De la IV Planta Siderúrgica Integral, el proyecto más importante de la historia de España por volumen económico, solo se llegó a materializar la primera fase, con la puesta en marcha, en 1976, del Tren de Laminación en Frío

El día que Franco se fijó en Sagunto

Viernes, 30 Noviembre 2018 16:10

cabecera 1Vista parcial de la desaparecida cabecera siderúrgica de AHM en los años 60

Este pasado mes de octubre se han cumplido el 50 aniversario del anuncio realizado en Valencia por el Gobierno de Franco, de acometer en Sagunto la IV Planta Siderúrgica Integral, el proyecto industrial más importante de la historia de España por volumen económico, en palabras del entonces presidente de AHV, Juan Miguel Villar Mir. Efectivamente, ya ha transcurrido medio siglo desde aquel 20 de octubre de 1968, día en el que toda la prensa española se hacía eco de una gran noticia para Valencia. El ministro de Comercio de la época, Faustino García-Moncó Fernández, en un acto celebrado la víspera en la sede de la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Valencia, anunció que el Gobierno de la nación había acordado instalar en el municipio de Sagunto la Cuarta Planta Siderúrgica.

La Vanguardia Española de Barcelona titulaba así: «La Cuarta planta Siderúrgica, concedida a Valencia», Por su parte, el diario ABC presentaba la noticia con el siguiente titular: «El Ministerio de Comercio anuncia en Valencia que la Cuarta Siderúrgica Nacional será emplazada, definitivamente, en Sagunto».

Según recoge la prensa de la época, García-Moncó fue muy tajante en su intervención: «Puedo afirmarles categóricamente que la Cuarta Planta Siderúrgica vendrá a Sagunto», aclarando, a continuación, que este ambicioso proyecto siderúrgico fue abordado en la última reunión de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, presidida por el jefe del Estado, Generalísimo Franco.

Más adelante, el titular de Comercio, García-Moncó, dejó claro que la decisión ya la tenía tomada el Gobierno con anterioridad y que el emplazamiento era Sagunto porque después de los estudios técnicos, éstos aconsejaban que era el lugar óptimo. «El Gobierno, lo que ha hecho ahora, a través de la Comisión Delegada, es reafirmar su decisión de que la localización adecuada es precisamente la de Sagunto. Lo único que no está resuelto —agregó—, y en esto no podemos todavía pronunciarnos, es en el cuándo».

Tras el anuncio de tan importante proyecto para la región valenciana en general y el municipio de Sagunto en particular, pocas más noticias se difundieron en los siguientes meses, de ahí que la visita hasta la capital del Turia de cualquier miembro destacado del Gobierno de la nación, fuera aprovechada por la prensa para preguntar por este macroproyecto industrial de primer orden, que tantas expectativas levantó tras su anuncio.

Inquietud en el Jurado de Empresa de AHM

Esto es exactamente lo que ocurrió el 22 de marzo de 1969, es decir, cinco meses después de que el ministro de Comercio García-Moncó realizara el anuncio. Efectivamente, con el fin de asistir a la inauguración de la V Feria Monográfica de la Cerámica, Vidrio y Elementos Decorativos, que se realizó el 23 de marzo de 1969, llegó a Valencia la noche anterior el ministro de Industria, Gregorio López Bravo, acompañado, entre otros altos cargos, por el director general de Industrias Textiles, Rodolfo Martín Villa. A las 10 de la mañana del día 23 el ministro se reunió en la Casa Sindical con la comisión permanente del Consejo Económico Sindical Provincial, presidido por el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, Antonio Rueda. Antes de iniciar esta reunión, López Bravo recibió al jurado de empresa de los Altos Hornos de Sagunto, cuyo presidente, José María Adán, le habló sobre este tema y el deseo de que se iniciaran lo antes posible las obras de la Cuarta Planta Siderúrgica.

Según recogió La Vanguardia Española, el ministro de Industria contestó a estas inquietudes de José María Adán, asegurando que «la Cuarta Planta Integral no ha dejado de estudiarse ni por un momento, tanto por técnicos nacionales como extranjeros. Es una planta, la de Sagunto —dijo­—, que se proyecta para una capacidad de diez millones de toneladas, lo que requiere un estudio más pormenorizado sobre rendimientos, demanda, beneficios e instalación. El tema es bastante complejo —prosiguió—, pero está claro que el lugar del emplazamiento no es otro que Sagunto. En cuanto a la iniciación de las obras, puedo decir —aseguró López Bravo—, que en el plazo de seis meses se sabrá concretamente lo que hay que hacer con respecto a la construcción y pormenores de esta planta».

