Para las familias ha supuesto un aumento del 20% y para autónomo y PYMES, con locales catalogados con una soperficie de 0 a 1.000 m.2, la tarifa pasa de los 124,20 euros de 2016 a los 555,31 euros de 2020, es decir, un aumento del 347%.

La tasa de reciclaje se dispara para cubrir un déficit en el Consorcio de 3,2 millones

Reunión del Consorcio de residuos celebrada el 22-10-2019, en la que participaron los representantes políticos de todos los municipios que lo integran y donde se aprobó el ‘tasazo’   Reunión del Consorcio de residuos celebrada el 22-10-2019, en la que participaron los representantes políticos de todos los municipios que lo integran y donde se aprobó el ‘tasazo’ La tasa de reciclaje se dispara para cubrir un déficit en el Consorcio de 3,2 millones
Viernes, 06 Noviembre 2020 19:45

La puesta al cobro por parte de la Diputación de Valencia de la polémica tasa de residuos, ha suscitado el consiguiente malestar entre la ciudadanía, que ha visto cómo, de una tacada, ha experimentado una subida entorno a los 13 euros. Aunque se trata de un incremento considerable, no se ha repercutido a las familias la subida real acordada por el Consorcio porque, desde esta entidad se ha trasladado una gran parte de la carga impositiva sobre las empresas, que han tenido que soportar incrementos superiores al 100% respecto de lo que ya venían pagando.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que se trata de un tributo que soportan los ciudadanos y las empresas, que no reviste ningún beneficio directo para el contribuyente y que está por ver que suponga alguna mejora para el medio ambiente. Efectivamente, de acuerdo con los datos correspondientes a 2017, que fueron publicados por Eurostat, en dicho ejercicio se recicló en España el 33% de todos los residuos urbanos, mientras que más de la mitad terminó en vertederos. Por otro lado, la incineración sigue siendo, en la misma Comunidad Valenciana, una alternativa muy extendida para hacer desaparecer estos desechos, lo que pone de relieve el fracaso de las políticas de reciclaje, pese a las ingentes cantidades de recursos económicos que se recaudan mediante esta tasa, de los que, por cierto, el ciudadano no tiene ningún control sobre el destino real de esos fondos.

Sin embargo, los vecinos no pueden alegar ni ignorancia ni sorpresa, puesto que El Económico ya informó el pasado 25 de octubre de 2019 del ‘tasazo’ que aprobaron el 22 de octubre de 2019 los representantes políticos que forman parte del órgano de dirección del Consorcio Palancia Belcaire, Plan Zonal de Residuos C3/V1. Como consecuencia de esta decisión política, se decretaba un incremento de la tasa de residuos, que, para las viviendas, representaba un 19,653%, de modo y manera que cada domicilio pasaba de los 66,30 euros anuales a los 79,63, lo que equivale, de golpe, a un aumento de13,3 euros. El incremento parece pequeño, pero multiplicado por las miles de viviendas que hay en todos los pueblos que forman parte del Consorcio, la recaudación es multimillonaria.

Ante esta propuesta de incremento, cercana al 20%, el Ayuntamiento de Sagunto, representado en el Consorcio por el concejal de Esquerra Unida, Roberto Rovira, que, además, es vicepresidente primero de la entidad, optó por la abstención, obedeciendo al mandato del propio consistorio. Teniendo en cuenta su peso poblacional, el municipio de Sagunto representa alrededor de un tercio en el Consorcio, por lo que no tiene el mismo valor político que una parte tan importante de esta entidad se abstenga o vote en contra.

Sangrar al autónomo

A tratarse de una medida tan impopular y de difícil justificación, el Consorcio hizo público un comunicado en el que minimizaba las consecuencias de semejante incremento, alegando que tal aumento suponía «poco más de 0,035 euros diarios». Desde la entidad se intentó minimizar el impacto de la subida entre las familias, sin embargo, nada se explicó sobre cómo afectaría este fuerte incremento a los autónomos y las empresas familiares de los municipios que forman parte del Consorcio, que ya de por si venían soportando una tarifa ‘política’ muchísimo más hinchada, que, tras aplicarle este aumento, todavía se dispararía mucho más a partir de 2020, tal y como han podido comprobar ahora, cuando se ha puesto al cobro la tasa.

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En aquel momento, el Consorcio justificaba esta subida, de cara a la opinión pública, derivando toda responsabilidad a la Unión Europea, al señalar que: «aprueba una subida de la tasa para seguir cumpliendo las directrices de la Unión Europea». Asimismo, reforzaba su argumentario para justificar el tasazo, indicando que: «a pesar de que estos servicios han ido en constante crecimiento desde sus inicios, en 2011, la tasa se ha mantenido prácticamente lineal, lo que ha supuesto un brusco descenso del remanente del Consorcio». Esta afirmación, según los datos históricos, para nada se correspondía con la verdad, sobre todo cuando se trataba de los autónomos y las empresas familiares, que se llevan la peor parte.

Déficit millonario

Mientras el consorcio responsabilizaba a la Unión Europea de este fuerte incremento, con este argumentario ocultaba a la opinión pública los verdaderos motivos. Efectivamente, según se puso de relieve en la Comisión Municipal de Hacienda del Ayuntamiento de Sagunto, celebrada en la mañana del mismo 22 de octubre de 2019, donde acudió la gerente del Consorcio, los motivos eran bien diferentes. Así es, esta fuerte subida de la tasa formaba parte de las medidas que se incluían en el Plan de Saneamiento Financiero de la entidad, que iba a finalizar 2019 con una deuda de 3,2 millones de euros. Lo cual da una idea de la clase de gestión realizada por los responsables de la misma.

