La principales industrias de Sagunto, cuya actividad está vinculada al sector del automóvil, tuvieron que recurrir a los expedientes temporales de regulación de empleo para hacer frente a muchos meses de incertidumbre y descenso productivo

Los ERTEs han sido una herramienta eficaz ante los efectos de la pandemia

Las principales empresas del municipio dependen del sector del automóvil. Todos los huevos en el mismo cesto Las principales empresas del municipio dependen del sector del automóvil. Todos los huevos en el mismo cesto Los ERTEs han sido una herramienta eficaz ante los efectos de la pandemia
Miércoles, 30 Diciembre 2020 20:37

Podría decirse, sin temor a equivocarse, que este 2020 que ahora finaliza ha estado marcado por la pandemia del coronavirus. Así las cosas, además de los miles de contagiados y fallecidos por esta enfermedad, la economía se ha visto seriamente afectada a nivel mundial y, como es lógico, Sagunto no ha sido una excepción. La industria más potente del municipio, vinculada al sector del automóvil, se ha visto particularmente arrastrada por el vendaval que ha desatado esta enfermedad.

Efectivamente, desde mediados del pasado marzo, España ha vivido un prolongado periodo bajo el estado de alarma, con el confinamiento domiciliario de la ciudadanía. Por otro lado, desde varios sectores, sobre todo los sindicatos y los partidos políticos, tanto del Gobierno como de la oposición, se planteó la necesidad de iniciar la ‘hibernación’, es decir, la paralización de toda actividad productiva no considerada esencial, que finalmente fue decretada por el Gobierno en abril. Sin embargo, una herramienta como los Expedientes temporales de Regulación de empleo ha hecho bastante más llevadera esta situación.

Las grandes empresas que operan en el municipio, como ArcelorMittal Sagunto, Pilkington Automotive España o AGC Flat Glass Ibérica, que en su conjunto superan ampliamente los 1.700 empleos directos, a los que obviamente hay que agregar los inducidos, son proveedores del sector del automóvil, cuya caída de ventas en España, durante el pasado marzo fue espectacular. Las matriculaciones cayeron a nivel nacional en el segmento de turismos un 69,3%, en vehículos comerciales ligeros un 67,2% y en industriales un 36,8%, según los datos ofrecidos por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones que no dudó en calificar de «hundimiento», el desplome de las ventas durante el mes de marzo.

Con este panorama, las compañías afincadas en el municipio de Sagunto que trabajan para el sector auto no tuvieron más opción que plantear sus respectivos expedientes de regulación temporal de empleo como solución puente para superar esta crisis provocada por la pandemia del coronavirus.

En el caso de ArcelorMittal Sagunto, una vez superado el periodo de ‘hibernación’, la empresa fue aplicando el ERTE según las necesidades productivas de cada departamento, tanto para personal de día como del turno hasta que se volviera a la normalidad. Por su parte, en el caso Pilkington Automotive España SA, el ERTE contemplaba inicialmente un periodo de aplicación entre el 23 de marzo y el 31 de julio de 2020, dependiendo del estado de emergencia y del tiempo necesario de recuperación de la industria del automóvil, ni que decir tiene que estas previsiones iniciales se han visto muy superadas por la realidad.

Similar medida adoptó AGC Flat Glass Ibérica ante la caída de la actividad productiva. En este sentido, la compañía suspendió la producción de la factoría, adaptando su capacidad productiva a la demanda real de vidrio que en cada momento exigía el mercado, debido al parón en el sector del automóvil y el consiguiente golpe económico. La empresa calculaba un derrumbe de sus ventas entorno a un 70%. Ante esta situación, AGC puso en marcha un ERTE el seis de abril para sus plantas de Sagunto y Barcelona. Por su parte, Thyssenkrupp Galmed S.A. programó la aplicación de un ERTE a partir del 23 de marzo para la totalidad de su plantilla por causa de fuerza mayor.

Otras empresas

Por otro lado, cabría citar otras industrias, que, aunque no están relacionadas con el sector del automóvil, si se vieron afectadas igualmente por el parón de la actividad económica, tales como Gonvarri Valencia, la antigua Ferrodisa, o Tumesa. En este sentido cabe señalar que Gonvarri Valencia presentó un ERTE por fuerza mayor el 23 de marzo, afectando a la totalidad de la plantilla, cualquiera que fuera su actividad, mientras subsistieran las circunstancias derivadas de la alarma sanitaria. En cuanto a Tumesa, cabe indicar que el 31 de marzo la dirección de la compañía y el comité de empresa alcanzaron un acuerdo en cuanto al plan de acompañamiento social del ERTE planteado por causa productiva, debido a la caída de la demanda y perdida de actividad, que fue de aplicación a partir del primero de abril.

Otros sectores

Sin embargo, según informaciones ofrecidas en su momento por la secretaria general de CCOO, Begoña Cortijo, por los datos de que disponía el sindicato en aquellas fechas, en el sector agroalimentario se estaba trabajando con total normalidad e incluso se produjeron nuevas contrataciones por el repunte de la actividad.

En este sentido explica la dirigente sindical: «En la recolección hemos tenido algunas dificultades por el tema del límite de ocupantes en los coches, ya que se encuentran trabajando por las zonas de Liria y algunos llegan a desplazarse a Murcia». Dentro de este sector también hay que incluir la planta de Zumos Valencianos del Mediterráneo (Zuvamesa), ubicada en Parc Sagunt, que trabaja con normalidad».

Por otro lado, el sector energético, que estaba clasificado como actividad esencial, mantuvo su operatividad en Sagunto, citar en este sentido la planta regasificadora de Saggas o la central térmica de Naturgy. Industrias como Fertiberia y Cronw también estuvieron completamente operativas.

Como el resto de las principales industrias ya indicadas se encontraban afectadas por ERTEs y, por tanto, sin más actividad que la vinculada al mantenimiento y seguridad de las instalaciones, podría decirse que debido a la parada de las grandes factorías también se terminaron viendo afectadas las medianas y pequeñas empresas vinculadas a estas grandes compañías, es decir, las conocidas como contratas.

El sector servicios también tuvo que parar a excepción de aquellas actividades destinadas al suministro alimentario. En cuanto al sanitario y sociosanitario, soportaron una actividad inusual, pero con muchas deficiencias en las medidas de prevención para el personal que estaba trabajando. En este sentido, Begoña Cortijo señalaba: «Una vez se supere esta crisis, deberíamos poner en valor estos servicios públicos que ahora ya sabemos que son esenciales para sostener la sociedad, por lo que precarizarlos no es buen negocio».


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