mismo valor democrático cualquier voto ciudadano? y, por tanto, ¿no tiene el mismo valor democrático cualquier diputado o diputada en el Congreso?

Conviene recordar que, en las elecciones del año 2019, Manuela Carmena ganó en la ciudad de Madrid con más concejales que el PP y Ángel Gabilondo ganó en la Comunidad de Madrid con más diputados que el PP y, en cambio, Almeida y Ayuso, gracias a los votos de Vox, se hicieron con la Alcaldía y con la Presidencia de la Comunidad de Madrid respectivamente.

¿Tiene Almeida o Isabel Ayuso, por ser del PP, más legitimidad que Pedro Sánchez, que sí ganó las elecciones generales, encabezando la candidatura del PSOE? Lo mismo paso en Valencia capital, cuando Clementina Rodenas, del PSOE, ganó las elecciones municipales, pero fue alcaldesa por primera vez Rita Barberá gracias a los votos de UV. ¿Tenía más legitimidad Rita Barbera? Un caso más cercano: ¿tenía más legitimidad el primer alcalde del PP en Sagunto, Silvestre Borrás, que, gracias a una moción de censura, se alzó con la Alcaldía, desplazando de la misma a Manuel Girona, que había ganado las elecciones municipales de 1995?

Es cierto que el gobierno de coalición PSOE-UP ha cometido errores de previsión, improvisación y de gestión, pero no muy diferente, sustancialmente, a la actuación de otros gobiernos de nuestro entorno; incluido EE.UU. y de distintos signos políticos. No obstante, no es educativo ni resuelve nada el ampararse en las deficiencias de otros a nivel político para justificar los propios. Tiempo tendremos para tomar nota y sancionar la actuación del gobierno en materia sanitaria, sociopolítica y económica, pero también de la oposición que ojalá hubieran tomado como referencia las palabras de Angela Merkel cuando decía que «este virus es como una guerra y ante una guerra te movilizas en la unidad y no en crear dudas ni división».

José María López Barquero

Modificado por última vez en Lunes, 27 Septiembre 2021 13:34