La tercera subida desde 2014

tarifasreciclajeEl portavoz del PP saguntino, Sergio Muniesa Franco, gran conocedor del Consorcio de Residuos desde sus inicios, recordaba en aquellas fechas que el incremento del 20% era el tercer aumento consecutivo en cuatro años desde que gobernaban PSOE y Compromís. La verdad es que no le falta razón al líder conservador, puesto que el aumento que se produjo de esta tasa en el periodo comprendido entre 2014 y 2018, fue de un 29,24%, lo que supuso para cada unidad familiar un total de 15,35 euros de aumento anual.

Tal y como se puede ver en el cuadro, la primera subida se llevó a cabo en el año 2014, elevando el recibo en 9,62 euros, es decir, un 18,33%, situándose, por tanto, la tasa anual en 62,10 euros. Posteriormente, en 2017, se realizó otro aumento de 2,50 euros, o sea, un 4,02%, alcanzando el recibo la cuantía de 64,60 euros.

En 2018, los vecinos recibieron cartas de pago en las que figuraban dos novedades: una, que la tasa volvía a subir a 67,83 euros, lo que equivalía a otro 3,23%. La otra novedad era que si hacían efectivo el abono en el periodo de 01.06.18 hasta el 01.08.18, se reducía el importe en 3,23 euros, es decir, se cobraba la misma cantidad que en el año 2017. Este requisito, de adelantar el pago, era de aplicación general, es decir, para las viviendas y las empresas, aunque en el caso de locales industriales de hasta 1.000 m2 el descuento alcanzaba el 5%.

Un ‘sablazo’ espectacular

Para que cuadraran las previsiones de recaudación, sobre este tipo de locales, los industriales, se hizo tabla rasa: pagando lo mismo un negocio que tuviera mil metros cuadrados que otro con cien; además, estaban y están calificados como ‘locales industriales’ oficinas, despachos, etc... de los que algunos de ellos, no es que no tengan una superficie de 1.000 m2, sino que algunos no llegan ni siquiera al centenar de metros, es más, en muchos casos generan menos residuos que una vivienda, pero el Consorcio no distingue y, de esta manera, consigue que el mínimo sea mucho más elevado, lo que denota el manifiesto afán recaudatorio de la entidad.

Al margen de la anterior arbitrariedad, los incrementos aplicados a las pequeñas empresas y los autónomos fueron de verdadero escándalo. A los calificados como ‘locales industriales de hasta 1.000 m2’, entre los ejercicios de 2014 y 2016, se les aplicaba una tasa anual por tratamiento de residuos que ascendía a 124,20 euros, lo que representaba el doble de lo que pagaba una vivienda, o sea, dos cuotas. Aunque muchos de estos autónomos y empresas familiares, como se ha indicado, generaban menos residuos que una familia.

Sin embargo, la celebración de diversos procesos electorales durante este periodo, obligó a los responsables del Consorcio a mantener intacta la tasa a las familias y mejorar la recaudación a base de cebarse con los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, que electoralmente tienen menos peso. Superadas las elecciones, se aplicó para 2020 un 20% lineal a todos los contribuyentes, que es el que en estas fechas se ha materializado.

Así fue, en 2017 los 124,20 euros iniciales se elevaron hasta 242,58 euros, lo que supuso un crecimiento del 95,31%. Por lo visto, en el Consorcio no debieron de quedar muy conformes con semejante ‘hachazo’ al autónomo y la pequeña empresa, fundamentalmente familiar, puesto que en 2018 volvieron a la carga, con un nuevo incremento, esta vez del 95,77%, por lo que la cifra del recibo para 2018 ascendió a 474,81 euros. El Consorcio tuvo a bien conceder la gracia de reducir 21,61 euros si se pagaba el recibo antes del 2 de agosto de 2018.

En resumen, esta tasa, que en el rango de hasta 1.000 metros cuadrados afecto fundamentalmente a los autónomos y empresas familiares, paso de 124,20 euros que costaba en 2016 a 474,81 euros en 2018, lo que supuso un aumento de 350,61 euros, que porcentualmente representaba un 282,29%. Ni que decir tiene que, con la nueva tarifa aprobada en octubre del pasado año por los representantes políticos del Consorcio, esa cantidad se disparaba alrededor de otro 20%, situándose en los 555,31 euros. Por consiguiente, desde 2016 el recibo se le ha incrementado al autónomo y la empresa familiar, que son los principales afectados en el epígrafe de hasta 1.000 metros cuadrados, un 347%.

Llegados a este punto, cabría recordar a modo de síntesis, que, durante unos años, algunos despachos, comercios y oficinas, entre otros establecimientos, pagaban por el tratamiento de residuos el doble de una vivienda, como figuraba en la ordenanza. Por ejemplo, en 2016 una vivienda abonaba 62,10 euros y los locales citados 124,20 euros, pero esa proporción fue cambiada con un claro afán recaudatorio, de modo y manera que los autónomos y las empresas familiares, en lugar de abonar el doble que una familia, pagaban ya el año 2018 siete veces más, en el supuesto indicado de hasta 1.000 metros cuadrados.

Antecedentes de la tasa

La antigua tasa de recogida y reciclaje de los residuos urbanos (RSU) que recaudaba el ayuntamiento se desdobló en dos, y a partir de ahí los vecinos abonan una cuota al municipio por el servicio de recogida y otra anual por los servicios de transferencia, transporte, valorización y eliminación de residuos sólidos urbanos, y gestión de ecoparques.


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Modificado por última vez en Miércoles, 18 Noviembre 2020 12:07

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