Antitaurinos

Escrito por José Manuel Pedrós García
Viernes, 22 Julio 2016 16:32

Entrecomillo algunas frases que he visto en las redes sociales, tras la muerte del torero Víctor Barrio, que hablan por sí solas.
 
«Ha fallecido tras ser corneado por el toro. ¿Y sabéis qué? No me da ninguna pena».
 
«Siento pena y felicidad por la muerte de Víctor Barrio: pena por la muerte de un ser humano y felicidad por la muerte de un torero».
 
«Me imagino que el toro salió por la puerta grande con las orejas y el rabo de Víctor Barrio».
 
«Mirad si es injusta la Tauromaquia, que incluso cuando el toro vence al torero, como en Teruel le ha pasado a Víctor Barrio, acaba muriendo».
 
Estas son sólo algunas de las perlas (negras, como el drama) que he sacado. Hay muchas más, y algunas son tan crueles que llegan a rozar lo lúgubre, tanto, que me sonrojo al pensar cómo es posible que haya alguien con esa bajeza moral.
 
Que se hable así, con esa frivolidad, con esa insensibilidad y con esa mala educación de la muerte de un torero me produce verdaderos escalofríos; y no es que yo esté a favor de la Tauromaquia. NO (con mayúsculas). Puedo decir, con la mano en el corazón, que es todo lo contrario, porque estoy, simple y llanamente, en contra de todo tipo de maltrato; y los bous al carrer, el toro de la Vega, las corridas de toros, cualquier festejo taurino y todo lo que conlleve maltrato animal, me parece algo deleznable, impropio de seres humanos del siglo XXI, y algo que espero que muy pronto se pueda erradicar.
 
Creo que los que están a favor de la conservación de las tradiciones, no acaban de comprender muy bien lo que eso significa, porque una cosa es respetar una tradición que honra a algo o a alguien, y otra muy distinta es humillar, torturar y acabar con la vida de un ser vivo que merece todos nuestros respetos. Salvando las distancias, es como si alguien pensara en este siglo que se debe mantener la tradición de echar a los cristianos a los leones en el circo. Sé que es muy dura la comparación (y muy macabra), pero era una «tradición» de los romanos ¿no? ¿Por qué? Porque ellos consideraban a los cristianos, igual que a los esclavos, seres inferiores, con los que podían hacer cualquier barbaridad, y salir impunes, porque actuaban de acuerdo con la ley, como algunos consideran hoy que pueden hacer con ciertas prácticas en las que se sacrifican a los animales.
 
Pero no se puede contestar al maltrato animal con otro tipo de maltrato (habría que intentar, simplemente, que cambiaran las leyes), y esas palabras de muchos antitaurinos, que han dejado su firma en Twitter o en Facebook sin ningún pudor, son para mí un terrible maltrato verbal hacia los sentimientos más hondos de los familiares de Víctor Barrio, que se encuentran, en unos momentos tan próximos (cuando escribo estas palabras se está producción el funeral por sus restos), atravesando unos momentos de dolor y angustia enormes.
 
Sí, quizá Víctor, como todos los toreros, había elegido una profesión que nos desagrada a muchos, porque no vemos por ninguna parte el «arte» que supone para ellos una «corrida de toros», pero de ahí a celebrar su muerte va un trecho, y un trecho muy importante, que habla por sí solo de la calidad humana de esos que aplauden el insulto, la agresividad o la violencia contra aquellos que no piensan como ellos.
 
Pero, por otra parte, observo que se está hablando más de la polémica que han creado estas frases, que de la dramática muerte de una persona, que es la verdadera noticia. Aunque no siempre es noticia la muerte de alguien por accidente laboral (que es como se puede catalogar la muerte de este torero); y es que no repercute igual entre la población esto que le ha ocurrido a Víctor Barrio, que, por ejemplo, la muerte de un albañil que cae de un andamio, la de un minero que es sepultado en la mina, o la de un obrero de nuestra siderúrgica cuando ésta funcionaba (que hubo muchos). En fin, siempre hay clases.
 
José Manuel Pedrós García
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