Tal y como adelantaba El Económico en su edición digital, en la mañana de este viernes se ha celebrado una reunión entre el comité de empresa y la dirección de Pinkington Automotive España, S.A., en la se ha dado traslado a los representantes de los trabajadores del posible cierre de la línea de laminado. La empresa ha indicado que, aunque la decisión todavía no está tomada, hay que sentarse a negociar la supresión de 37 puestos de trabajo mediante un plan de jubilación.
Ni que decir tiene que para los representantes de los trabajadores este anuncio es «una señal inequívoca de que la única inversión que se quiere realizar es la destinada a realizar despidos, pues el elevado coste que supondría el mismo no tendría sentido si hubiera garantías en la continuidad de las instalaciones», es decir, desde el comité de empresa temen lo peor, que el cierre de la línea de laminado sea el principio del fin de esta industria que llegó al municipio de Sagunto con la reindustrialización, tras el cierre de la cabecera siderúrgica integral.
En opinión de los representantes sindicales los argumentos esgrimidos por la compañía son «absolutamente inaceptables porque carecen de razones y más cuando sabemos que en el último año, ante las dificultades que planteaba la empresa, hicimos un gran esfuerzo, asumiendo una merma importante de nuestros salarios y de nuestros derechos con el fin de garantizar el futuro de las instalaciones y del empleo».
El fantasma de BOSAL
Para el comité de empresa, esta decisión «esconde claramente que se ha decidido dejar caer la Línea de Laminado, pues este hecho, añadido a no querer plantear un nuevo ERTE a partir de abril, supone un modo de actuar, que desgraciadamente nos recuerda a la situación sufrida por los compañeros de BOSAL».
Más adelante, recuerdan desde la representación social que en la planta se han desarrollado modelos nuevos: «sabemos que, en el último año, en la línea de Sagunto, se han desarrollado modelos nuevos con años de recorrido por delante, para clientes nacionales como Ford y Seat, por eso no es asumible el cierre de ninguna instalación, puesto que en el escenario actual de pandemia, en el que nos encontramos, son muchos los factores externos que están influyendo en la venta de automóviles y, con ello, en nuestra fabricación».
La representación social no pierde de vista que el anuncio realizado esta mañana por la compañía puede poner en peligro los puestos de trabajo: «Esto supone poner en riesgo a corto plazo un número considerable de puestos de trabajo y a medio plazo el cierre total de las instalaciones con la pérdida de todos los empleos que actualmente existen en la planta. La dirección ha roto con ello su compromiso adquirido de apostar por el futuro de las instalaciones y del mantenimiento del empleo y ha optado por abandonar la planta de Sagunto abocándola al cierre».
Acciones contundentes
Concluye el comité de empresa de Pilkington Automotive España mostrando su más absoluto rechazo a las pretensiones de la multinacional: «Por todo ello, manifestamos nuestro rechazo a las pretensiones de la empresa y hemos convocado un pleno del Comité con carácter extraordinario, el próximo lunes, para analizar debidamente la situación y proponer las acciones de lucha contra esta decisión que, sin lugar a dudas, deberán corresponderse a la agresión que estamos recibiendo por parte de la compañía».
