En una nota informativa remitida por CC.OO., el sindicato ha destacado la actuación del comité de empresa de Joaquín Llusar y Cía. S.A. (Tollupol), dedicada al manipulado de cítricos en la localidad de Quartell, por la reciente sentencia nº. 390/2018 del Juzgado de lo Social nº. 17 de Valencia, emitida por el citado tribunal a mediados de diciembre, en la que se reconoce el derecho de la plantilla con antigüedad anterior a la campaña 1999/2000, 48 trabajadoras del total de 150 aproximadamente, a que la media hora de descanso diario para bocadillo, pausa del almuerzo, sea considerada como tiempo de trabajo efectivo y, por tanto, condenando a la empresa demandada a abonar a sus trabajadoras el tiempo recuperado desde diciembre de 2017 hasta la actualidad.
La empresa actualmente se encuentra en concurso de acreedores y mantiene una postura de no reconocimiento de derechos a las trabajadoras que ven mermados sus salarios y condiciones, dado que no está haciendo efectivo el pago de atrasos que les corresponden por convenio. Cabe recordar que esta empresa se encuentra muy feminizada y con contratos fijos discontinuos que dificultan la estabilidad en el empleo.
Asimismo, CC.OO. se congratula por la sentencia nº 3603/2018, de principios de diciembre, de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) en la que se confirma el derecho de la plantilla de la Compañía Valenciana de Aluminio BAUX, a que les sean abonados los periodos devengados de la paga de primavera 2017.
En esta compañía, que se ubica en la localidad castellonense de Soneja y que se dedica a la fabricación de aluminio, prestan sus servicios alrededor de 165 trabajadores, de los que una buena parte residen en el municipio de Sagunto y de la comarca. Señalar, por otro lado, que la Compañía Valenciana de Aluminio BAUX se encuentra actualmente en pleno proceso de negociación de los acuerdos colectivos de la empresa.
Negativa al diálogo
Denuncian desde el equipo de acción sindical comarcal que «ambos conflictos fueron judicializados tras fracasar la vía del diálogo, cuando quedó claro que las empresas se negaban a reconocer dichos derechos. Resulta lamentable el tener que acudir a la vía judicial para el reconocimiento de los derechos recogidos en la negociación colectiva, que vincula a ambas partes, con el consiguiente perjuicio, tanto para las trabajadoras y trabajadores afectados como para el clima laboral en el seno de las empresas, que abusan de su posición dominante para tratar de vulnerar los derechos adquiridos».
Más adelante, agregan las mismas fuentes sindicales que «desgraciadamente el equipo de acción sindical comarcal esta encontrado en numerosas empresas este tipo de actitudes, cuando no, alguna conducta antisindical. Está demostrado que la presencia sindical mejora las condiciones laborales en las empresas y que su ausencia provoca perjuicios laborales, tal y como recoge en su estudio Michael Zoorob, quien detectó que, por cada punto de descenso de la afiliación sindical, la mortalidad aumentó cinco puntos», concluyen.
