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Más que errores... aberraciones

Escrito por Francisco Gómez Caja
Viernes, 17 Septiembre 2021 21:04

Quiero seguir en la línea de mi artículo anterior, buscar respuestas a las muchas equivocaciones, errores, o desde mi óptica más bien aberraciones, cometidas por nuestra Institución Municipal en nuestro pueblo de Puerto de Sagunto. Cuando con nuestro homónimo que nos gobierna, solo pretendemos armonía, concordia, amistad, paz y un trato afín o similar.

Pienso que quizás debiera de remontarme para hacerme comprender a un 10 de abril de 1984,cuando hacia muy poco que vivíamos en un sistema democrático, y a un día de votaciones en donde 2.157 trabajadores de Altos Hornos del Mediterráneo dijeron – Si - al preacuerdo de cierre de la siderometalúrgica, 1.033 dijeron – No -. Con el compromiso del gobierno de crear 2.100 puestos de trabajo, y 1.200 trabajadores pasarían a la jubilación anticipada. Todo esto después de una lucha muy intensa que había empezado hacia más de un año, el 18 de marzo de 1983, en la que se involucró todo el pueblo, con más de 16 huelgas, con cortes de comunicaciones, con cinco viajes a Madrid, y Valencia, y tantas y tantas acciones. Siempre reprimidas y castigadas, con la mentira, el engaño, la desinformación, y la violencia de la policía de un mal gobierno llamado socialista. El tiempo deja a cada uno en su lugar, y el gobierno socialista fue y es el azote de los pobres y el defensor de los grandes negocios, y ha creado pobreza, demagogia y el estatus del político corrupto y mentiroso

Y las chimeneas dejaron de echar humo, y empezó su desguace y demolición, y en este pueblo (como me dijo un destacado sindicalista) “No se sabía ni la hora que era” Pero muchos si lo sabían y desde un principio se enfrentaron a las decisiones del partido, las centrales sindicales se doblegaron al poder, excepto los mas íntegros sindicalistas de este pueblo, cada cual hizo su papel, por esto los del Puerto tuvimos que oír de algunos “Xe que mengen ferro”. Cuando la institución tenía que empezar a tener la responsabilidad de unos ciudadanos que durante más de un año su grito era “No a la Muerte de un Pueblo”

Y en este maremágnum de confusión y desorganización, donde lo único que nos preocupa a una mayoría es que estábamos en el paro. Según me cuentan entre vapores de una buena comida y un buen vino, alguien se le ocurre decir, y porque no dejamos el Horno Alto 2 como monumento… claro y luego le ponemos unas petunias… Al día siguiente alguien con conocimiento y que no vivía en este pueblo quito las cargas de dinamita. Cuando todo se vendió a precio de chatarra la Institución Municipal no compro ni una simple locomotora, nada de nada “para que adornara un parque o una plaza” había que silenciar el genocidio que se le había infringido a todo un pueblo, y el Ayuntamiento como representante de solo una parte del pueblo, fue cómplice participe y coautor de este exterminio. Y después de casi 40 años todo sigue igual la Institución Municipal hace dejación de sus funciones. Y aunque se hacen pequeñas inversiones (apenas un 20% de lo necesario). Cada cuatro años se siembran ilusiones para obtener el voto, pero todo está paralizado, y lo que existe está relegado, arrinconado, y no está terminado. Nada de nada, lo que se dice nada está realmente acabado, excepto raras excepciones que confirman la regla.

Tenemos que se destruye la escuela de Aprendices, para tener un solar lleno de baches y mierda, en lo más emblemático de este pueblo “la alameda” donde hasta los jardines se han abandonado y el monumento realizado después de años de lucha a los fallecidos en accidente sigue condenado a la oscuridad. Y en un intento más de anularnos como pueblo a la iglesia se le denomina patrimonio industrial y se le cambia el nombre por Begonya.

Se abandona hasta que se hunde un pantalán de 1.500 metros en desuso, cuando su atractivo turístico es inmenso. Ya alguien me dijo que si el montacargas no se hubiera desguazado, este sería un emblema tan importante para la Comunidad Valenciana como la torre Eiffel es para Paris, y es que el problema no es el pueblo que es muy sabio, y sabe pensar por sí solo, es la ignorancia, la desidia, la dejación y más de algunos, que hacen el mal por un sueldo. Se cierra el puerto marítimo al pueblo, por obra gracias de nuestros queridísimos alcaldes, que se sientan en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, cuando esta lleva 30 años ofreciendo miles de metros, detrás del puerto de pescadores, como zona lúdica y de servicios y con miles de posibilidades turísticas, y es rechazado (hay que eliminar a las empresas de su ubicación).

Infinidad de abrirse a un complejo turístico, tienen los antiguos terrenos de la Menera, a los que después de más de 30 años de pleitos contra su dueño por obra y gracia de la Institución, siguen siendo un vertedero de suciedad maleza y asco, que además sirve de muro de contención para que todo el barrio de Marina sea zona inundable, y que el agua alcance casi un metro de altura y mande los coches al taller, y hace la vida imposible en miles de hogares. Tanto aquí como en el barrio de las ranas, donde el invento de llevar las aguas de lluvia al canal es un verdadero fracaso. Y por supuesto deben de dejar de mandar todas las aguas de pueblo a estas zonas más bajas, para esto hacen falta las obras pertinentes por encima del mercado. El concejal tan listo saguntino que aun no sabe como llueve en este pueblo, porque sigue permitiendo aberraciones en las obras actuales, que adivina pero no actúa, que hable con los que llevamos sufriendo su ignorancia su ineptitud y las torpezas del Ayuntamiento toda la vida. Dejen de soñar, e ilusionar con maquillar el paseo marítimo y asistan al enfermo crónico para que podamos vivir.

Y en el pueblo de la Desidia se abandonan las naves de talleres, después de gastar cientos de millones y de venderlas como que iban a ser la octava maravilla. La Gerencia Pública abandonada, el Casino abandonado, el Horno Alto abandonado, la Cooperativa abandonada, el Museo reformado cerrado y abandonado. Todo lo que hace pueblo, y es de utilidad abandonado. Y no hablemos de nuestras plazas con aparcamientos subterráneos, a las que el pueblo se ha opuesto, que no recogen ni un solo coche, y son verdaderas torturas al sol.

Nada tiene sentido, excepto que el que realiza los trabajos, gasta lo menos posible para obtener el máximo beneficio, se intuye que implícitamente le han dicho cuanto “peor mejor” ya que nadie va a controlar, y nadie va exigir lo contratado y pagado, y así sufrimos tanta chapuza y tantos sin sentido.

Podría continuar, pero por hoy voy a terminar, continuaré. Porque decir la verdad me hace libre, y aun me quedan muchas verdades por decir

Un abrazo de Paco.

Francisco Gómez Caja