Cuando la lucha de Bosal se encuentra aún abierta a pesar de la suspensión de la huelga indefinida tras haber accedido por fin la dirección a sentarse a hablar sobre la posibilidad de continuidad de la planta, las alarmas se han vuelto a disparar tras el anuncio de dos concursos de acreedores en industrias de la comarca.
El primero de ellos sucede en Tumesa,la fábrica de tubos de Puerto de Sagunto, que tras atravesar este mes un ERE que se resolvió con 15 bajas, y haber sufrido una reducción de salario de entre un 9 y un 12%, se enfrenta ahora a un preconcurso de acreedores presentado por su grupo matriz, Condesa.
Desde la dirección del grupo se ha pedido tranquilidad a los trabajadores, puesto que el pre-concurso servirá para refinanciar la empresa que, además, cuenta con tres grupos importantes, uno de ellos ArcelorMittal, interesado en comprar sus factorías. Sin embargo el preconcurso no ha arreglado los problemas de suministro que sufre la planta de Tumesa de Puerto de Sagunto, que ha paralizado gran parte de la actividad en el centro del trabajo.
Según se ha confirmado desde la representación de los trabajadores, los miembros del comité de empresa de Tumesa están en constante contacto con sus homólogos de las plantas del grupo en el Norte de España, pero de momento la información sobre el futuro del grupo Condesa brilla por su ausencia.
Crisis en Ros Casares
Por otra parte, el grupo Ros Casares, que cuenta con un centro de cerca de 30 trabajadores en Puerto de Sagunto, y otro en el Puig cercano a los 60, cuya plantilla cuenta con una importante presencia de trabajadores del Camp de Morvedre.
Por otra parte, el grupo Ros Casares, que cuenta con un centro de cerca de 30 trabajadores en Puerto de Sagunto, y otro en el Puig cercano a los 60, cuya plantilla cuenta con una importante presencia de trabajadores del Camp de Morvedre.
Ros Casares, que lleva años intentando reestructurar su deuda, es víctima del llamado ‘efecto dominó’ del cierre de Galmed. El grupo industrial valenciano, formó una sociedad con ThyssenKrupp en la que la multinacional alemana se comprometía a surtir de material desde Galmed. Al decidir unilateralmente cerrar la planta este suministro quedó cortado, lo que se convirtió en demandas cruzadas por deudas y por administración desleal entre las partes.
Los trabajadores, mientras tanto, han empezado a organizar su defensa.
