Tal y como hemos publicado en El Económico digital, el Gobierno local han asegurado que pondrán todas las trabas posibles a la incineradora, por el impacto ambiental que produciría una planta que además de necesitar 100.000 metros cuadrados de suelo industrial sólo generaría 22 puestos de trabajo. Hay que resaltar que el concejal de Urbanismo ha asegurado que Soluciones Energéticas se pretende instalar en Par Sagunt, y aún no tiene suelo en propiedad.
El concejal de Actividades, Manuel González (SP), no ha dudado en afirmar que este tipo de industrias, refiriéndose a las incineradoras, «emite sustancias a la atmósfera y el proyecto presentado tampoco deja claro que sustancias son, por lo que tenemos serias dudas de que la instalación de esa planta sea conveniente en un polígono tan cercano a la población máxime cuando que ya tenemos un buen número de empresas que todas unidas emiten un montón de toneladas de diversos materiales a la atmósfera, por lo que se debe condicionar la ubicación de cualquier otra empresa en el futuro».
Ante el rechazo tan argumentado de los perjuicios de este tipo de industrias por González, la pregunta era inevitable ¿por qué el Ayuntamiento ha dicho sí a la planta de residuos tóxicos Magma?
A ello respondió Muniesa que en Magma no hay proceso de incineración alguno, sino que «se trata de un tratamiento meramente de producto tóxico», pero que cuenta con líneas de seguridad y «además existen los condicionantes que le pueda poner una autorización ambiental. Desde el punto de vista municipal hay determinados tipos de industria que al final tienen que ubicarse en un polígono siempre que genere un valor añadido y genere un efecto riqueza».
Por su parte González destacó que «en el caso de Magma generaría unos 100 empleos». Según el edil de SP, Magma no produce emisiones a la atmósfera, es una planta de tratamiento de residuos. «Hay residuos como el plástico que se reciclan y se vuelve a comercializar y otros que no pueden reciclarse y van a los gestores autorizados de residuos».
Ante la posibilidad que en el tratamiento de los residuos tóxicos pudiera haber un accidente en el proceso y hubiera vertidos en el subsuelo o al exterior de la planta.
González señala que Magma aún está en proceso de trámite, no obstante, la respuesta del Ayuntamiento a la compatibilidad urbanística «ha sido positiva», pero cuando pidieron el primer informe de impacto ambiental «fue negativo, porque faltaban una serie de cuestiones que no habían aportado. Magma se va a mirar como cualquier otra empresa con lupa». Añade el edil de Actividades que la empresa de residuos tóxicos está subsanando la primera batería de defectos de forma que se encontraron en la proyecto.
En cuanto al funcionamiento de Magma, González declara que en caso de fuga de sustancias, en el proyecto figura una doble cubeta aislante, «es decir, que no tiene porque ir a parar al subsuelo». Añade el concejal segregacionista, que el agua para lavar los recipientes de plástico que se utilicen en Magma, la vuelven a reutilizar, «pero de todas las maneras, no soy yo el que tiene que decir si o no a su instalación, son los técnicos municipales y garantizo que lo están mirando con lupa y aunque el liquido final se vierta en los alcantarillado estará controlado por unos análisis previos que si no cumplen los requisitos no se verterá» .
En el ánimo de todos estaba el recuerdo de Petrolev y sus vertidos. Sobre esta cuestión argumento el edil de Urbanismo: «Del pasado hay que aprender y toda exigencia y garantía que se pueda poner, pero también los tiempos han evolucionado en temas de control, de calidad y de prevención, son mucho mayores y nuestros técnicos están poniendo todo el empeño en que las cuestiones de seguridad se cumplan».
Petrolev
Hay que recordar que Petrolev, «se vendió» como una planta que ayudaba al medioambiente reciclando los aceites evitando, así los vertidos incontrolados de esas sustancia. Además se elogió su tecnología de última generación etc. Pero en la práctica resultó que realizaba vertidos en la red de alcantarillado municipal, provocando intensos olores que afectaban a la salud de los vecinos, en algunas ocasiones, hubo personas que tuvieron que ser atendidas en el sanatorio por problemas rspiratorios.
