El patrimonio en blanco y negro

Escrito por Francisco Gómez Caja
Viernes, 30 Octubre 2020 19:00

Si me preguntan por qué escribo diría que es por dar voz a los cayados… Quizás, sea yo el primer cayado que necesita manifestarse y exteriorizar lo que me rebela, motiva y ocupa. Vivimos en un mundo de sentimientos encontrados, y demasiadas veces enfrentados, donde todos deseamos quizás demasiado, cuando menos bien repartido seria cuantioso e inmenso, haciendo felices a una mayoría.

Pretendo cuando escribo abrir los ojos de mi interior a las experiencias vividas, al presente, y tratar de imaginar un futuro. Todo está relacionado, nadie ni nada tiene sentido estando aislado, todo tiene una explicación absurda o coherente que debemos saber trasmitir a los demás.

Siempre al escribir hay parte de uno mismo, yo sé que actualmente desde hace un tiempo trasmito en blanco y negro, quizás porque pretendo atrapar más una realidad que está llena de sombras. Con el blanco pretendo dar luminosidad y paz, pero utilizo más el negro, que representa la oscuridad por excelencia, que absorbe todos los colores si reflejar ninguno. Pretendo comunicar respeto a lo desconocido y a lo peligroso, y al mismo tiempo servir un negro original que aporte seguridad.

La reflexión de la inteligencia trasmitida en pensamientos escritos no puede ser uniforme, llana, plana y monótona, sino natural, sencillo, abierto y espontáneo, es tomar y dar aire para que todos podamos respirar cuando el mundo trata de catalogarte, enumerarte y etiquetarte. El mundo debía de estar lleno de rotondas, llegas miras piensas y pasas, respeta y te respetaran, vive y deja vivir, se útil haciendo lo que te gusta, y cuando la sociedad te impone lo contrario, ser el mejor te llena de satisfacción.

Todos tenemos una motivación para emborronar un papel, la mía actualmente es la realidad de lo que acontece cada día en mi país, y en una parcela tan pequeña del mundo como es mi pueblo. Tratar de aclarar voluntades haciéndolo todo más sencillo, con más gusto con más cariño y mostrar la satisfacción que da la tarea realizada. Pero como todos no miramos la realidad con los mismos ojos, esto me crea afectos partidarios, y adversarios discrepantes.

Y en esta reflexión conmigo mismo leo que las autoridades locales y autonómicas le han dado la puntilla a la Fundación del Patrimonio Industrial. Aunque todos sabemos desde hace muchos años por lo que acontece en el día a día, que nunca existió voluntad de conservar nada (Había que tapar las voces críticas del momento con un poco de humo).

Quizás el político ignore, o no quiera saber que lo más importante para la sociedad es trasmitir valores a las futuras generaciones, no podemos lograr un futuro si no tenemos pasado. El Patrimonio es nuestro ADN que viene de generación en generación, y es el que nos dice de dónde venimos y a donde vamos. Patrimonio, Tradición, Identidad, son tres conceptos muy relacionados. El Patrimonio material e inmaterial y los bienes culturales constituyen un vínculo entre generaciones, cuando se pierden, la sociedad se queda sin raíces, privada de elementos de juicio y de elección. No debemos olvidar que la historia, y el propio patrimonio, son utilizados por el poder político como fuente de legitimación y justificación, y se utiliza según los intereses del momento.

La historia de un pueblo es la de todos sus habitantes y constituye el mejor soporte para saber hacia dónde camina. Perder las referencias del pasado equivale a borrar el camino y favorecer la desorientación, y esto está pasando en un pueblo como Sagunto y Puerto. El primero con una historia de más de dos mil años y el segundo con una historia de poco más de cien. “Pueblos unidos en lo personal y quizás separados en lo individual por nuestra forma de pensar”.

El pueblo de Sagunto con un patrimonio histórico y arqueológico sorprendente está totalmente abandonado a su suerte. El castillo es visitable porque un grupo de voluntarios dedica sus fines de semana a limpiarlo, sino estaría infranqueable. Cuando la administración hace más de treinta años hizo una intervención la hizo en el Teatro Romano, una de las joyas arquitectónicas más importantes de la Cultura Romana, y lo hace levantando muros, y echando sobre él toneladas de bloques de hormigón. “Construyen un teatro nuevo sobre la destrucción de uno Romano”. Tal aberración acumulo tres sentencias de demolición. Por un principio de eficiencia en el gasto público, debido al coste que suponía devolver el monumento a su estado anterior, se suspendió la sentencia.

Una de las tres sentencias de demolición del Teatro Romano la han cogido desde hace años los políticos de este pueblo, y la están empleando contra el Patrimonio Industrial del Puerto. Están dejando que el abandono y el tiempo nos borren de la memoria lo que construyeron nuestros padres y abuelos, porque en esto va implícito nuestra lengua castellana, nuestras relaciones sociales, nuestros comportamientos colectivos, y nuestros ritos y ceremonias. Están cometiendo un error tan grande que no se entiende sino se hace desde lo más depravado y perverso del cargo.

Las asociaciones cívicas de este pueblo se deberían de replantear llevar a los tribunales a responsables de este gobierno municipal y anteriores por administración desleal, al cometer un delito contra el Patrimonio Arqueológico e Industrial y contra el Patrimonio de las Arcas Municipales, ya que pese a que el pantalán se ha caído por abandono, al no gastar un euro en su mantenimiento, en la rehabilitación de Horno Alto se gastaron tres millones y en el museo uno y medio.

Alguien dijo: Los barbaros y los esclavos detestan las ciencias y destruyen los monumentos artísticos. Los hombres libres los aman y los conservan.

Un abrazo de Paco.

Francisco Gómez Caja

 

 

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