Tras las declaraciones del ministro de Industrias López Bravo, crecieron las expectativas en la región, que, sin embargo, se veían huérfanas de nuevos impulsos. Así, por ejemplo, el 10 de junio del 69, dos meses después de que el titular de Industria visitara Valencia, se celebró una reunión de la Comisión de Industrias Básicas del Hierro, Acero, Metales no Férreos y Construcción de Maquinaria, que tuvo por escenario la Casa Sindical de Valencia, donde se abordó la situación, en aquel momento, del proyecto siderúrgico para Sagunto.

Presidió la reunión el delegado provincial de Sindicatos, Fernando Mateu de Ros, quien, refiriéndose al tema, resaltó que ya se había conseguido, a satisfacción de Valencia y, en general, de España, la definitiva localización de la planta en Sagunto, por resolución de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, presidida por el jefe del Estado, Francisco Franco, ratificando el anterior acuerdo del Consejo de Ministros, comunicado a Valencia oficialmente por los ministros de Comercio y de Industria, por lo que en aquel momento se trataba, añadió, de acelerar el proceso de programación, ejecución y financiación.

De las palabras de Mateu de Ros se desprendía que no había novedades relevantes sobre esta importante actuación industrial, más allá de lo anunciado en Valencia, primero por García-Moncó y después por López Bravo.

Inversión de 70.000 millones de pesetas

El 22 de octubre de 1970, dos años después de que se anunciara este proyecto, apareció en los periódicos españoles una información que desalentaba en cierta medida las previsiones más optimistas sobre el inicio de la construcción en Sagunto de la Cuarta Planta Siderúrgica.

En un teletipo de Europa Press, recogido por los medios impresos nacionales y regionales se indicaba: «Todavía no se ha recibido en el Ministerio de Industria ningún informe sobre la Cuarta Siderúrgica, que haya elevado la comisión gestora de la misma con esa finalidad», según comunican en fuentes competentes.

La información recordaba que el Gobierno encargó, varios meses atrás, un estudio sobre las condiciones que debería reunir la planta siderúrgica integral que se proyectaba para Sagunto, abordando los aspectos técnicos, producciones, relaciones con otras siderúrgicas, etc.; este estudio, que serviría como una especie de primer informe-base, debería estar redactado y entregado desde hacía ya varias semanas en el Ministerio de Industria para su posterior elevación al Gobierno.

Sin embargo, la realidad era adversa, ya que, según se indicaba, todavía debían transcurrir varias semanas más para que dicho estudio pudiera estar concluido, por lo que se temía, incluso, que varios aspectos importantes de la futura planta no estuvieran incluidos en el documento, como, por ejemplo, lo referente a su financiación, calculada, en aquellas fechas, en unos 70.000 millones de pesetas. Concluía la información resaltando que, según las mismas fuentes, parecía difícil que antes de dos o tres años pudieran iniciarse los trabajos de la Cuarta Planta Siderúrgica Integral.

Debate en las Cortes Generales

El 16 de febrero de 1971, en la sesión celebrada por las Cortes Generales de España, el procurador Salvador Serrats Urquiza, interpeló al ministro de Industria, López de Letona, con relación a la política siderúrgica nacional. Serrats Urquiza, ingeniero industrial, empresario y natural de Bermeo (Bizkaia), resaltó que, durante el periodo del I Plan de Desarrollo, que entró en vigor en enero de 1964, se alcanzó la cifra de 8.700.000 toneladas de importación de acero, equivalente a más del 62% del consumo nacional, lo que supuso para la balanza de pagos española un sacrificio de 800 millones de dólares de la época, que era a lo que ascendía el valor de aquellas importaciones. En los años siguientes, en los que se puso en marcha el II Plan de Desarrollo, las importaciones de acero realizadas, según los datos ofrecidos por este procurador vasco, fueron de 1.441.000 toneladas en 1968, 2.336.000 en 1969 y 2,5 millones de toneladas en 1971.

