Museos industriales: ¿una historia con clase?

Escrito por AMIMO
Miércoles, 24 Octubre 2018 12:21

Hace 34 años del cierre de Altos Hornos del Mediterráneo y casi un cuarto de siglo desde que se puso en marcha la Fundación de Patrimonio Industrial de Puerto de Sagunto. Y sin embargo las incertidumbres y las incógnitas siguen rodeando el presente y el futuro de los vestigios de la antigua siderúrgica. Durante este tiempo se ha avanzado mucho en la valorización de este patrimonio, gracias en gran medida a la decidida movilización social. También se han dado importantes pasos para su preservación con el paso a titularidad pública de buena parte de estos elementos. Sin embargo, se ha perdido mucho tiempo, recursos e ilusiones en proyectos megalómanos que no llevaban a ninguna parte, en recomponer una fundación lastrada por años de oscurantismo, ineficacia y nula gestión, en unas administraciones públicas que han aproximado a este patrimonio sin el más mínimo criterio de actuación, de forma improvisada, cuando no optando directamente por la pasividad.

A todo ello se le suma otro hecho importante: se ha valorado el patrimonio industrial como mero patrimonio, en función de la estética y/o vistosidad de los diferentes elementos que de forma aislada lo conforman. Esto ha impedido una visión integral del patrimonio que permita afrontar su recuperación, puesta en valor y reutilización teniendo siempre presente lo que verdaderamente son: un conjunto de vestigios que nos ayudan a analizar y comprender el capitalismo industrial de buena parte del siglo XX y su impacto en el paisaje, la producción, la tecnología, los modos de vida, las pautas culturales o los conflictos sociales. También para rescatar la memoria de los sin voz en la historia, los trabajadores.

La ausencia de ese análisis ha tenido un impacto directo, tan determinante o más que el económico, en la parálisis que durante todo ese tiempo viene arrastrando el museo industrial, precisamente el proyecto clave para afrontar en su integridad el patrimonio de Puerto de Sagunto dotándolo del contenido didáctico necesario para entender de forma crítica nuestro propio pasado y la historia social del reciente capitalismo industrial. Por el contrario, esta falta de debate abierto ha propiciado que el nuestra ciudad se esté librando desde hace tiempo una guerra velada y silenciosa en el ámbito de lo simbólico, que tiene en el futuro Museo Industrial su escenario de batalla. Se enfrentan en ella dos maneras de afrontar el pasado. Una con la intención de silenciar los elementos de conflicto y lucha de clases, donde el obrero deja de ser protagonista social para convertirse en un simple productor, en una parte más de ese engranaje industrial. Para ella el museo debe ser el gran panteón donde reposen los recuerdos del paternalismo industrial y su epopeya, en un mero receptáculo donde acumular objetos relacionados con una factoría idealizada, donde no quede espacio para la crítica.

Por el contrario, la otra visión defiende la necesidad de proyectar el museo como espacio de divulgación, investigación, debate y cultura; que su discurso no se limite al proceso fabril e industrial, sino que permita sobre todo una aproximación crítica a la historia social no solo de Sagunto y la comarca, sino de la historia contemporánea del capitalismo industrial, las clases trabajadoras y el movimiento obrero en el pasado siglo. Un museo que, en suma, sea agente cultural activo que ayude a entender el pasado, pero también nuestro presente y sobre todo nuestro futuro.

Por todo ello, desde APIVA y AMIMO, con la ilusión de siempre, pero con la realista sensación de haber realizado ya dos jornadas que han demostrado tener poco eco en el ámbito de la gestión política municipal, manifestamos y proponemos que:

1.- La gestión de la Fundación debe realizarse desde lo público, con criterios únicamente de rentabilidad social y cultural. Y por lo tanto no debería utilizar al movimiento asociativo para subcontratar servicios. La fundación debería contar con recursos mínimos para el desarrollo de su actividad esencial. Y no depender de las subvenciones para poder abrir sus puertas. Puesto que el Ayuntamiento de Sagunto hoy por hoy es el que asume la mayor aportación económica, creemos que debería ser el titular de dicha fundación, junto con la administración autonómica (que tiene la competencia estatutaria) y la provincial que coordina diferentes museos. A ellos deberían añadirse otros Patronos dispuestos a colaborar aportando recursos económicos o materiales que hayan tenido una relación directa o indirecta con el pasado industrial de la ciudad. El movimiento asociativo, cuyos intereses son distintos de los patronos, debería tener sus espacios de participación diferenciados, centrados especialmente en un nivel de asesoramiento y consulta.

2.- La puesta en marcha del Museo Industrial,  necesita de un impulso público dotado de proyecto, recursos humanos y económicos. El proyecto museístico debe contemplar todos los aspectos relevantes desde el punto de visita de la museografía y la historia social. Así mismo debe de ser el elemento vertebrador que permita la aproximación integral y el estudio de todo el patrimonio. En este sentido, es básico que en concepción integre como mínimo el espacio del horno alto y los fondos archivísticos. Debe contar con el mundo académico y con profesionales cualificados, siempre con el apoyo de la sociedad civil. Pero no se puede dejar esta responsabilidad en el ámbito de lo local. El Museo debe contar con el personal técnico y de servicios  necesario que posibilite su correcto funcionamiento. Así mismo el proyecto museístico, el futuro plan de uso y mantenimiento de las instalaciones requerirán de partidas económicas, tanto presupuesto de inversión, como de presupuesto ordinario de funcionamiento.

3.- Desde AMIMO y APIVA, ante la imposibilidad de que el museo vea la luz en este mandato político que finaliza a mediados de 2019, creemos fundamental el establecimiento de un pacto prelectoral que suponga el compromiso de llevar adelante el Museo Industrial con independencia de los resultados electorales, teniendo en cuenta las premisas antes anunciadas. El Pacto por el Museo Industrial debería hacer realidad dicho equipamiento en un plazo máximo de dos años, por lo que debería existir un compromiso político consensuado de licitar y ejecutar el proyecto antes de que finalice 2020. Para hacerlo posible es básico que los próximos presupuestos municipales para 2019, incluyan una inversión plurianual (2019-2020) para su ejecución.

Entre 2019 y 2020 debería licitarse y ejecutarse el proyecto Museístico. Lo que implicaría que ya en 2019 los presupuestos municipales contemplasen esta inversión de manera plurianual (2019-2020).

AMIMO
Manifiesto III Jornadas Patrimonio Industrial

Modificado por última vez en Miércoles, 24 Octubre 2018 12:24

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