Antes Dictablanda ahora Dictadura

Escrito por Francisco Gómez Caja
Viernes, 02 Julio 2021 21:04

El Sr. Manuel Castell de 79 años doctorado en sociología y licenciado en derecho, hombre de Podemos, fue nombrado en enero del 2020 ministro de Universidades, es denominado “ministro fantasma” nunca se le vio por el miedo que tenía al Coronavirus. Ha hecho unas declaraciones recientemente en la que dice que “España se encuentra en un momento de descomposición social y de deterioro de la sociabilidad antes que de estallido social”. Ya es grave que solo un ministro diga lo que todo un gobierno no quiere ver.

Cuando me pregunto ¿Cómo hemos llegado al deterioro de esta sociedad? tengo que tener en consideración a las personas que escriben “A principio de los 90 alguien creó una deriva del capitalismo que denominó “liberalismo”. Este sistema lo concibieron con la creación de un único Dios con mayúsculas, el “DINERO”. Así se conseguía un mando absoluto en todos los terrenos, de forma que nadie pudiera concebir sus derechos sociales, o cosas parecidas aunque estábamos gobernados por socialistas. Este país que con anterioridad había adquirido ciertas ventajas sociales, va comprendiendo que ante el Dios del dinero todo vale, se pierde la dignidad de las personas, la deontología profesional, o la ética del comportamiento, un componente esencial para actuar con integridad siendo incorruptible para actuar imparcialmente, y para ser transparente y responsable”. Los primeros que pierden todo esto son los gobernantes. Algo en lo que el presidente de este país ya ha dado ejemplo, cuando dijo que no dormiría con Podemos, no pactaría con Bildu, y los golpistas cumplirían integras sus penas. Ha hecho todo lo contrario, cuando sabe que los indultos son un aperitivo para un nacionalismo voraz insaciable que acabara con este país, y con ello ha legitimado un golpe de estado, y a deslegitimado al rey a nuestra Constitución y a todos los españoles.

Y en todo este maremágnum de dinero y de deterioro de la comunidad, aparece la desintegración de la familia como unidad básica de la sociedad, y sus consecuencias son la violencia en las escuelas, agravada con las leyes impuestas por los diferentes gobiernos que impiden que las malas conductas se corrijan, y el despotismo de uno, se impone al buen hacer del resto, y baja el nivel de conocimientos, y llegan los ataques a los profesores, el abuso de las drogas, el trato brutal en el hogar, muriendo niños a manos de sus padres, el rechazo a las personas de edad avanzada, y millones viven solas o encerrados en residencias deshumanizadas, como hay millones de alcohólicos, y demasiadas madres adolescentes y mayores tratando solas de criar a sus hijos. Todo esto está ocurriendo ante nuestras narices, pero nadie se atreve a contarlo para que se tomen medidas, los que debían de hacerlo, son meros instrumentos para hacer el trabajo sucio de los que están en el club, y de los que nadie conoce su nombre pero que tienen el 80% del dinero, y por tanto pueden hacer lo que quieran, incluso crear crisis económicas.

Como el gobierno actual que dirige el Sr. Sánchez hace lo que quiere, siempre que oye protestas, se apresura a decir que es un gobierno democrático y legítimo, porque ha sido libremente votado por los ciudadanos. Pero una votación no aporta legitimidad ni sello de democracia, Hitler también fue votado y elegido, y eso no lo hizo ser un demócrata ni un gobernante legítimo. La democracia es una cultura de limpieza y decencia que debe someterse a valores y normas, como el respeto a las mayorías y a las minorías, que gobierne con la verdad y la transparencia, teniendo en cuenta la voluntad popular, y el gobierno del Sr. Sánchez recorta las libertades estipuladas en la Constitución, se impone por la fuerza y no por la razón, controla a la gente con el miedo, uniforma el pensamiento y la forma de vida de los ciudadanos, mantiene leyes injustas a la voluntad popular como el robo de la ocupación de las viviendas, manipula la información y la dirige hacia sus fines, censura y castiga a quienes muestran la verdad o piensan diferente, impone decretos que le favorecen y desfavorecen al resto, cambia y acomoda las leyes a conveniencia, se emplea a fondo para controlarlo todo entrometiéndose en la vida privada de las personas con la censura de los medios de comunicación masivos. Al final es violar los derechos fundamentales.

Un gobierno obsesionado por mantener el poder y reacio a admitir los controles y límites que impone la democracia, por esto los fiscales tienen que hacer lo que diga el gobierno, los abogados del estado igual, los jueces tienen que hacer tres cuartos de lo mismo, y por supuesto llega hasta lo más alto el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional que los nacionalista han pedido que se desactive para que independizarse no sea delito. Para justificar estas aberraciones tienen en su poder los medios de comunicación del estado, y los demás si no hacen sus deseos tienen que cerrar. Así como domina el mundo de la cultura y también por supuesto los sindicatos, aquí nadie rechista porque todos estos viven de las subvenciones, cuando además los bancos que tienen nuestro dinero, nos cobran por tenerlo, y con el rollo de la digitalización eliminan puestos de trabajo, siendo que ganan cifras escandalosas, y nos putean y chulean haciéndonos esperar horas en la puñetera calle, como necios ignorantes tragando de nuestra propia ineptitud. Unido a esto el exceso de mano de obra da a los empresarios vía libre para abusar de su poder, (gracias al no control de fronteras) por esto subcontratan empresas para bajar los sueldos, y rebajarnos a la categoría de obreros mal pagados sumisos y obedientes.

¿¡Díganme que es esto!? En qué se diferencia de una dictadura. En cualquier país del mundo moderno y libre una dictadura tan cutre como la de Pedro Sánchez se iría a pique. Pero claro este es un pueblo adoctrinado que se ha aburguesado, y acobardado, acostumbrado a oír una verdad a medias, y comparaciones fuera de contexto. Desde hace tiempo hemos ido poco a poco perdiendo nuestra dignidad, y el respeto que nos debemos a nosotros mismos en aras a un gobierno que se denominaba obrero. Ahora somos esclavos de las ambiciones de un presidente que ha hecho de este país su país.

Un abrazo de Paco

Francisco Gómez Caja

 

 

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