El cierre de las instalaciones de Thyssenkrupp Galmed, anunciado por el CEO de la factoría, Tiago Vieira, el pasado 23 de noviembre, ha caído como un jarro de agua fría en el municipio de Sagunto, ya que esta decisión empresarial afectará a 120 empleos directos y todos los inducidos que se asocian a la actividad fabril de esta planta de galvanizado, cuyo cierre, además, también repercutirá en la producción de ArcelorMittal Sagunto.
Se trata, por tanto, de una decisión empresarial que, de llevarse a cabo, tendrá repercusiones muy negativas para el Camp de Morvedre, tanto a nivel económico como de empleo. Ante este anuncio, el alcalde del municipio, Darío Moreno, ya se reunió con representantes de la compañía, mientras que la Generalitat Valenciana ha iniciado un proceso de negociación con ThyssenKrupp para explorar la continuidad de su fábrica en Sagunto.
Paralelamente y ante la gravedad de este anuncio, desde CCOO también se han iniciado gestiones ante distintos estamentos para tratar de parar esta drástica medida, asociada al «significativo empeoramiento del mercado automovilístico europeo». Sin embargo, el secretario general de CCOO en el Camp de Morvedre, sindicato que ya se ha reunido con la empresa y con la junta de portavoces municipales para abordar este nuevo conflicto en ciernes, indica: «Ninguna de las informaciones que la empresa venía dando al comité de empresa sobre la evolución de la planta hacía presagiar la decisión de cerrar, tampoco existen razones técnicas que expliquen la decisión, al contrario, el buen estado de las instalaciones es otro factor a favor de mantenerlas produciendo, al igual que las ventajosas condiciones que para la exportación supone que las instalaciones sigan produciendo en Sagunto», afirma Sergio Villalba.
Para Villalba, la pretensión de ThyssenKrupp Steel Europe de deslocalizar la producción «busca maximizar los beneficios y es todo lo contrario a la Transición Justa», asegura el responsable sindical, que agrega: «Para Comisiones Obreras urge defender una hoja de ruta de transformación, especialmente para las regiones que dependen del sector del automóvil. Se requieren de propuestas que impulsen un cambio de paradigma del sector del auto, que transita hacia un nuevo sector de la movilidad sostenible y convertir los retos de ese cambio en palanca de oportunidad para ganar soberanía industrial y reindustrializar los diferentes territorios que llevan décadas perdiendo tejido industrial, atrayendo para ello al país la nueva cadena de valor de la movilidad sostenible y convirtiéndola en un eje principal de la política industrial comarcal, autonómica y nacional».
En esta línea, destaca el líder sindical, Sergio Villalba, que es urgente «generar alianzas públicas y privadas que garanticen el futuro de la industria y del sector automóvil, estimulando la inversión industrial en tecnologías y métodos de producción verdes y digitales innovadores, asegurando la retención y la creación de empleos de calidad, pero es inadmisible que la reindustrialización de la comarca pase por deslocalizar producciones industriales».
