Corría el año 2016, cuando apenas iniciada mi andadura como concejal del Ayuntamiento de Sagunto, fui consciente de que algo fallaba en los plenos municipales. Era curioso ver cómo los asuntos que realmente afectaban al municipio pasaban sin pena ni gloria, de soslayo y con el mínimo debate por parte de los miembros de la corporación, mientras que asuntos como el Sahara Occidental o el conflicto palestinoisraelí acaparaban horas de discusiones y enfrentamientos ideológicos.

Tanto fue así, que investigué la forma de evitar que los asuntos de índole supramunicipal se trataran mediante proposiciones de los grupos en los plenos. Y la búsqueda tuvo sus frutos, hasta el punto de que ya existían sentencias de diversos tribunales de nuestro país que consideraban que este tipo de mociones son asuntos que no tienen cabida en los acuerdos de las administraciones locales salvo que su normativa legal o reglamentaria expresamente contemplara tal cometido.

Así y todo, no fue ni es posible impedir que los grupos políticos las presenten y por tanto, aunque nuestro alto tribunal haya interpretado estas proposiciones como declaraciones políticas alejadas de la competencia municipal, se siguen presentando de forma masiva.

Por otro lado, tenemos las mociones que hablan de nuestra ciudad, de nuestros parques, jardines, servicios públicos municipales y demás. Parecería que estas sí son las propiamente de competencia municipal, y lo son, pero surge otro problema. Según el Reglamento Orgánico de Funcionamiento, deben de ser tratadas como “ruegos”, lo que impide jurídicamente que sean votadas en el pleno y lo que es más grave, no vinculan ni obligan al gobierno local de turno a su cumplimiento una vez aprobadas.

Entonces, si las de índole supramunicipal no deberían debatirse ni votarse por la falta de competencia y las de índole local no se votan ni obligan al equipo de gobierno a llevarlas a cabo… ¿para qué presentamos proposiciones los grupos municipales?, es absurdo estar seis horas debatiendo mociones inútiles, inservibles y que al fin y al cabo son papel mojado.

La buena noticia es que no está todo perdido, hay una opción que podría sacarnos de este sinsentido. Y no es otra que la modificación de nuestro ROM (Reglamento Orgánico Municipal).

Este reglamento es el que regula los procedimientos organizativos de los órganos colegiados del Ayuntamiento de Sagunto y su funcionamiento, como las comisiones informativas o los plenos municipales. Se trataría de hacer valer el principio de autonomía local, modificar nuestro reglamento orgánico y conferirle a las mociones de ámbito puramente municipal la calificación de vinculantes, además de exigir que sean obligatoriamente votadas tras el debate correspondiente.

Las mociones de ámbito local son la máxima expresión de la iniciativa popular en la más importante institución del Ayuntamiento, son correa de transmisión entre nuestra red asociativa, empresarios, comerciantes, y vecinos con el consistorio, y sin embargo, la mayoría de ellas caen en el olvido, cogiendo polvo en un archivador o en el fondo de un cajón.

Reivindiquemos el municipalismo y desbloqueemos esta situación, nuestra ciudad y nuestros vecinos son lo más importante.

Raúl Castillo Merlos
Concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sagunto