Francisco CampilloLa Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) ha convocado a los agricultores valencianos a una manifestación que tendrá lugar el próximo día 14 a las 11 horas , ante la Conselleria de Agricultura en Valencia para exigir soluciones a la crisis citrícola. Esta campaña «está siendo un desastre por los efectos de las lluvias, los precios bajos y otros condicionantes», afirma el presidente de AVA-ASAJA en el Camp de Morvedre, Francisco Campillo y justifica la movilización, porque la «Administración ha puesto 4 ó 5 millones de euros para dar jornales a los trabajadores de las cooperativas y resulta que para los agricultores que somos los que damos empleo a los trabajadores del campo no recibimos ayudas, de seguir así tendremos que cerrar la paraeta».
Ser productor de cítricos, «hace años que ha dejado de ser rentable», en opinión del representante de AVA, pero hay campañas que son peores, como la actual, que la que los efectos de los más de 300 litros de lluvia/m2 que han caído en esta zona de forma dosificada no ha perjudicado al arbolado pero sí a la fruta.
Explica Campillo que al no haber llovido ni en primavera ni durante todo el verano la mayoría de los frutos tenía los calibres más ajustados que otros años para el comercio, por lo que a la hora de llevarlos al mercado, han surgido los problemas.Este año los agricultores prevían una producción superior al año pasado, no obstante, para conseguir calibres más grandes quitaron las más pequeñas para permitir que el resto aumentara el calibre, «este clareo no se había hecho nunca, pero con los problemas que han habido con el aguado, pienso que al final habrá igual o menos producción que la campaña pasada».
El dirigente de AVA se refiere a las cosechas de mandarina, «porque mucha producción de las extratempranas se han quedado en el árbol, como es el caso de la Clemen Rubí, que hasta ahora se vendían a 1 euro el kilo, pero este año en algunas parcelas se ha quedado el fruto en el árbol, y la Clemenules que se ha vendido los comercios serios están cogiéndola con el condicionante (por escrito) de que cuando pasen por las máquinas del almacén el destrío lo van a descontar del peso total. Se han vendido a 60 céntimos de media, un 20% más baratas que el año pasado, con estos precios algunos citricultores están cambiando el dinero y otros están encontrando dificultades para vender las Clemenules».
Precios de hace 30 años
Afirma el representante de AVA que los precios de los cítricos son los mismos que hace 30 años. Lo puede demostrar, con un contrato de hace 33 años que vendió la variedad Valencia a 600 pesetas la arroba. «El año pasado se vendieron a 600 pesetas (a 5,60 euros), pero los sueldos han subido y como al final cambias el dinero, hay campos que los dueños los abandonan».
Aclara Campillo que el año pasado los precios fueron aceptables, porque aumentaron un poco los de hace 30 años. -Y añade- «Con unos precios aceptables se puede vivir siendo agricultor, antes vivía una familia con 30 ó 50 hanegadas,pero como el trabajo era manual había que dedicar muchas horas, y hoy, se necesitan 200 hanegadas para vivir como hace 30 años con 50. Ahora está todo el trabajo mecanizado y se emplea el mismo tiempo con 200 hanegas que antes con 50. En cambio los precios de este año son a 3 euros la arroba. Con la Clemenules se cambia el dinero o hay pérdidas si el trabajo lo dan a hacer, pero si lo trabaja el agricultor gana medio jornal, por lo que tienen que tener más de 200 hanegadas para poder vivir».
Cambio de frutales
Algunos agricultores hortofrutícolas están cambiando de variedades frutales como alternativa al naranjo. Sin embargo, tampoco está resultando fácil y estudian el fracaso con las plantaciones de granadas que no han funcionado. «También se han plantado aguacates y muchos caquis, que están dando problemas, estos cambios se realizan porque no se puede vivir de los cítricos, a los precios que se están vendiendo», afirma este agricultor.
El bajo precio de los cítricos, es inasumible, cuando para llevar a término una cosecha hace falta además del coste del trabajo productos fungicidas que resultan muy caros.
Sobre ello, apunta el representante de AVA-ASAJA, que si llueve durante dos o tres días no pasa nada si al día siguiente hace viento, porque se seca la fruta, lo perjudicial es cuando llueve varios días seguidos porque la naranja permanece mojada y el agua se deposita en el pedúnculo y al final se estropean los cítricos.
Asimismo destaca Campillo que también ha habido infestación de mosca y de araña, pero como desde la UE están prohibiendo algunos productos los fungicidas permitidos son más caros. «Son muy listos, prohíben productos, pero no dan alternativas, cada vez los productos son más suaves pero no matan los insectos, por lo que en vez de pulverizar una vez hay que hacerlo tres y cuatro veces y la economía de los agricultores no da para ese aumento de gastos».
Añade este veterano agricultor que la gente que se dedica a la citricultura y se lo puede permitir económicamente, ha hecho las cuatro pulverizadas para la araña, y el que ha podido también ha pulverizado para eliminar el hongo de la piel de la naranja producido por la lluvia, y aún así, ha tenido algún pequeño problema.
Otros condicionantes
La meteorología no ha sido buena aliada para los productores de citrícos, no solo por las lluvias en esta comarca, sino porque en Europa no ha hecho frío y no han recurrido a la vitamina C. «Al contrario ha hecho mucho calor. En Bruselas, se plantan muchas patatas, pero no se riegan porque las lluvias frecuentes hacen ese trabajo; pero este año las patatas se han quedado pequeñas por falta de humedad, y se están planteando hacer canales para poder regar en caso de que se repita la sequía».
Otro «contratiempo» que señala Campillo para que esta campaña no sea satisfactoria, es que ha bajado el consumo de cítricos en diversos países de Europa donde asocian el frío con el consumo de naranjas para prevenir y combatir los resfriados. «Debido al calor que ha hecho en estos meses de naranjas extra tempranas, han comido pocas y además mezcladas con las naranjas importadas de Sudáfrica, ha sido un comienzo de campaña muy malo».
Las mandarinas extratempranas valencianas que se cosechan desde mitad de septiembre hasta final de octubre «han competido, con la tardía de Sudáfrica y la gente no distingue su origen por el aspecto exterior, pero la fruta no está igual de buena, eso que lo tenga muy claro la ciudadanía», asevera Campillo quien añade que desde AVA- solicitan a Bruselas, «que no se amplie el plazo a las importaciones de Sudáfrica. En 2017, se importaron hasta septiembre y este año se ha prolongado a octubre».
