Una niña nacida en 2021 tendría que vivir más de 200 años para tener las mismas oportunidades que un niño nacido a la vez. Es un dato del Índice de Normas Sociales de Género elaborado por el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo. En concreto, el informe indica que necesitamos 257 años para acabar con la brecha de género en las oportunidades económicas. De alguna forma el informe señala algo positivo, seguimos avanzando, pero lo hacemos a un ritmo lento. Demasiado tiempo para nuestra sociedad, demasiado tiempo para las mujeres y las niñas.
Esta brecha se constata con el denominado techo de cristal, una barrera invisible que frena que las mujeres accedan a los puestos de poder. Todo ello, a pesar de tener la misma cualificación y méritos que sus compañeros varones, porque, aunque un hombre y una mujer recorremos los mismos caminos, los obstáculos que encuentran a su paso no son los mismos y esto se conoce como el suelo pegajoso. Porque si el techo de cristal es el muro que impide a las mujeres progresar laboralmente, el suelo pegajoso son los obstáculos que les frenan profesionalmente. Ambas barreras bloquean el desarrollo profesional de la mujer y derribarlas debe ser un compromiso global y transversal.
Pero, ¿por qué las mujeres encuentran más dificultades que los hombres en su vida laboral? Aparentemente vivimos en una sociedad igualitaria y esto no se debería dar, pero no es así. Hablamos de prejuicios, de sesgos de género y del sistema de creencias existente. Ejemplo de ello es la creencia de que las mujeres no están hechas para el liderazgo, que van a tener más ausencias por ser madres o que los hombres nos implicamos más en el trabajo. Aunque parezcan tópicos inofensivos, la realidad es que generan que para ascender en el mercado laboral las mujeres tengan que demostrar su valía el doble que los hombres. Así las mujeres quedan atrapadas en la base de la pirámide económica y encargadas, en su mayoría, de los cuidados de la esfera privada.
Otro factor que afecta a esta brecha de género económica es la elección educativa. El qué estudiar y a qué dedicar el futuro laboral también está condicionado por los prejuicios. Es alarmante comprobar que solo un 15% de las graduadas en carreras relacionadas con la ciencia, tecnología y matemáticas son mujeres. Por eso, este año en el área de Igualdad del Ayuntamiento de Sagunto hemos apostado por visibilizar en este 8M el papel de las mujeres en la ciencia y cómo se puede romper el techo de cristal y superar el suelo pegajoso.
Estos son solo algunos de los aspectos en los que tenemos mucho camino por recorrer. Podríamos hablar de cómo históricamente los sectores más feminizados reciben un salario menor. O de cómo la precariedad laboral golpea especialmente a las mujeres que participan del mercado laboral. Los sesgos de género son inhibidores de oportunidades y ahora más que nunca se necesitan otras políticas que los combata. Es esencial que desde las Administraciones llevemos a cabo una reflexión pública para eliminar los prejuicios y las barreras que obstaculizan el camino de las mujeres, en todos los ámbitos y en el desarrollo del conjunto de todas sus actividades. La igualdad solo será real cuando sea transversal e inunde todos los rincones de nuestra sociedad.
Darío Moreno Lerga
Alcalde de Sagunto
Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986