En su memoria

Escrito por Luis Ballester Moreno
Viernes, 25 Junio 2021 13:08

Señor alcalde: Mi mujer y yo, le votamos con una ilusión enorme. Un día en que usted y su equipo montaron su stand en el Paseo Marítimo, nos acercamos y mantuvimos con usted una corta conversación y recuerdo que, mi mujer hasta le dio un abrazo. Estaba francamente contenta de que usted pudiera salir elegido, y me decía: - Este hombre me gusta y tan joven como es, seguro que hace cosas que nos gustarán a todos. Verás como pone bonitos los parques entre otras muchas cosas, para que ahora que podemos todavía, vayamos con nuestros nietos a que jueguen y disfruten con nosotros.

Le dio su confianza y hasta hace año y medio aproximadamente, esperó a que eso ocurriera. Ya no, ya no lo espera. No porque piense que usted no mandará ponerlos bonitos, si no porque ella ya se fue. Yo, naturalmente, lo que más siento es que ella ya no esté conmigo, pero también que, a pesar del tiempo transcurrido, haya tantas cosas que no solo no se hayan mejorado si no que estén peor que antes.

Comprendo que haya muchas cosas que a usted le preocupen, incluso que sean más importantes que a las que nos hemos referido, pero lo cortés no quita lo valiente como dice el refrán, o sea, que entre tantas cosas gordas que pueda tener entre manos, también cabe, creo yo, ir haciendo algunas más pequeñas pero que serían del agrado de muchísima gente. Seguro que cabrían en ese tan voluminoso presupuesto de nuestro Ayuntamiento que usted gobierna con tanto acierto en otras diferentes cosas.

La vida diaria de las familias es mucho más sencilla de lo nos pudiéramos imaginar, pero necesitan que al menos ciertas cositas estén a la altura de la ciudad en la que vivimos. Por eso me voy a permitir enumerar algunos lugares donde sería necesario actuar ya, porque con franqueza, parecen tercermundista.

Algunos ejemplos podrían ser éstos (be estoy refiriendo al Puerto): Alameda del Consell; Deplorable. Lo que podría ser un sitio precioso, es tal el abandono que tiene que lo único que se salva son las terrazas por su buen servicio y la Iglesia de Begoña por el buen ver de su fachada. La Plaza del Sol: Sol sí, Plaza no. Eso no es una Plaza, es un campito para practicar patinaje, fútbol infantil, ciclismo ídem y eso sí, para que los papás, mamás y abuelos lleven y recojan a los niños del colegio. Pero el parquecito que hay unido a la plaza, eso no es un parque, es un estercolero. Los niños no suelen jugar en la plaza, sino que se meten en el parquecito, y ahí, también entran los perros y hacen todo lo que tengan que hacer, está tremendamente asqueroso. Tengo que reconocer el poco respeto que en general tenemos por conservar lo nuestro, y la falta de disciplina que nos caracteriza a los españoles, pero como eso ya es conocido de sobra, hay medios para solucionarlo haciendo que los sitios que no son pisables estén protegidos, pero PROTEGIDOS, no con una cintita o cosa fácil de vadear.

He puesto estos dos ejemplos porque son los que más visito, pero no cabe duda de que hay muchos más en todo el pueblo. Pero es que no es solo eso, porque si usted se da un paseo por las calles, rara es la que se salva. Crecen hierbajos entre las juntas de las baldosas y bordes en las aceras, en los bajos de cualquier pared, en los registros en mitad de la calle y en cualquier sitio; es algo muy feo y sucio, desagradable y que dice muy poco en favor de nuestra ciudad.

Supongo que no será mañana, pero confío en que, a no tardar demasiado, éstas pequeñas cosas se vallan solventando y poder comunicar a mi señora allá donde esté, que aunque tarde y yo solo, llevo a nuestros nietos a esos bonitos parques.

Si por la gracia de quien sea llegara a leer esta carta, Señor Alcalde, y tomara en consideración lo aquí expuesto, no le quepa duda de que se lo agradeceré.       

 Luis Ballester Moreno

 

 

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