Las hojas del calendario se suceden, el solsticio de verano se aproxima y las horas solares alargan su jornada laboral. El ciclo vital avanza pero hay algo que no cambia y sigue perturbando nuestro sueño. Quisiera pensar que es una pesadilla y que al despertar volveremos a estar como hace unos meses, sin embargo, esa es una licencia poética que pertenece a otras personas y no alguien con responsabilidades políticas.
Nadie quiere afrontar una situación como la que nos toca vivir, pero es de valientes no esconderse en parapetos y asumir la responsabilidad política, laboral o cívica propia de nuestros perfiles. Por ello quiero hablar en primer lugar del trabajo que están realizando las diferentes administraciones que componen el Estado. Con sus aciertos y sus defectos, todas ellas están abordando una realidad para la cual nadie estaba preparada y están trabajando y aportando soluciones con la experiencia, el conocimiento que se posee y, sobre todo, con la mayor honestidad posible. Porque las personas podemos acertar o errar en palabras que decimos, en las acciones que cometemos y las decisiones que tomamos, pero si lo hacemos con honestidad nadie podrá culparnos más allá del propio desacierto. Todas las personas implicadas en arrojar luz a estos momentos de oscuridad sanitaria, económica y social no son inmunes al fallo, están sometidas a una presión como pocas veces antes habían sentido y, por ello, la propia asunción del error es ejemplo de honestidad y madurez que debemos aceptar para crecer desde lo individual a lo colectivo.
Son las decisiones que estamos tomando a nivel local: se trabaja en campañas de sensibilización para el comercio de proximidad, se está dando altavoz a los hosteleros y se buscan nuevas fórmulas para impulsar la economía local. Sin embargo, permitan que ponga el foco en las ayudas a personas autónomas, micropymes y pymes que Sagunto ha se han lanzado. Una medida dotada con 1.800.000 euros para minimizar el impacto económico que ha provocado la crisis sanitaria en nuestro tejido empresarial.
Sabemos que la ayuda no alcanzará el deseo de todas las empresas y personas autónomas de nuestra ciudad, pero ha sido una propuesta que desde el minuto 0 se puso sobre la mesa en el departamento de Promoción Económica e Industrial. Desde aquí, mi reconocimiento al equipo humano que compone el departamento porque ha trabajado en esta propuesta invirtiendo tardes, fines de semana y festivos en busca de la solución más eficiente que estuviera en nuestras manos. Estas personas también tienen por delante el ingente trabajo de administrar las solicitudes y lo harán como hasta ahora con la honestidad y la bondad que les caracteriza.
Pero esta no es una propuesta ni de un departamento ni de un equipo de gobierno, es una medida de todos y de todas. Como decía el escritor José Saramago, la ética tiene que está por encima de la razón, porque si no la razón pisotea a la ética. Y es por ello por lo que me siento muy orgullosa de pertenecer al actual Pleno municipal, porque cada una de las personas que lo componen han dejado de lado sus razones personales, a veces muy dispares unas de otras, para tender la mano a la ética y aunar esfuerzos para ayudar a nuestra ciudadanía. Todas hemos entendido que esto no va de intereses particulares o colores políticos, sino de personas que necesitan de nuestra responsabilidad. Por eso ha sido fácil el entendimiento para aprobar por unanimidad esta propuesta que tratará de ayudar a sobrellevar los próximos meses y también por eso quiero expresar mi profunda gratitud a quienes que con sus aportaciones y dudas han enriquecido el documento final. De eso va la política, de debatir y confrontar ideas, pero en busca del bien común. Ojalá esta vez lo consigamos.
María José Carrera Garriga
Concejala de Promoción Económica e Industrial del Ayuntamiento de Sagunto
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