Serrats Urquiza calificó de tensa la situación por la que pasaba el Sector Siderúrgico Español en aquel momento, debido al crecimiento de los stocks, que, según dijo, a finales de 1970 sumaban 1.200.000 toneladas, producto equivalentes a un valor de 12.000 millones de pesetas de la época.

Más adelante, atribuyó esta situación al desacierto de algunas entidades, como UNESID, por entender que, en íntimo contacto con la administración, debería de haber reaccionado con mayor agilidad ante la contracción de la demanda producida en 1970, donde ya se apreciaban los primeros síntomas de lo que se dio en llamar con posterioridad la crisis del petróleo.

Dudas sobre el proyecto

Señalar por último que el procurador Salvador Serrats Urquiza, en su interpelación en las Cortes Generales, llegó a poner en duda la viabilidad de la Cuarta Planta Siderúrgica proyectada para Sagunto. Efectivamente, Serrats Urquiza pidió al ministro de Industria que se explicaran claramente las razones objetivas que aconsejaban la localización de la Cuarta Planta Siderúrgica en el Mediterráneo, proyecto que requería una inversión de 70.000 millones de pesetas, acrecida por las inversiones indispensables en la creación de puertos artificiales en lugar distinto y alejado del gran puerto, lo que obligaría al transbordo, y consiguiente encarecimiento de las materias primas que el nuevo emporio siderúrgico debía utilizar y, en consecuencia, del acero allí producido.

El Gobierno fija fecha

El 24 de abril de 1971 se celebró en la sala capitular del Real Monasterio del Puig de Santa María el Consejo Económico Sindical de la región valenciana, presidido por el ministro de Industria, José María López de Letona, y el comisario del Plan de Desarrollo, Laureano López Rodó, acompañados del secretario general de la Organización Sindical, Rodolfo Martin Villa, que ostentaba la representación del ministro del ramo, Enrique García Ramal, entre otros altos cargos, nacionales y provinciales.

cabecera 2Década de los 60, las grúas del puerto descargan el mineral de hierro

En su intervención, el ministro del Plan de Desarrollo Laureano López Rodó, afirmó, según recogía La Vanguardia Española, que «La Cuarta Planta Integral Siderúrgica del Mediterráneo entrará en funcionamiento en 1975, al término del III Plan de Desarrollo. Se abrirá así —señaló— un campo de acción de enorme responsabilidad para los empresarios valencianos. A vuestra iniciativa y responsabilidad incumbe la tarea de dar agilidad y dinamismo a la industrialización de la región valenciana que, definitivamente, va a desencadenar la nueva planta de Sagunto».

Tal y como adelantara en su comparecencia ante las Cortes Generales el ministro del ramo, José María López de Letona, en su respuesta al procurador vasco, Salvador Serrats Urquiza, en el Consejo de Ministros celebrado el viernes, 25 de junio de 1971, según recogen los diarios ABC y La Vanguardia Española, se acordó dar luz verde al concurso para la instalación en Sagunto de la IV Planta Siderúrgica.

La capacidad fijada para estas instalaciones fabriles era de unas 5 o 6 millones de toneladas anuales, por lo que el nuevo complejo siderúrgico proyectado se iba a convertir en el más importante de España. Sin embargo, atrás quedaban las previsiones gubernamentales, anunciadas en su momento por el anterior ministro de Industria, López Bravo, quien situaba la capacidad de producción de esta instalación en 10 millones de toneladas.

La inversión prevista inicialmente ya se situaba en los 85.000 millones de pesetas y la norteamericana U.S. Steel tenía muchas posibilidades de ser el socio extranjero. La fecha tope fijada para la presentación del concurso era la del 30 de octubre de ese mismo año, por lo que, con este trámite, se daba el pistoletazo de salida para la puesta en marcha de la IV Planta Siderúrgica.

La inversión crece hasta los100.000 millones

Unas fechas después, el 8 de julio de 1971, visitó Valencia el presidente de Altos Hornos de Vizcaya, Juan Miguel Villar Mir, quien ofreció nuevos datos y detalles sobre la inversión proyectada para Sagunto. Se refirió a esta actuación como el proyecto más importante de la historia de España por su volumen de inversión, que ya se cifraba en los 100.000 millones de pesetas, y la creación de 12.000 nuevos empleos.

