En los años de crisis se disparó la contratación gracias a los fondos públicos y planes municipales de empleo que se pusieron en marcha para reducir los altos niveles de paro existentes en Sagunto

El sector agrario alcanza los niveles más bajos de empleo desde principios de siglo

Viernes, 06 Marzo 2020 19:30

CUADRO AGRARIO

Las recientes manifestaciones de los agricultores, que se han producido tanto a nivel nacional como autonómico, ponen de relieve la situación de precariedad por la que atraviesa este sector que malvende sus productos, mientras los ciudadanos los pagan carísimos en las grandes superficies.

Que la agricultura no pasa por su mejor momento no es nada nuevo, así lo acreditan los datos que sobre las afiliaciones a la Seguridad Social se han producido en Sagunto, mes a mes, entre 2003 y 2019, ambos inclusive. El empleo que este sector ha generado a lo largo de tan dilatado periodo, refleja a las claras cual es su verdadero estado de salud.

Todas estas cifras son recogidas en el cuadro, cuya gráfica indica nítidamente que el sector, lejos de ir a más, retrocede y se posiciona por valores inferiores a los registrados a principios de este siglo. Hay que tener en cuenta que en los años de crisis se realizaron contrataciones con fondos públicos a través del Ayuntamiento de Sagunto en el sector agrícola, lo que incrementó las altas a la Seguridad Social. Exactamente igual que sucedió con los planes municipales de empleo, particularmente en la legislatura de 2011 a 2015, donde se destinaban varios millones de euros de fondos consistoriales para paliar la grave situación de desempleo.

En la última etapa de 2019, sin los estímulos de fondos públicos, el nivel de altas en el régimen Agrario de la Seguridad Social en Sagunto es de los más bajos desde que empezara el siglo XXI, lo que demuestra que la situación, lejos de ir a más, va a menos, tal y como confirma el presidente de la Asociación de Agricultores de Sagunto AVA ASAJA, Francisco Campillo Salvador: «La verdad es que va a menos y tiene una lógica aplastante porque, por un lado, no hay relevo generacional y, por otro, hay que pensar que se van abandonando los campos. De hecho, es en la Comunidad Valenciana donde más campos de regadío se han abandonado tanto de España como de Europa. Por cada cinco hectáreas, una o más está abandonadas. Esto, por lo que estamos viendo, va a más, y si no interviene el Gobierno y se arreglan los problemas que hay en el campo, esta tendencia continuará creciendo».

La situación para el sector agrario está al límite, por eso han tenido que salir a la calle los agricultores, para hacerse oír, tal y como resalta Campillo: «Ha llegado un momento en el que los agricultores hemos tenido que salir a la calle para ver si se soluciona. Pero si no se aportan soluciones, lo que está claro es que cada vez habrá menos trabajo. Ya hemos advertido, por activa y por pasiva, que en Valencia la agricultura sostiene 200.000 puestos de trabajo y que, si esto continúa así, es posible que muy pronto pueda llegar a perderse la mitad de ese empleo que existe hoy».

El problema principal, según aclara el representante de los agricultores, se centra en que los precios que perciben por determinadas variedades son los mismos que cobraban hace 35 años, cuando todos los costes de producción han crecido mucho: «Hay que pensar en que hay variedades de naranja que no es que se paguen como hace 35 años, que sí, incluso con esos precios, con lo que cuestan los insecticidas, herbicidas y los sueldos, es prácticamente imposible sobrevivir con esos costes. No entendemos cómo la administración consiente que entren productos de fuera, sin aranceles y que cuestan la mitad de producir porque utilizan todo tipo de insecticidas y herbicidas que aquí están prohibidos. Todo esto nos parece una hipocresía total».

Investigación estancada

Por otro lado, Campillo echa en falta que por parte del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) se aporten nuevas variedades de naranja, lo que induce al sector a pagar elevados royalties a otros países: «Hay variedades de naranja que tienen unos precios con los que sí se puede sobrevivir, pero si, por un lado, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias no saca variedades nuevas, porque llevamos 25 años sin que hayan sacado una variedad que valga seis perras, cuando sabemos que ahí hay investigadores muy buenos. Estamos pagando royalties de Israel, Marruecos y EEUU, o sea, esto es una barbaridad. Tiene que ser al contrario, crear variedades nuevas que sean nuestras y que nos las compren a nosotros y que a los agricultores nos salga a un coste bajo o, incluso, sin coste, que ya pagamos bastante».

campillo2020dentroFrancisco Campillo Salvador, presidente de AVA ASAJA Sagunto

En esta línea argumental, Campillo aclara: «Si no conseguimos que haya variedades y evitar el pago de royalties, si no logramos que en la cadena agroalimentaria cobremos todos a razón de los costes, porque aquí la cadena agroalimentaria funciona al revés, de arriba para abajo: vendo a tanto, me cuesta a tanto, voy bajando, voy bajando, y lo que queda para el agricultor. Si todo eso no se corrige, el campo está sentenciado».

Para el presidente de los labradores de Sagunto es fundamental que el agricultor recupere los gastos y obtenga un beneficio: «El agricultor tiene que percibir los costes que tiene, más el beneficio lógico que le permita poder vivir. Lo que no puede ser es que la gran distribución sea la que ponga los precios. Pensamos que en estos momentos el Gobierno parece que quiere arreglarlo y ojalá se busque una solución para que los agricultores puedan vivir de su trabajo. Nosotros no queremos vivir de subvenciones. Las subvenciones, más pronto o más tarde, se deben de acabar. Una cosa es que haya una subvención en un momento determinado porque haya habido una catástrofe, pero la gente quiere vivir de su trabajo, que nos lo trabajamos muy bien».

Por otro lado, Campillo se queja de los costes de la electricidad y de la falta de ayudas para infraestructuras hídricas: «De lo que se trata es de que el Gobierno tome las medidas necesarias para salvar la situación. Hay muchas cosas para revisar, por ejemplo: anteriormente la electricidad para los pozos de riego tenía unos precios asequibles, ahora se han disparado y no hay manera. Luego, las infraestructuras, tanto hidráulicas como de riego por goteo, tienen que establecerse unos cánones para que nosotros podamos reponer e instalar. Que siempre va todo a costa de nuestro bolsillo, cuando, por ejemplo, la Ford, cuando estornuda, todos van corriendo a ayudarle, que me parece bien, pero ¿por qué a nosotros no?, cuando estamos en una situación muy, muy, delicada».

Por último, Francisco Campillo Salvador recuerda la importancia del sector citrícola para la economía valenciana: «Deben de pensarlo bien porque el PIB del sector citrícola representa entre un tres y un cuatro por cien de la Comunidad Valenciana, pero si se incluye todo, me refiero a los almacenes, camiones, envases, herbicidas e insecticidas, representa entre un 19 y un 21 por cien de la Comunidad Valenciana. Es muchísimo y muy importante la citricultura en Valencia. ¿Qué no lo quieren ver? Me parece que ahora, que hemos salido a la calle, si que han empezado a darse cuenta, porque los agricultores o nos rebelamos o esto se va a pique».


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Modificado por última vez en Martes, 17 Marzo 2020 13:47

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