En 1917 eran dos ciudadanos los que ocuparon el cargo de alcalde, Vicente Devis Romualdo y Leocricio Cuesta Chordá.
En 1917 se creó la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo con sede en Sagunto y un capital de cien millones de pesetas. Sagunto asistía al nacimiento, ante sus playas, de una isla de hierro rodeada de naranjos y un nuevo núcleo de población. Según Antonio Escudero en su “EL FRACASO DE LA AVENTURA MEDITERRÁNEA DE RAMÓN DE LA SOTA: LAS COMPAÑÍAS DE SIERRA MENERA Y SIDERÚRGICA DEL MEDITERRÁNEO”, Girona Rubio ha encontrado una carta de Ramón de la Sota a la casa Cammel fechada en 1916 en la que la invitaba a participar en la creación de la fábrica y en la que decía que estaba decidido a construirla porque Sierra Menera ya funcionaba con normalidad; porque era preciso aprovechar la coyuntura de reconstrucción que seguiría a la guerra y porque “debemos aprovechar la oportunidad actual en la que hay en España grandes sumas ansiosas de invertir” – como es sabido, la sustitución de importaciones durante la Primera Guerra Mundial hizo que algunos sectores de la economía española alcanzaran beneficios extraordinarios 8 -.
Ese mismo año, de la Sota pidió a varios ingenieros ingleses, alemanes y norteamericanos que realizaran proyectos, escogiendo el que le presentó el norteamericano Franck C. Roberts: una factoría integral capaz de producir 300.000 toneladas de arrabio y compuesta por baterías de coque, altos hornos, hornos Martin-Siemens básicos, un tren blooming para el desbaste, trenes estructurales y grandes talleres de forja. El proyecto no se llevó a cabo en su totalidad ya que en 1930 la capacidad de producción era de 200.000 toneladas de arrabio. Las instalaciones se compraron en los Estados Unidos; eran más modernas que las de las fábricas del norte (empleo de los gases de los altos hornos en las cubas de recalentar y trenes de laminación electrificados) y permitían obtener series largas y estandarizadas.
La Compañía Siderúrgica del Mediterráneo se constituyó en Bilbao en 1917 con un capital social de 100 millones de pesetas representado por 100.000 acciones de 500 pesetas y por 100.000 obligaciones también de 500 pesetas. Aprovechando los beneficios extraordinarios de su naviera durante la coyuntura bélica, Sota y Aznar adquirieron 40.000 acciones; otras 40.000 fueron suscritas por particulares, sobre todo accionistas de la Compañía de Sierra Menera y 20.000 quedaron en reserva. También se sacaron a la venta 40.000 obligaciones. Ramón de la Sota y Luis María Aznar pasaron a ser presidente y vicepresidente del Consejo de Administración y directores gerentes. Los estatutos contemplaban esta distribución de beneficios: 10% a fondo de reserva; 10% al Consejo de Administración; 6% al pago de obligaciones y el resto a distribuir al 50% entre los accionistas de la fábrica y los de la Compañía de Sierra Menera, empresa con la que, como ya vimos, se estableció un acuerdo de suministro de mineral de hierro. La construcción de la factoría comenzó en 1917 y la primera colada se obtuvo en 1923.
Entre 1917 y 1930, las inversiones ascendieron a 109 millones de pesetas. De ellos, 40 se financiaron vía acciones; 40 vía obligaciones – otras 20.000 fueron emitidas en 1927- y 29 millones mediante créditos bancarios y del propio Ramón de la Sota.
En la grave crisis que atraviesa el Estado en 1917 se dan tres factores predominantes; por un lado, la corriente mesocrática y militar que provocan las Juntas; la corriente burguesa reformista que propiciará la creación de la Asamblea Parlamentaria y la corriente obrera que se manifestará en la huelga general de agosto.
En ese mismo año el Barrio Obrero de Puerto de Sagunto inició su construcción que duró hasta 1921. En total contraste con la ciudad jardín, sus viviendas destacan por su sencillez constructiva y su sobrio diseño.
Con respecto a la concepción y construcción del Barrio existen diversas opiniones. Actualmente se considera que más que lejos de la visión paternalista que se le presumía a Ramón de la Sota, a la sazón propietario original de la Compañía Minera de Sierra Menera, la construcción obedeció a un acto de prevención ante los posibles incidentes sociales que podrían haberse producido ante la situación de dichos trabajadores. Cabe destacar que en 1917 el movimiento obrero se abría camino en toda Europa a través de la revolución bolchevique en Rusia, conscientes de la importancia de la masa obrera para los objetivos del capital.
Independientemente del adjetivo obrero hemos de pensar en este barrio como un conjunto de viviendas lujoso en comparación con el resto de viviendas de la época. En el Barrio Obrero no vivían todos los obreros que trabajaban en La Fábrica si no solamente un reducido número de ellos. Las construcciones del Barrio son prácticamente en su totalidad unifamiliares con un pequeño patio en la entrada, dando a la calle. La habitabilidad, luminosidad y espacio son muy superiores a los estándares de la época y tenían como objetivo general mejorar la vida familiar.
En la actualidad la arquitectura del barrio Obrero se conserva y posee un tratamiento especial.
Albert Llueca Juesas
Presidente del Arxiu Camp de Morvedre
Presidente del Arxiu Camp de Morvedre
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