Indultos

Escrito por Sergio Muniesa Franco
Viernes, 18 Junio 2021 21:00

Hace algún tiempo, no mucho, Pedro Sánchez afirmaba en una entrevista que no tenía ningún sentido que un político indultara a otro, y que sentía vergüenza de eso y que sentía mucho que su partido hubiera indultado a un banquero.

Pedía perdón por ello y que se cabreaba, en una simbiosis perfecta con el ciudadano de a pie y que por eso había que acabar con los indultos políticos.

Que a estas alturas Pedro Sánchez cambie de opinión ya no es noticia, pero sí lo sería que el hoy Presidente, el socialista Pedro Sánchez recuperara esa vergüenza y coherencia rechazando los indultos a los presos por sedición.

Pero lejos de eso, va a seguir en la misma línea de ataque a la Justicia, a la soberanía, a la unidad de España y a la igualdad de los españoles por un puñado de votos. Porque, no se equivoquen, la concordia y la convivencia solo caben dentro de la Ley, y no vale todo para seguir en la Moncloa.

A nadie extraña que la incertidumbre se extienda entre la ciudadanía cuando es palpable que, hasta la fecha, cualquier cambio de opinión de este gobierno, se deben a tácticas cortoplacistas por la necesidad de amarrar el poder y no por acometer los desafíos que exige nuestro país.

Pero para justificarse, llevamos semanas con la campaña de persuasión y propaganda en marcha. Por eso si el Tribunal Supremo afirma que el indulto es inaceptable, para Sánchez y su gobierno es una muestra de coraje y valentía.

Es más, si osas verlo de forma distinta, no dejas de ser una persona vengativa y revanchista. Se trata de imponer el pensamiento único, de eliminar cualquier atisbo de crítica que vea las cosas de forma diferente.

Porque claro, hay que recordar que él mismo, era de la opinión de que no habría indultos y que la sentencia se cumpliría en su integridad, sería exigirle una muestra de valentía y coraje. Que no hay nada más que plantearse mientras no se comprometan a respetar las reglas del juego.

Porque les pasará como a mí, que les resulte extraño que hablemos de indultar cuando quien urdió todo aquello, Puigdemont, sigue en Waterloo sin ser juzgado y sin demostrar arrepentimiento alguno.

Por mucha campaña monclovita que se maquine, lo que hay que exigir es determinación para dejar claro que quienes han estado en la confrontación y en generar este conflicto desde hace siete años han sido los puigdemones y junqueras de turno.

Es una trampa afirmar por el gobierno que para que haya dialogo tiene que haber indultos. Porque dialogo siempre ha habido, cosa diferente es que los “indepes” quieran condicionarlo y el actual gobierno les compre el producto para perdonar penas a quienes han cometido delitos graves por infringir la ley.

No hay nada nuevo en eso del dialogo, gobiernos anteriores lo han hecho, solo que se les ponía freno. Rajoy le ofreció poder hablar de lo que quisieran, pero si le pedían la autodeterminación, era un imposible.

A eso ya sabemos lo que contestaron los independentistas y sus consecuencias con el referéndum ilegal, mientras se le acusaba por Sánchez de tener la culpa de hacer crecer el independentismo, cuando bajo su gobierno por primera vez ha superado el cincuenta por ciento.
Sánchez, en campaña, era de la opinión que los mayores peligros para nuestra democracia era el populismo de Podemos y el totalitarismo “indepe”, había que combatirlos y ahora se apoya en uno y otro y pretende convencernos de la bondad de la decisión, so pena de acusar a quienes opinamos diferentes de ser vengativos.

Hoy la gente no está por los indultos, y en vez de tanta campaña y eslogan deberían explicar a que se deben las prisas. Cuando pusieron en marcha la mesa de negociación, aseguraron que este hecho no supondría ni concesiones ni cambios en la situación penitenciaria de Junqueras y compañía. Nada tenía que ver una cosa con la otra.

Una cosa es el dialogo y otra la pena por cometer un delito. Porque ellos siguen con su raca-raca, de que esto solo lo resuelve la amnistía y la autodeterminación, que no tienen que arrepentirse de nada, sino que más bien somos los demás los que debemos pedirles perdón. Como ven un arrepentimiento sincero.

Ni con ETA y sus sicarios se llegó a tanto, nunca se les perdonó la pena a quienes repudiaban la reinserción y no asumieran la gravedad de sus actos. Pero pese a los intentos de intentar reescribir la historia, hay algo con lo que hoy no cuentan y es el respaldo mayoritario y amplio de la sociedad.

Sergio Muniesa Franco
Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sagunto

 

 

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