Pese al triunfalismo reinante, Villa Mir lamentó que el Gobierno no hubiese dado más facilidades: «Esperábamos condiciones algo más favorables del Gobierno para construir la cuarta Planta Siderúrgica de Sagunto. Las fiscales son las normales y las de crédito oficial son más bien cortas. Altos Hornos —añadió— va a estudiar con el mayor interés y dedicación las condiciones del concurso convocado por la administración. Todavía no hemos pensado si participaremos en el concurso o no, pero iremos al mismo si hay una rentabilidad y competitividad en la nueva empresa privada que en su día pueda llevar adelante la construcción y explotación de la IV Planta Siderúrgica Integral de Sagunto».

El presidente de Altos Hornos de Vizcaya, Juan Miguel Villar Mir, explicó más tarde los motivos por los que se eligió Sagunto para levantar este complejo siderúrgico: «se ha escogido Sagunto como el lugar ideal para el emplazamiento de la nueva factoría. Se halla —dijo— a unos cuatrocientos kilómetros de los principales centros de consumo de acero de España y más del ochenta por ciento de este consumo puede ser localizado en un cuadrilátero compuesto por Santander, Madrid y Valencia y la frontera francesa. Como los gastos de transporte de mineral y carbón son prácticamente los mismos en toda la península, es obvio que, de situarse en otra parte, los gastos de transporte terrestre serían enormemente altos y unos cuatro a cinco mil millones de pesetas la cantidad que se perdería. Otra de las razones es la existencia en Sagunto de un puerto siderúrgico equipado con todos los servicios de mercancías, salvo los de atraque de grandes buques de transporte de carbón y mineral. Por esto se halla prevista su ampliación o construcción de un dique de 1.700 metros, que permitiría estas operaciones. La cuarta Planta se instalará en la vecindad de la actual factoría, sobre un terreno de 1.200 a 1.500 hectáreas que, en su mayoría, actualmente está cubierto por naranjos».

Los planes de construcción

Según recxogía el diario catalán, las fases de construcción de la IV Planta siderúrgica Integral se asentaban en tres etapas. La primera de ellas en el periodo comprendido entre 1975 y 1976, que consistiría en la construcción de un tren de bandas en frío. La segunda fase, que sería la más importante, se ejecutaría entre 1977 y 1979, que constaría de una factoría integral compuesta por los depósitos de carbón mineral, instalaciones de baterías de coque y sintetizado, un horno alto con dos convertidores LD de oxígeno, un tren desbastador y un tren de bandas en caliente, terminando con el de bandas en frío ya instalado. Con ello, se alcanzaría una producción de tres millones de toneladas anuales.

La tercera y última fase, a construir entre 1979 y 1981, sería el complemento de la segunda, duplicándose la producción. Se instalaría un segundo horno alto y otro convertidor. De estos, en realidad, funcionaría uno sólo, ya que habría que reconstruir el recubrimiento cerámico interior tras unas cuatrocientas coladas. Con tres hornos altos habría dos operativos, con lo que se doblaría la capacidad de producción.

Asimismo, se duplicaría el tren desbastador, el de bandas en caliente y el de bandas en frío, llegándose a una producción, como meta, entre cinco y seis millones de toneladas al año. Esta producción, según las condiciones de creación, sería de bandas laminadas en caliente, en frío, bandas con recubrimiento y tubos soldados de gran diámetro. Pero aún existía la posibilidad de una cuarta fase, a partir de 1982, para la producción de tubos soldados en las actuales instalaciones y para aceros especiales.

Proyecto fallido

Ni que decir tiene que aquella inversión, la más importante de la historia de España por volumen de inversión, en palabras de los diferentes portavoces del régimen, se quedó en la primera fase, con la entrada en servicio en el año 1976, después de la muerte de Franco, del Tren de Laminación en Frío.

En menos de una década, la industria siderúrgica de Sagunto echaría el cierre, desvaneciéndose el emporio industrial proyectado por el régimen de Franco para Sagunto y viéndose reducida la industria siderúrgica a la mínima expresión, en la que se ha convertido hoy, donde apenas prestan sus servicios en la planta de ArcelorMittal Sagunto algo más de 800 empleados.


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Modificado por última vez en Jueves, 13 Diciembre 2018 10:36

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