Pero la cosa no quedó ahí, y tras un proceso de denuncias, el Ayuntamiento abrió un expediente para el cierre de esa planta, pero como el expediente no estuvo bien elaborado por los técnicos municipales, el resultado final fue que del erario municipal hubo que pagar una indemnización a Petrolev.
El concejal de Actividades, Manuel González (SP), no ha dudado en afirmar que este tipo de industrias, refiriéndose a las incineradoras, «emite sustancias a la atmósfera y el proyecto presentado tampoco deja claro que sustancias son, por lo que tenemos serias dudas de que la instalación de esa planta sea conveniente en un polígono tan cercano a la población máxime cuando que ya tenemos un buen número de empresas que todas unidas emiten un montón de toneladas de diversos materiales a la atmósfera, por lo que se debe condicionar la ubicación de cualquier otra empresa en el futuro».
Ante el rechazo tan argumentado de los perjuicios de este tipo de industrias por González, la pregunta era inevitable ¿por qué el Ayuntamiento ha dicho sí a la planta de residuos tóxicos Magma?
A ello respondió Muniesa que en Magma no hay proceso de incineración alguno, sino que «se trata de un tratamiento meramente de producto tóxico», pero que cuenta con líneas de seguridad y «además existen los condicionantes que le pueda poner una autorización ambiental. Desde el punto de vista municipal hay determinados tipos de industria que al final tienen que ubicarse en un polígono siempre que genere un valor añadido y genere un efecto riqueza».
Por su parte González destacó que «en el caso de Magma generaría unos 100 empleos». Según el edil de SP, Magma no produce emisiones a la atmósfera, es una planta de tratamiento de residuos. «Hay residuos como el plástico que se reciclan y se vuelve a comercializar y otros que no pueden reciclarse y van a los gestores autorizados de residuos».
Ante la posibilidad que en el tratamiento de los residuos tóxicos pudiera haber un accidente en el proceso y hubiera vertidos en el subsuelo o al exterior de la planta.
González señala que Magma aún está en proceso de trámite, no obstante, la respuesta del Ayuntamiento a la compatibilidad urbanística «ha sido positiva», pero cuando pidieron el primer informe de impacto ambiental «fue negativo, porque faltaban una serie de cuestiones que no habían aportado. Magma se va a mirar como cualquier otra empresa con lupa». Añade el edil de Actividades que la empresa de residuos tóxicos está subsanando la primera batería de defectos de forma que se encontraron en la proyecto.
En cuanto al funcionamiento de Magma, González declara que en caso de fuga de sustancias, en el proyecto figura una doble cubeta aislante, «es decir, que no tiene porque ir a parar al subsuelo». Añade el concejal segregacionista, que el agua para lavar los recipientes de plástico que se utilicen en Magma, la vuelven a reutilizar, «pero de todas las maneras, no soy yo el que tiene que decir si o no a su instalación, son los técnicos municipales y garantizo que lo están mirando con lupa y aunque el liquido final se vierta en los alcantarillado estará controlado por unos análisis previos que si no cumplen los requisitos no se verterá» .
En el ánimo de todos estaba el recuerdo de Petrolev y sus vertidos. Sobre esta cuestión argumento el edil de Urbanismo: «Del pasado hay que aprender y toda exigencia y garantía que se pueda poner, pero también los tiempos han evolucionado en temas de control, de calidad y de prevención, son mucho mayores y nuestros técnicos están poniendo todo el empeño en que las cuestiones de seguridad se cumplan».
Petrolev
Hay que recordar que Petrolev, «se vendió» como una planta que ayudaba al medioambiente reciclando los aceites evitando, así los vertidos incontrolados de esas sustancia. Además se elogió su tecnología de última generación etc. Pero en la práctica resultó que realizaba vertidos en la red de alcantarillado municipal, provocando intensos olores que afectaban a la salud de los vecinos, en algunas ocasiones, hubo personas que tuvieron que ser atendidas en el sanatorio por problemas rspiratorios.
Pero la cosa no quedó ahí, y tras un proceso de denuncias, el Ayuntamiento abrió un expediente para el cierre de esa planta, pero como el expediente no estuvo bien elaborado por los técnicos municipales, el resultado final fue que del erario municipal hubo que pagar una indemnización a Petrolev.
