El paro juvenil

Escrito por Antonio Muñoz Oteros
Viernes, 27 Febrero 2015 13:05

En los primeros días del pasado octubre, por invitación de THYSSENKRUPP STEEL EUROPE AG, participé en unas “Jornadas de intercambio de experiencias” sobre la “Introducción del concepto de FP DUAL en Valencia”, y pude visitar los Centros de Formación de Duisburg y Bochum (Alemania).  El contraste entre la situación de la juventud aquí y allí resulta impactante, aunque es verdad que tampoco allí todo el monte es orégano. En el País Valencia el 57% de los jóvenes están inactivos y un 23% ni trabaja ni estudia entre los menores de 30 años. Por contra la tasa de paro juvenil en Alemania no llega a un 8%, la más baja en Europa.

Los salarios de los jóvenes valencianos se encuentran entre los más bajos de España, son en realidad sueldos de pobreza. Los contratos firmados por menores de 30 años que no duran más de un mes suponen el 38,8% en 2014. No pueden planificar su vida, ni pensar en la emancipación. Su acceso a la vivienda es más complicado que en el resto de España y en consecuencia la tasa de emancipación se ha desplomado. La frustración entre los universitarios por no encontrar empleo les ha llevado a la emigración obligatoria. En 2013, 16.373 valencianos menores de 30 años se marcharon al extranjero.

Los jóvenes han hecho lo que les han dicho: "estudiar y buscar una cualificación que aporte a nuestra sociedad un valor añadido en su ejercicio profesional". Y ahora se sienten estafados. Nadie estudia pensando en implementar lo aprendido en Londres, París o Alemania, sin tener ninguna oportunidad de aplicar sus conocimientos a la mejora de nuestros barrios, de nuestras ciudades, de nuestro país. Una política económica injusta les está impidiendo el desarrollo de sus proyectos profesionales en su entorno más próximo. ¿Es esa la política económica que necesitan nuestros jóvenes?

Trasladando la situación a nuestra comarca, el cierre de Galmed, Bosal así como el cierre continuado de Pymes del sector industrial nos sitúa ante una continuada y profunda degradación del tejido industrial del Camp de Morvedre. Lo que conlleva que en esta comarca estemos sufriendo altas tasas de desempleo juvenil, con un impacto muy negativo en la situación económica del territorio y en el bienestar de sus ciudadanos.

Como indica CCOO debería ser un objetivo de todas las organizaciones e instituciones públicas diseñar un plan conjunto donde se valoren y analicen los puntos fuertes del tejido industrial del Camp de Morvedre y las debilidades que presenta para, de esta forma, “diseñar un plan global que posibilite el impulso necesario para conseguir que la reindustrialización en el Camp de Morvedre sea una realidad a corto y medio plazo".

Y en esto sí que tenemos algo que aprender de la experiencia alemana. Es imprescindible  aunar esfuerzos a la hora de emprender nuevas iniciativas. Según los datos aportados en las mencionadas jornadas, las pequeñas y medianas empresas (hasta 400 trabajadores), la mayoría familiares, constituyen el 99% del sector empresarial del país. Ellas generan la mitad de la producción y ocupan al 60% de los trabajadores y al 80% de los jóvenes en formación. Son empresas que no dependen del estado de ánimo de la Bolsa, sino del compromiso de sus promotores y del de sus directivos arraigados y ligados al territorio, aunque con una orientación global. Son empresas que le dan una gran importancia a la formación de los trabajadores.

Necesitamos atraer más industria al Camp de Morvedre si queremos garantizar el futuro. Y ojalá que esa atracción se produjera en los sectores de producción cuyo horizonte se presenta hoy más atractivo: los que tienen que ver con la energía verde, con la especialización inteligente, las médico-farmacéuticas y de salud,  con el mundo de la tecnología digital.

Necesitamos crear nuevos trabajos alrededor de las nuevas tecnologías que catalicen el fortalecimiento y la modernización de la base industrial y que sean el motor del desarrollo de nuevas industria en general. La comarca debe generar un entorno adecuado en el que se puedan desarrollar las nuevas iniciativas.

Por eso pedimos al Gobierno del Estado y a la Generalitat que actúen de forma urgente en el Camp de Morvedre, coordinados con los agentes sociales, en un plan de reindustrialización de la zona, con sus correspondientes dotaciones presupuestarias para potenciar la actividad industrial y mejorar las infraestructuras logísticas.

No nos podemos permitir que la juventud más preparada y cualificada de la historia de este país y los  jóvenes investigadores se marchen y siga sin freno la gran fuga de jóvenes cerebros.

Ante este panorama nos tenemos que preguntar, ¿necesitamos tiempos y gobernantes nuevos para generar el futuro que se merecen nuestros jóvenes?

Antonio Muñoz Oteros
Coordinador de EUPV Gilet

Modificado por última vez en Viernes, 27 Febrero 2015 13:08

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